Cómo escalar un negocio internacionalmente, potenciar la conexión entre científicos y personas de negocios, lograr la mejor estrategia para el lanzamiento de un producto innovador o para la venta en general. Estas son las soluciones que cuatro empresas argentinas encontraron en el ámbito académico uruguayo. Más precisamente en elIEEM, la escuela de negocios de la Universidad de Montevideo.
«La consultoría es parte del último trimestre del MBA del IEEM, lo hacemos hace 10 años y hace tres que lo enfocamos en biotecnología y elegimos cuatro o cinco proyectos por año. Esto genera un impacto gratuito en empresas sobre un tema que no sepan resolver y al mismo tiempo, los participantes del IEEM se meten de lleno en la industria», señaló Santiago Sena, director del área de Comportamiento Humano y Organizacional y profesor de la institución.
El fondo de inversión argentino SF500, especializado en empresas de ciencias de la vida, acudió al asesoramiento del IEEM ante una disyuntiva en su forma de conexión entre los equipos científicos y los de perfiles de negocios. «Tenemos un proceso de Connect que se hacía solo con los proyectos en los que decidíamos invertir. Pero teníamos la inquietud de si no deberíamos empezar antes, cuando estaban haciendo, por ejemplo, nuestro programa de aceleración para presentarlo luego al comité de inversión», explicó Verónica Vaccalluzzo, coordinadora de operaciones en SF500.
Según indicó, tras la consultoría el fondo pudo identificar que las mejores oportunidades de llevar a cabo este proceso de Connect eran antes de la inversión. «El IEEM nos aportó varias ideas de cómo sumar a ese perfil distintas alternativas de match con las startups conformadas y en proceso de configuración. Fue muy interesante porque aportaron y clarificaron muchas cosas que, si bien las pensábamos, puestas como soluciones concretas con propuestas específicas, nos ayudó a ordenarnos en ese proceso», aseguró.
¿Cómo generar una estrategia comercial cuando una empresa pasa de ofrecer un producto a servicios de consultoría? En busca de la respuesta a esta pregunta, se acercó al IEEM la biotecnológica argentina Inmet, especializada en el uso de microorganismos como herramienta de biotransformación de residuos agroindustriales en compuestos de alto valor agregado. «Hace un año y medio había mudado de modelo de negocios de desarrollo de tecnología propia a brindar servicios de I+D, y quería expandir la cantidad de soluciones que dábamos, tanto a startups como a empresas grandes», explicó Gastón Prez, business development responsible de la firma. El resultado es que obtuvieron cuatro estrategias comerciales distintas. «Fue un popurrí de ideas muy copadas. Algunas se podían aplicar, otras no, pero nos ayudaron a pensar de manera distinta algunos aspectos, más que nada las relaciones con los clientes, cómo entrarles, qué estrategia usar. Por ejemplo, focalizar en un área de nuestra clientela, ya que teníamos desde pharma a agro y alimentos. En eso nos ayudó mucho», indicó.
El año pasado, la empresa argentina Oncoliq, que desarrolla una plataforma que combina biología molecular basada en PCR con machine learning para detectar la presencia de un tumor en un órgano, acudió al IEEM a través del fondo de inversión SF500. El objetivo, recordó Marina Simian CEO y cofundadora de la compañía, fue una consultoría sobre la salida al mercado de su primer producto, Oncoliq Mama. «Fue muy interesante la interacción con los chicos del IEEM, porque nos tiraron muchas ideas de cómo traccionar la venta de Oncoliq Mama. Básicamente, fue para ver cómo más mujeres empiecen a usar el producto», recordó. Para la empresaria fue su primera experiencia de acudir a la academia para resolver una problema, y que más mujeres utilicen su herramienta que complementa a la mamografía que muchas veces no es definitiva o definitoria, por lo que tienen que volver a hacerse el examen.
Según dijo, la «experiencia fue muy positiva». «Fue la primera vez que acudimos a un ámbito académico y fue muy interesante, lo recomiendo porque es de ayuda mutua».
En 2022, Limay Biosciences, empresa argentina de biotecnología que diseña, desarrolla y produce soluciones de testeo molecular, tenía un desafío: crecer en forma escalonada e internacionalizar sus servicios en EE.UU. y otros países. «A través del fondo SF500 llegamos al ‘consulting challenge’ del programa de Maestría Ejecutiva del IEEM. Ellos analizaron distintas ciudades y lugares en los que convenía montar operaciones o tener una estructura. Entre otros, tuvieron en cuenta la presencia de espacios colaborativos de trabajo con otras startups de biotecnología o la presencia de venture capitals en la región. En base a ese análisis, y otros, nos recomendaron una serie de opciones para locaciones donde hacer el softlanding», explicó Dolores González, cofundadora de la empresa. Esta fue la primera experiencia de la compañía con el ámbito académico y fue tan positiva que al desembarcar en Uruguay volvieron a solicitar asesoramiento, además de repetirlo con la Universidad de San Andrés de Buenos Aires y con la Bayes Business School de Londres.