Por Gabriela Origlia
Diego Foresi, Nicolás Lescano y Damián Szafirsztein son tres argentinos que llevan varios años viviendo en Costa Rica. Tenían sus propias actividades, hasta que hace unos seis años los unió un equipo de e-sports, creado por un local, Paul Vanegas.
El trío fue el responsable de escalar el equipo y convertirlo en un holding, Infinity Gaming Media (IGM), que opera en Costa Rica, Perú, México, Panamá, Chile y Guatemala. «Una pequeña multinacional», dice Foresi.
Vanegas se convirtió en gamer después de haber sufrido un accidente que lo tuvo postrado un año y medio. Entonces formó un grupo de amigos y creó un equipo, Infinity. Ya recuperado, compitió en League of Legends (LOL) y creció hasta llegar a participar en la liga más importante de la región.
En ese momento, el equipo ya necesitaba de un soporte de management. Ahí conoció a Lescano, que tenía una consultora de relaciones institucionales, y Lescano acercó a Foresi, que trabajaba en una multinacional.
Era poco antes del Mundial de Rusia, y Foresi dedicó casi medio año a conocer el mundo del e-gaming. Aprovechó unos viajes a Europa y Asia para ver cómo estaba la industria en esas regiones, y regresó a Costa Rica convencido de que se podía profesionalizar el sector para impulsar el crecimiento.
Los argentinos hicieron un acuerdo de participación accionaria a cambio de management con Vanegas, aunque más tarde terminaron comprando la mayoría accionaria. Reforzaron los estamentos deportivos del equipo, en 2018 ganaron la liga local, la latinoamericana y lograron la mejor ubicación de la región en el Mundial.
«Transformamos el equipo en multideportes —cuenta Foresi—. Entramos a competir en los juegos más relevantes, sumamos una productora para hacer los contenidos para las marcas que acompañan y logramos varios hitos comerciales».
Pasar de pantalla
En el 2019 decidieron «traer al plano físico la pasión» y crearon el primer centro de entrenamiento, la primera arena de la región. Fue anterior, incluso a la de Cinemex —la cadena mexicana de cines, que junto con la televisora TV Azteca y la compañía de videojuegos Riot Games invirtió después US$ 2 millones para crear una arena en Ciudad de México—.
Pero llegó la pandemia del covid-19 y la expansión se frenó, si bien quedaron bien posicionados, tanto en la liga del Norte como en torneos internacionales.
Por esos buenos resultados pudieron realizar una primera ronda de inversiones, en la que levantaron US$ 2 millones. «El costo operativo ya era grande y necesitábamos capital institucional. Hasta entonces poníamos capital los socios —precisa Foresi—. Cien jugadores compitiendo, gaming center, la productora... No son negocios de mucha rentabilidad, sino de mucha valuación».
De los US$ 2 millones ejecutaron una parte y empezaron a preparar la salida a la Bolsa en Toronto con un socio canadiense y otro de Hong Kong. Pero dos semanas antes —en abril del 2022— estalló la crisis de las criptomonedas. «Decidimos no salir y enfrentamos una vorágine para resolver la situación, hasta que recuperamos el control de la compañía», añade Foresi.
La empresa está estructurada como un equipo de fútbol, por lo que los patrocinios constituyen el principal ingreso, a los que se agregan los que generan por contenidos, los de los gaming centers («experiencia») y los de los eventos que organizan.
Juegan de locales
Tienen un gaming center en San José de Costa Rica y están abriendo el segundo en el aeropuerto, en unas semanas. Además, cuentan con dos en Chile (uno en Santiago y otro en Temuco, ambos con un socio local), y en agosto sumarán uno en Lima, con un operador peruano. Para 2025, ya tienen acuerdos para abrir en Colombia y Guatemala.
La inversión en un gaming center de unos 450 metros cuadrados (m2) es de US$ 600.000, y en uno de 1.000 m2, de alrededor de US$ 1,1 millones. «Nos permiten apalancar eventos y torneos y salirnos del nicho específico de la competencia», apunta Foresi.
El empresario explica que la estrategia del holding en la actualidad pasa por focalizarse «en los juegos con audiencias no tóxicas, que tienen retorno y crecimiento y que tienen proyección para competir internacionalmente para llevar a la marca».
En la región, dice, ya tienen «reconocimiento, jugadores, academias». «Hemos desarrollado la variante de e-sports para Saprissa, el principal equipo de fútbol de la zona, y hacemos desarrollo de talentos en diferentes países».
IGM encarará nuevas rondas para levantar capital para abrir más centros de gaming, Además, a nivel de contenido, están desarrollando un programa multiplataforma, «Gammers Club», en alianza con otras compañías, que es un show de competencia en la plataforma de juegos Just Dance.