Despertador a las 4:30 o 5:00 AM. Entrenar cerca de dos horas. Ir a trabajar, volver, estar con la familia, descansar y al otro día lo mismo. Esta es la rutina que siguen quienes practican el triatlón «Ironman», que implica cubrir 3,8 kilómetros (km) a nado, 180 km en bicicleta y 42 km corriendo.
En Uruguay, varios empresarios y ejecutivos lo practican y seis de ellos dan cuenta de los sacrificios que hacen pero también de los aprendizajes y beneficios para su vida laboral.
Según la argentina Emilia Scioli, consultora de negocios, triatleta amateur y fundadora de Mes Consultora, una de las lecciones que deja este deporte es la de igualdad. «Cuando salen a ‘rodar’ son todos iguales, van a la par alguien de mucha experiencia y un joven, y todos aprenden de todos. Esto enseña a confiar entre las generaciones», reflexionó.
También destacó que el Ironman potencia habilidades como la paciencia a la hora de aplicar cambios, aprender a gestionar frustraciones ante imprevistos y ser «ordenados al planificar».
«En este deporte, salís a andar en bicicleta y podés quedarte porque pinchás, o llueve y demorás más. Hay que gestionar frustraciones ante imprevistos. Te ayuda a ser más paciente, generar un calendario estricto porque no tenés tiempo. Hacer un Ironman no se hace así nomás, hay que ser súper ordenado», concluyó la consultora.
Ignacio Durán (42) es abogado, socio fundador del estudio jurídico DD&S y desde 2019 practica este deporte. Según contó, se acercó por unos amigos que lo hacían y se sumó porque representa una «combinación perfecta» de varias disciplinas. «Podés ser bueno en algo, malo en otra cosa y regular en la restante, y resulta desafiante mejorar cada día en cada una», valoró. Hoy confiesa que le cambió «todo»: los hábitos, la rutina diaria, pero especialmente lo ayudó a forjar una fuerte disciplina. Durán tiene tres hijos, y para entrenar se levanta todos los días a las 6:00 AM. Y si «toca doble horario» se toma un tiempo por la tarde. «Es muy sacrificado pero se puede», aseguró.
A nivel laboral, Durán aplica varios aprendizajes que le ha dejado este deporte. «Cumplir con el entrenamiento te da mucha resiliencia, te hace querer superarte constantemente y saber que no hay adversidad posible. También me genera el buen hábito de la paciencia», reconoció. Además, el esfuerzo que le dedica es «el mismo que hay que aplicar en el ámbito laboral para llegar a buen puerto. Los que se ‘rompen el lomo’ son los que más cerca van a estar del éxito empresarial o profesional», cerró.
La emprendedora (39), fundadora de Vannmelon -marca de ropa deportiva, natación y de playa-, recordó que llegó al Ironman a raíz de una lesión de rodilla que le impidió seguir corriendo. «Para mantenerme en forma empecé a nadar y andar en bici. Y como me gustan mucho los desafíos, decidí comenzar a practicarlo, porque antes solo corría y este deporte incluía tres disciplinas», explicó.
Dedicarse al triatlón le exigió sacrificios, pero sobre todo «mucha organización y planificación». «Mi rutina cambió por completo, adapté mi vida a dos turnos diarios de entrenamiento», señaló. Por lo general, realiza un entrenamiento al mediodía y otro en la noche, aunque hay días que suma una sesión de gimnasio en la mañana.
Caballero encuentra un paralelismo entre el deporte y la empresa. «Para ambos es necesario trabajar de forma planificada con mucha constancia y disciplina. Trabajando duro los objetivos se alcanzan», enfatizó.
Además, como su marca es de ropa deportiva, la ayuda a diseñar sus productos. «Lo hago según las necesidades que veo en la práctica», dijo.
El brasileño David Grinberg (44), vicepresidente de Comunicaciones Corporativas para América Latina y el Caribe de Arcos Dorados, siempre practicó deportes. Llegó a nadar a nivel semiprofesional en su país y corrió la maratón de Londres en abril de 2015. Como «ya había nadado mucho y llegué a lo máximo de correr en calle» y le gustaba el triatlón, en junio de ese año sumó el ciclismo. «Hoy tengo siete Ironman completos. Uno de ellos con cáncer», destacó. Para alcanzar esa meta ajustó su rutina, que comienza a las 4:30 o 5:00 AM. Ahí practica natación y running. Luego, suma otra hora más a las 19:00. Casado y con dos hijos, define al deporte como una «terapia». «Es donde hago conexión conmigo. Mientras entreno, las ideas y situaciones quedan más claras, incluso produzco. Encima de la bici, corriendo o nadando me vienen respuestas a situaciones del trabajo», reveló. No solo eso, además favorece su productividad porque inicia el día «encendido». A su vez, le enseñó a ganar, perder y crecer en el mundo corporativo. «Me ayuda a buscar la vuelta para ser mejor. A ser mejor ejecutivo y jefe, a comprender a las personas y construir un equipo más integrado».
