LIDERAZGO
Algunas claves de la coach Graciela Foggia para ocuparse más y preocuparse menos ante la incertidumbre que genera la caída de la actividad económica, el teletrabajo y los envíos a seguro de paro
A la hora pautada, María se conectó por Zoom con el link que le envié previamente. Lidera un grupo de 25 personas de un área que, por su actividad, le permite teletrabajar.
Desde el primer momento la noté muy estresada. Me contó que su esposo estaba en seguro de paro parcial, teletrabajando las horas que había acordado con su empresa. Sus dos hijos, también en casa, aparecieron en dos oportunidades «detrás de cámara» y me saludaron. Uno de ellos, le preguntó a la mamá, dudas sobre los deberes online del colegio. El otro contó que estaba conectado, jugando con sus amigos. Ella se incomodó con las interrupciones y comentó: «¡Justo, antes del COVID-19, estábamos analizando el teletrabajo como beneficio, pero claro… ¡esta situación es diferente! Tengo a toda mi familia en casa. No puedo enfocarme, el director del área está pidiendo que reduzca mi equipo, la proyección del negocio es complicada. Estoy angustiada, el futuro incierto me mata…».
Le pregunté: «¿En qué deseás enfocarte hoy?». Respondió: «Necesito organizarme, liderar a mi equipo, poner límites en mi casa y a mí misma, tomar decisiones rápidas y objetivas», dijo y agregó que le preocupan el futuro, el trabajo y la economía. «Tengo miedo», confesó.
Rápidamente recordé el libro «Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva» en el cual, entre otras cosas, Stephen Covey comparte una idea muy simple en relación a las posibilidades de hacer y no hacer, con todo lo que nos preocupa. La invité a listar sus preocupaciones, a conectar con cada una de ellas y a analizar sobre cuáles podía ejercer algún tipo de influencia y sobre cuáles no. Realizado el ejercicio descubrió que perdía energía valiosa en cosas sobre las que no podía hacer nada, dejando de lado aquello sobre lo cual sí podía influir.
Noté que la conversación que María mantenía con ella misma estaba cambiando porque su foco estaba cambiando. Luego, me pidió ayuda para elaborar la estrategia para liderar a su equipo a distancia y le compartí algunas prácticas que vengo observando en compañías que aplican teletrabajo:
1. Preguntate: ¿Mis colaboradores tienen todas las herramientas que necesitan?, ¿saben usarlas?
2. ¿Cómo teletrabajan? ¿Con quienes están en su casa?, ¿cómo se organizan para el trabajo y el descanso?
3. Mantené al equipo comunicado, pero sin saturar.
4. Fijá objetivos y metas claras, utilizá una planilla de seguimiento para medir objetivamente el desempeño.
5. Mantené reuniones descontracturadas para compartir experiencias de la semana. Celebrá los avances.
6. Prestá atención a los estados de ánimo de los integrantes del equipo. Si esto es importante en condiciones «normales», lo es más en situaciones de «distanciamiento social».
Como herramientas adicionales, le compartí una meditación guiada para realizar cada mañana. Le propuse seguir conectando con la respiración y aceptar las emociones como fuente de información; practicar la gratitud por todo lo bueno que está presente y, sobre todo, mantener el foco en aquello que sí se puede hacer.