En busca de sostenibilidad, una empresa uruguaya reutiliza vapor y trabaja con un brazo robótico en Pando

Softys Uruguay obtuvo el Premio Nacional de Eficiencia Energética por cuatro proyectos con los que potencia su estrategia de trabajo sostenible

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Softys Uruguay
Softys Uruguay.
Gentileza: Softys Uruguay

La fabricación de papel tissue —el que se utiliza en pañuelos descartables, papel de cocina, servilletas y papel higiénico— consume grandes cantidades de agua, porque el desfibrado de la celulosa y el transporte de la fibra se realizan mediante ese recurso.

Ante ello, la empresa Softys Uruguay apostó a la innovación y la sostenibilidad para optimizar sus procesos y hoy utiliza cerca de 14,7 metros cúbicos (m3) de agua por tonelada de papel, un 54% menos de lo que ese desarrollo demandaba en 2019.

Así, la firma —que en 2017 invirtió US$ 3 millones en una planta de tratamiento de efluentes— tiene como parte de su propósito mejorar el uso de los recursos en su proceso productivo.

El resultado de este camino la llevó a ser reconocida con el Premio Nacional de Eficiencia Energética, del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), en la categoría de Industrias por la implementación de cuatro proyectos de impronta sostenible.

Planta industrial de la empresa Softys, en Pando.
Planta industrial de la empresa Softys, en Pando.
Gentileza: Softys Uruguay

Creatividad y fondos

Softys Uruguay cuenta con un comité de gestión de energía que trabaja para reducir las emisiones y utilizar de forma más óptima los recursos energéticos en sus procesos, explicó José Luis Hernández, product supply manager tissue & personal care.

En el marco de ese comité, y «gracias a la creatividad de los colaboradores», la empresa logró reducir 12% la cantidad de leña utilizada mensualmente (cerca de 80 toneladas) para secar el papel tissue, contó Hernández.

El papel tissue pasa sobre un cilindro secador, el cual a través de transferencia de calor evapora el contenido de agua de la hoja. Para generar ese vapor se alimenta una caldera con agua que se calienta mediante leña; una vez el vapor está en el cilindro, se condensa y ese condensado debe sacarse fuera. Los trabajadores identificaron que ese condensado se estaba desperdiciando, porque tras el proceso se soltaba vapor por una rejilla. Tras un análisis de la máquina, se colocaron tubos que ahora permiten que el condensado se redireccione a la caldera y precaliente el agua, utilizando menos leña en el proceso.

Bombas de vapor en la planta industrial de Softys Uruguay.
Bombas de vapor en la planta industrial de Softys Uruguay.
Gentileza: Softys Uruguay

Desde 2023 y tras invertir US$ 150.000, la empresa implementó el proyecto «Alimentación semiautomática de leña», con el que obtuvo un impacto en el uso de la energía, pero también en la seguridad de los colaboradores de la fábrica y a nivel de calidad de productos, comentó el director.

Hasta entonces, la carga de leña para calentar la caldera de secado la hacían los trabajadores de forma manual, pero ahora esa tarea la realiza un brazo robótico. Al ser más constante la carga, la quema de leña es más uniforme, lo que genera mayor estabilidad en el proceso y reduce la posibilidad de que se generen defectos de calidad por diferencias en el secado. Esto también optimizó el gasto de leña. Previo al uso del brazo mecánico se generaban 3,5 toneladas de vapor por cada tonelada de leña, y ahora se generan 4 toneladas de vapor, por lo que se demanda menos cantidad de leña para el mismo proceso.

Grapo de carga de leña a caldera, en la planta de Softys Uruguay.
Grapo de carga de leña a caldera, en la planta de Softys Uruguay.
Gentileza: Softys Uruguay

Para acompañar el secado del papel y garantizar la calidad de la producción, Softys instaló un escáner que permite medir el gramaje de la hoja y su humedad. El equipo tiene un control automático enlazado a un sistema de secado por aire caliente (generado con ventiladores a gas). En función de la humedad que el escáner detecta, se regula automáticamente y de manera continua la temperatura que se le suministra a la hoja. Con ello se asegura que la hoja no se seque de más y no se desperdicie gas en el secado.

Hasta ahora el escáner permitió reducir 370 toneladas de CO2 por año.

Electromovilidad

Otro de los proyectos por los que la firma fue reconocida tiene que ver con las emisiones de gases de efecto invernadero. En 2022 la compañía comenzó un recambio de su flota de elevadores a combustión por eléctricos. Por esta iniciativa que durará hasta 2027, ya se cambiaron 15 elevadores y se ha logrado evitar la emisión de cerca de 200 toneladas de CO2 por año, indicó Hernández.

Mariano Paz, CEO de Softys Uruguay, agregó que el cuidado es el «mayor motor» de la empresa. «Trabajamos inspirados en las personas y su día a día, acompañándolos en cada etapa de su vida», dijo. Y explicó que la estrategia de sostenibilidad 2024-2028 de la firma se basa en cuatro pilares: «ser mejores juntos, ser responsables de principio a fin en los procesos, cuidar a los consumidores y apoyar a las comunidades y su desarrollo». «En Softys, cuidamos el futuro hoy”, finalizó.

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