Los inicios en el triatlón de la directora gerente de Arpel se remontan a hace dos años y medio. Deportista desde siempre, practicaba crossfit y pensaba que hacer un Ironman era inalcanzable. En 2019, en un momento crítico de su vida, un entrenador le sembró la duda: «¿por qué no?».
Con eso en mente, en un taller de coaching sobre desarrollo personal escuchó la historia de una triatleta. Le encantó y comenzó. Madre de tres hijos y jefa de hogar, su mayor desafío era encontrar el tiempo para entrenar. «Me cambió la rutina, comienzo a las 6:00 AM. Soy disciplinada, responsable y organizada, algo clave para entrenar, y esto lo agudizó más». Como solo corre luego de amanecer, en invierno comienza a trabajar más temprano y corta cuando sale el sol. En total, con sábados y domingos incluidos, invierte 15 horas semanales.
Como contraparte, mejoró aspectos como la paciencia, que aplica en su ámbito laboral. «Trabajo por proyecto y agudicé aceptar que las cosas llevan su tiempo. También a planificar, y aceptar y tolerar que no todo se puede controlar, y a veces las cosas no salen como se planifican, que hay factores externos que inciden. En la gestión de proyectos pasa también. Y sigo aprendiendo», resumió.
Era 2011, y el cirujano plástico y director médico de la clínica Top Hair (39), buscaba un deporte que lo pusiera al límite. Eligió la ultramaratón (170 kilómetros). Entrenó y corrió La Misión, una carrera que atraviesa la Cordillera de los Andes. «Fueron 170 kilómetros con 2.000 metros de desniveles que insumió más de dos días sin parar, sin dormir», recordó. Pero no fue su límite. Ahí descubrió el Ironman. Comenzó con los de media duración hasta que en 2015 hizo su primer Ironman completo, en Cozumel (México). Hasta ahora lleva nueve completos y 20 medio Ironman. Además clasificó para el mundial de la disciplina.
Otormín reconoce que este deporte le «cambió la vida», sumó «conductas», sobre todo «disciplina», porque con su trabajo y dos hijos pequeños, organizarse «es clave». «Me levanto a las 5:00 AM para entrenar y luego voy a trabajar (opero todos los días). También me cambió hábitos, desde hace años no tomo alcohol y sigo una dieta muy sana», remarcó. A su vez, esa persistencia que demanda el triatlón, la aplica en el trabajo. «Algunas cirugías son muy largas y necesito mucha concentración. A veces me siento incómodo, cansado, pero debo seguir. Lo comparo con el deporte y lo llevo mucho mejor», aseguró.
Al director de Gelbring Importaciones (32) le gustaba correr y tenía en mente hacer algún deporte distinto. En 2017, una lesión del fútbol le causó una pubalgia y la única actividad que podía realizar era nadar. «Ahí dije que cuando me recuperara iba a hacer el Ironman de Punta del Este», evocó. Empezó a informarse, se sumó a un grupo de entrenamiento y no paró más. Al presente lleva 11 medio Ironman y tres completos.
Tiene dos hijos y para entrenar se levanta entre 5:30 y 6:00 AM, regresa y lleva a uno de sus niños a la escuela.
De practicar este deporte le quedó grabada la frase «todo se puede». «Comencé con medio Ironman y pensaba que no estaba para uno completo. Pero mientras entrenaba, en paralelo hice un MBA en el exterior, con viajes. Cuando lo terminé dije ‘si pude hacer ambas cosas al mismo tiempo, puedo hacer un Ironman completo’. Todo se puede si le buscás la vuelta. Otra gran enseñanza es entender que no siempre vas a ser el número uno, ni es necesario serlo. Sí estar contentos con nosotros mismos, algo que aplicamos en la empresa, ser competitivos, crecer y seguir mejorando», concluyó.