Durante 2024, “Encuentros El Empresario” dio lugar a cuatro almuerzos y 30 entrevistas, de las cuales surgieron distintos conceptos para compartir, discutir e intercambiar acerca del país y el mundo de los negocios. A continuación, repasamos algunas de las reflexiones más relevantes que dejó el ciclo en sus primeros almuerzos.
Ser un hub de innovación nos saca del lugar de dependencia de los commodities, de poco valor agregado y tenemos la oportunidad de hacer la diferencia.
La gran innovación y financiación sólo pueden venir de fuera. Y si no atraes inversiones extranjeras, el país no crece.
En la industria de la tecnología, Uruguay es competitivo en el exterior por el nivel del talento que tenemos.
En su vida laboral, las personas tendrán que reconvertirse varias veces por el riesgo latente de ser sustituidas en su nueva actividad por un algoritmo de IA.
Uruguay es un país estable, independientemente del partido político que gobierne, no hay polarización.
Es crucial fortalecer la educación a nivel universitario y de estudios medios. El país necesita inversión en ese sentido.
Hay una desproporción entre el tamaño del Estado y el país que tenemos. Para disminuir el Estado, tenemos que darle funciones a privados.
Desde Uruguay se puede trabajar para el mundo, pero hay que tener una mirada más allá del país. Hoy las barreras son menores que antes, por eso hay una oportunidad enorme.
No debemos chocar la ‘Ferrari’. Somos un país estable económicamente, predecible, de gran prestigio, y eso no lo podemos perder.
El país debería venderse mucho mejor afuera. Se deberían usar los consulados y embajadas como sucursales del país para conseguir negocios.
Si no crecemos en gente, hay mercados que se irán frenando (...). El tema poblacional está en la base de todo lo que vayamos a estudiar del Uruguay del futuro.
Tenemos un Estado muy burocrático. Hay que modernizarlo y simplificarlo, sin que deje de controlar. Acá es complejo abrir o cerrar una empresa, importar y exportar.
El país está consolidado, con una democracia sólida y respetada, y grado inversor. Estamos a la vanguardia en energía limpia. Uruguay hoy está de moda en el mundo.
A Uruguay lo veo bien, pero tenemos que ir a ser un país de primera, no el mejor del barrio (...). El país tiene que aprovechar su base y seguir creciendo.
La carga impositiva en general es alta, lo que hace que sea desafiante operar en Uruguay.
Existe un desafío a corto plazo: el mercado de capitales. Hoy están dadas las capacidades para hacerlo, pero hay que desarrollarlo.
Uruguay tiene solidez en su sistema de salud y en sus políticas de cobertura, que son un modelo en la región.
En Uruguay, debemos tener políticas de shock contra la pobreza extrema, sobre todo, en el impacto en la infancia.
Desde el exterior cuando se estudia el mapa de qué país elegir en la región, Uruguay es el número uno.
En el mundo hay dos tipos de empresa: las rápidas o las muertas. Con los países será igual. Tenemos que estar entre los países rápidos.
Hace muchos años que demostramos ser buenos y que podemos exportar productos y talento de calidad.
Tenemos una regulación de primer nivel mundial, pero los costos —impositivos y operativos—, son los más altos de la banca en el mundo.
La tecnología es imprescindible. Hay que ver en qué sectores puede tener mayor impacto.