Por Antonio Larronda
Rafael Staricco, ingresó a la empresa Isbelen 2004, a través de una pasantía que duraba seis meses, mientras cursaba la carrera de ingeniero eléctrico con perfil en telecomunicaciones (UdelaR).
Pero no se fue más. Hoy, a sus 41 años, es CEO y socio de Quantik, grupo que reúne a esa compañía además de Synapsis y Qubox. La empresa crece año a año y asegura que a futuro el mayor peso del negocio estará en el clientes del exterior.
Entre sus proyectos se destacan desde los medidores inteligentes de UTE hasta la red de telecomunicación del mayor parque de Punta Cana. Asegura que Uruguay puede liderar en innovación aunque todavía «falta cerrar el círculo» Es montevideano, está casado, tiene dos hijos. En su tiempo libre disfruta de los deportes en equipo, compartir tiempo con su familia y amigos y viajar.
Comenzó en Isbel en 2004 y 10 años después fue nombrado CEO de la empresa, ¿cómo fue su camino en la compañía?
Ingresé a Isbel como becario por seis meses, práctica que aún se mantiene. No soy el único que se inició por esta vía y accedió a un puesto de liderazgo en la organización. Me presenté porque amigos que se habían incorporado me comentaban que no era un trabajo rutinario sino que se aprendía mucho. Mi intención era ganar experiencia de lo que estaba estudiando. También estaba en tercero de facultad y era momento de independizarme. Nunca pensé en llegar a CEO porque ni sabía lo que era una empresa. Luego, en 2019, pasé a ser accionista de la compañía.
¿Cómo forjó su carrera en la organización?
La empresa tiene en su ADN dar oportunidades. Yo era una esponja, me gustaba aprender y comencé a colaborar con varias personas con más experiencia. A los dos años me pasaron a un puesto de ingeniería de diseño o preventa que está en el proceso comercial. Me gustó porque era construir nuevas cosas en contacto con el cliente, entender sus necesidades y al año pasé a trabajar más directo con los clientes. En 2007, con 26 años me dieron la jefatura comercial y comenzó mi carrera con un perfil más de liderazgo. Primero fue con foco en Uruguay y luego también en el exterior. Fui creciendo, sumando roles, hasta que en 2012 me ofrecen ser CEO y asumí en 2014. Fue todo un desafío, pasé de dirigir 30 personas a 120.
Quantik es un grupo creado en 2021 para unir las empresas Isbel, Synapsis y Qubox, ¿qué papel juegan cada una dentro del conglomerado?
Isbel es una compañía con más de 40 años en el mercado que crea soluciones de tecnología y telecomunicaciones basadas en productos que fabrican nuestros socios de negocios. Los entendemos y adaptamos a las necesidades de los clientes donde se instalen. Tuvimos clientes como Antel y UTE, y gracias a eso salimos a mercados del Caribe. En 2003 se creó Synapsis, empresa que tenía los mismos accionistas de Isbel cuyo negocio es proveer soluciones de contact center y tercerización de servicios. Ahora le estamos dando un giro más de tercerizar procesos en base a tecnología y no solo en base a gente. Empecé a tener más responsabilidad en esta empresa hace cuatro años. Pero además, como siempre tuvimos la curiosidad de poseer productos propios en 2017 creamos Qubox, spin-off que tiene Hey Now, herramienta de comunicación automatizada instalada en 150 clientes. En general, nuestro propósito es simplificar las operaciones de nuestros clientes con servicios y aplicación de tecnologías e impactar en mejorar la calidad de vida de las personas a las que esas organizaciones sirven.
Si las empresas funcionaban bien, ¿por qué unirlas bajo el paraguas de Quantik?
Responde a un diseño estratégico. Nuestra idea es tener por un lado un centro de servicios compartidos de muy alta calidad y eficiencia y por otro, empresas desarrollando negocios y territorios específicos (disciplinas). Esto permite a las empresas tener el foco en su especialidad y aprovechar las sinergias colectivas. La otra parte de la decisión por este modelo tiene que ver con la cultura, tema al que le damos mucha importancia y queremos que sea una sola.
El año pasado superaron los US$ 50 millones de facturación, ¿qué perspectiva tienen para este año?
En los últimos dos años el nivel de facturación creció un 30%. Para este 2023 la proyección es 10%. Del total, Isbel es un 75%, Synapsis un 20% y Qubox, con el producto Hey Now, es otro 5%.
Desarrollan negocios en Uruguay y el exterior, ¿en cuántos países tienen clientes?
Hoy Uruguay es entre el 60% y 70% de la facturación, pero el mayor potencial de crecimiento está el exterior. No descartamos ir a mercados más globales como EE.UU. donde no hemos tenido experiencia, con foco en nichos específicos de soluciones y servicios. Hoy tenemos algún proyecto grande que es «cabecera de playa» para comenzar negocios en otros países, por ejemplo Paraguay. En total, tenemos unos 800 clientes en más de 20 países, principalmente en América Latina pero también en España e Italia. Contamos con oficinas en República Dominicana (2011) y Puerto Rico (2022). En este último compramos una empresa como Isbel pero más chica a la que nosotros le podíamos agregar mucho valor.
¿Qué tipo de clientes y proyectos llevan a cabo?
