Stella Maris Pusino - spusino@elpais.com.uy
Vendió su parte en la tecnológica local SX Networks ¿en qué situación quedó la empresa?
Abrimos la empresa en 2003 y en poco tiempo se convirtió en una compañía líder, pionera en el modelo de offshoring IT outsourcing (relocalización y tercerización de servicios vinculados a tecnologías de la información) en el área de web 2.0. La mayoría de sus clientes provienen de Europa y América del Norte. A mediados de este año teníamos unos 25, entre grandes y pequeños, en todas las áreas: marketing, desarrollo de software, diseño web, tecnología, servidores. El plantel de empleados permanentes era de 50. No tenemos aún el balance fiscal de último año, pero en 2007 facturamos cerca del millón de euros.
Esto implica que SX Networks va camino a consolidarse como una compañía que ofrece servicios de offshore IT outsourcing de primer nivel mundial en materia de tecnologías de Internet en web 2.0, enfocados especialmente en software de código abierto.
¿La compañía era sólo suya?
No. Desde el comienzo estuve asociado con un emprendedor español. Él no se desvinculó de la empresa. Le sirve tener sede en Uruguay.
¿Cuál fue el monto de la transacción?
No puedo hablar de números, por una cuestión del contrato.
Hablemos, pues, en términos de fortuna.
Tendríamos que definir qué es fortuna. Tengo un respaldo interesante, que me permitió abrir nuevas puertas para recibir capital de terceros para mis proyectos. Para los inversionistas la prueba de fuego es que el emprendedor haya logrado tener un negocio rentable y haberlo vendido. El resultado de la venta de SX Networks me permite establecerme en Europa, con tranquilidad, y rendir el 500% de lo que rindo en Uruguay.
¿Qué lo llevó a vender su participación en la empresa?
Debo contar desde un poco antes de mediados de este año, que fue cuando comenzó el proceso de venta. En 2007 decidí volcarme fuertemente al área comercial de la empresa, tomé las riendas de la venta de servicios y productos, y viajé mucho. Ofrecía lo que sabíamos hacer: desarrollar aplicaciones relacionadas con el nuevo paradigma de la web 2.0, pero apoyándonos en la estrategia de Uruguay como país atractivo para las inversiones. Explicaba a los clientes por qué podían confiar en que no se trata de una república bananera, que aquí encuentran mano de obra calificada y una excelente relación costo-beneficio.
Conocí mucha gente, clientes, emprendedores, empresas de tecnología, generé nuevos vínculos, muy valiosos, hasta que este año lo sembrado comenzó a despuntar. Comenzó un boca a boca de recomendaciones que fue impesionante y un contacto llevó a otro. Un grupo económico europeo dedicado a proyectos de Internet se interesó en SX Networks. Ya eran clientes, pero llegó un momento en que querían todo para ellos.
¿Y entonces?
Me iba dando cuenta de que, otra vez, me volvía a picar el bicho emprendedor, del emprendedor serial. Y reparaba en que me estaba volviendo un empleado de mi propia empresa. Eso no me satisfacía. Me llegaban propuestas atractivas que quería encarar pero no tenía tiempo para dedicarme a ellas. Tenía que tomar una decisión.
¿Cuáles son sus proyectos actuales?
Estoy asesorando a la Agencia Nacional de Investigación e Innovación integrando un equipo que evalúa propuestas de empresas que solicitan financiación y analizamos su viabilidad técnica. Es una movida interesante. Luego, como pasé por esa etapa en que mandaba mail sin creer que fueran a responderme, dedico mucho tiempo a contestar los que recibo de jóvenes buscando apoyo para sus proyectos. Para mí es reconfortante recibirlos y responder. Luego, estoy abriendo una empresa junto a socios españoles y suecos, Latin Interactive Gaming, en Malta, donde pienso radicarme, seguramente en 2010, o antes.
¿De qué se trata este negocio?
Tendrá toda la operación de bingo, casino y poker que ya lanzamos pero estamos afinando detalles para comenzar con todo a principios de 2009. Abarcaremos España y Latinoamérica como primer foco y luego, uniéndonos a un grupo inglés, la idea es convertirnos en un conglomerado de socios fuerte en el tema de apuestas que es donde tengo mejor know how.
¿Cuál es la inversión inicial?
Cerca de un millón de euros en marketing, licencias, tecnología. Es un negocio muy bien visto en Europa porque por su gran carga impositiva deja buenos ingresos a los Estados. Este es el proyecto principal. Luego, en Canadá, comienzo en 2009 a participar como consejero de una empresa de capitales ingleses y canadienses, Hello Nets, que está lanzando una red social profesional, innovadora, exclusiva para corporaciones y vinculándolas con sus clientes para generar valor. También en España estoy vinculado a una incubadora que desarrolla proyectos para EE.UU., España e Inglaterra.
¿Mantendrá algún negocio en Uruguay?
Sí. Estoy asociado con dos jóvenes, muy emprendedores, uruguayos. El negocio estará vinculado al turismo de lujo para extranjeros, tal como se maneja en Ibiza, por ejemplo, y vinculándolo a inversiones inmobiliarias.
Hay una cartera cautiva para este negocio entre los apostadores fuertes en Internet.
Exacto. Eso es sinergia.
Se han ido ya varios profesionales
¿Qué fue lo que cambió? Usted no quería dejar Uruguay.
Estando en SX Networks confiaba en que podíamos hacer mucho desde aquí, pero me di cuenta que somos un país muy chico, donde las empresas no se apoyan entre sí. Muchas personas que trabajaban conmigo, tiraban para atrás. Y no digo que esto sea de nuestra exclusividad. He visto cómo se trabaja en otros países. Cuando volví de Silicon Valley hace dos años, quise implementar una mentalidad ganadora, pero sólo me respondió el 15% de mi gente. Muchos jóvenes no tienen ninguna aspiración. Por otra parte, se han ido ya varios amigos, grandes profesionales. Uruguay tiene lo mejor fuera de su territorio.
Si no nos juntamos nos van a devorar
¿Por qué afirma que las empresas no se apoyan entre sí?
Las empresas locales que venden servicios todavía no se han dado cuenta que competimos con China, India, los países de Europa del Este, Rusia, países con muchísima cantidad de profesionales, de asociaciones, y costos más bajos. Hubo intentos de agruparse por intermedio de la CUTI, pero el análisis terminaba en parálisis. No debería estar esto en mi agenda sino en la de los políticos: Uruguay debería instalar una ciudad en donde se radiquen talentos extranjeros, con altas ventajas y beneficios fiscales. Ellos contratarían a profesionales locales, generando un polo tecnológico real. Tienen acceso a capital. Pueden invertir.
Sin embargo, un proyecto excelente como Aguada Park es blanco de quejas de la competencia. Somos pocos, se va gente que agregaría valor quedándose, y desestimamos lo nuestro. Si no nos juntamos, nos van a devorar.