De los más importantes se destacan los medidores inteligentes de UTE, un proyecto de IoT (Internet de las cosas) que hace poco se conoció la instalación del número 1 millón. Como UTE es referente en Latinoamérica nos permite presentarnos en grandes licitaciones en el exterior. Ahora estamos avanzando con uno de medición inteligente con Montevideo Gas. Además, le damos servicios de telecomunicación a Nokia para operadores telcos de varios países. En cadenas hoteleras de Hyatt o Hilton en el Caribe montamos la red de fibra óptica y telecomunicaciones para administrar la red profesional de WiFi y de la televisión. Ahora estamos terminando un proyecto en Barbados en un hotel Wyndham e hicimos la red de telecomunicaciones del parque temático más grande el Caribe, Katmandú Park (del grupo Meliá y Falcon’s Creative en Punta Cana).
En 2018 crearon una incubadora de innovación interna para proyectos disruptivos, ¿qué planes persiguen?
La creamos en 2018 como Isbel Lab. En 2021 pasó a llamarse Quantik Lab y desde ese entonces comenzó a ser un área con equipo dedicado. El objetivo es tener una incubadora de iniciativas disruptivas para proyectos del grupo, de clientes o de la comunidad. Los estudiamos con método, descartamos, hacemos prototipos y en definitiva tratamos de validar su potencial. Áreas como ciudades inteligentes, movilidad eléctrica y transición energética, metaverso y soluciones de customer experience son espacios de interés. Muchas veces surgían ideas innovadoras muy interesantes pero no había un contexto donde trabajarlas. Hoy tenemos cinco proyectos activos, dos con grado de avance alto que pueden ser potenciales startups de inversión en este año. Uno es de customer experience en fintech y otro de transición energética con movilidad eléctrica. El resto están en fases mas de exploración o validación.
Hace poco viajó a Israel, país líder en innovación. ¿Qué cree que puede aplicar Uruguay de ese ecosistema?
Además de una capacidad innata por crear cosas todo el tiempo por necesidad, Israel tiene un ecosistema muy bien armado. La parte de financiamiento está muy bien con el gobierno ayudando en la etapa inicial y luego el capital de riesgo. También la universidad está muy conectada. Es un círculo que cierra. En Uruguay la ANII (Agencia Nacional de Investigación e Innovación) ayuda en etapas iniciales pero luego falta cerrar el círculo. La iniciativa del Innovation Hub que el gobierno impulsa y el reconocimiento que el país ha logrado en los últimos años pueden configurar un escenario muy positivo. Uruguay tiene un potencial muy grande en tecnología, los profesionales cuando salen al exterior son muy valorados pero tenemos el problema de la escala. Mover el foco de servicios hacia productos exportables es donde veo mayor oportunidad y creo que es lo que más se tiene que incentivar.
"Fenicio es la primera empresa en la que invertimos que no nació en el grupo y es un producto, algo que está en nuestra estrategia. Al mundo del e-commerce le vemos potencial y puede hacer sinergia con temas que estamos haciendo".
Hace dos años adquirieron parte accionaria de Fenicio, la plataforma de e-commerce, ¿qué llevó a tomar esa decisión?
Es la primera empresa en la que invertimos que no nació en el grupo y es un producto, algo que está en nuestra estrategia. Al mundo del e-commerce le vemos potencial y puede hacer sinergia con temas que estamos haciendo. Mas allá de la inversión de capital, en Fenicio estamos tratando de hacer un aporte estratégico mas bien a nivel de gestión, trasladando experiencias y capacidades que hemos desarrollado en el grupo y que son claves para escalar (como finanzas, gestión humana, internacionalización). También ya hemos hecho sinergias comerciales y por ejemplo, en República Dominicana a través de Isbel vendimos la plataforma a algunas empresas de retail de ese país.
El año pasado llegaron a ser unas 800 personas en la empresa, ¿cómo están hoy?
Llegamos a esa cifra porque teníamos muchas personas en outsourcing de servicio de Synapsis. Pero un cliente muy grande de Singapur se fue de Latinoamérica y eso impactó. Ahora somos unos 500, 300 personas en Synapsis, 200 en Isbel y otras 30 en Qubox. De este total, la mayoría está en Uruguay, en República Dominica unas 20 personas, en Puerto Rico 15 y el año pasado armamos un hub de desarrollo de software más senior en Rosario (Argentina) con 10 personas. En Rivera teníamos una apuesta pero cayó por el cliente de Singapur. Mantenemos personal remoto y la idea es volver por ese destino, vemos un gran potencial en el interior.
¿Qué nivel de rotación tienen en el grupo y qué estrategias aplican para captar y retener talento?
No tenemos un índice de rotación muy alto. La mayor herramienta que tenemos es generar desafíos, que esto sea un lugar para desarrollarse. También hacemos un trabajo muy fuerte en liderazgo porque las personas muchas veces se van por sus líderes.
La inteligencia artificial (IA), con ChatGPT a la cabeza, revolucionó los negocios, ¿lo ven como amenaza u oportunidad?
Sin duda lo vemos como una oportunidad. Para la interna es algo que estamos usando para acelerar procesos. Lo vemos como una herramienta. En Hey Now -plataforma de IA que ayuda a nuestros clientes a conversar con sus clientes de forma ágil, automatizada y efectiva-, donde intuitivamente quizá se podría pensar que pueda ser una amenaza, por el contrario se trata de una gran oportunidad. ChatGPT trabaja con datos públicos pero Hey Now usa los datos privados de las empresas al momento de interactuar. Hoy estamos combinando ambos mundos, usando así la potencia de ChatGPT dentro de las aplicaciones de Hey Now lo cual acorta ciclos de desarrollo y mejora los resultados. Por otro lado, toda esta revolución de ChatGPT nos ha ayudado mucho a poner el tema arriba de la mesa en el mercado. Ya no tenemos que explicar los beneficios de un asistente virtual inteligente, todo el mundo lo está probando, lo conoce y nosotros pasamos a ser un medio para llevar esas funcionalidades a las empresas.