Emprendedora, inquieta, curiosa y sobre todo, resiliente. Así se define la uruguaya Carolina Reyes (41 años), quien desde Barcelona lidera su startup Aitinn, una empresa que nació con foco en software y que este año crecerá. La firma ofrece servicios que combinan inteligencia artificial (IA) y habilidades humanas para ayudar a compañías a lograr mayor eficiencia y productividad. Además, conjuga diseño y tecnología, lo que permite transformar la imagen de una marca en el mundo digital como en el físico.
Actualmente, tiene presencia en Barcelona (oficina central) y en Montevideo (World Trade Center III) y cuenta con clientes en cinco países: España, Italia, Portugal, Argentina y Uruguay. Entre tanto, se prepara para abrir dos grandes mercados, Brasil y Colombia.
Entre sus soluciones y servicios, ofrece asistentes virtuales, reingeniería de procesos, tecnologías biométricas para reducir las tasas de fraude. Cuenta con clientes en sectores como finanzas, utilities, alimentación, retail y medicina, entre otros.
Esa base le ha permitido triplicar su facturación en el último año.
Su fundadora reside en Barcelona pero aclara que viaja mucho a Uruguay, «unas cuatro veces al año para trabajar y cerrar negocios».
Reyes cuenta que el negocio está sólido y crece, razón por la que lanzará un nuevo vertical especializado en inversiones. «Estoy captando inversores en bienes raíces, puntualmente para Paraguay. A largo plazo ofreceremos inversiones en el ámbito del mercado financiero», detalló.
Espíritu emprendedor
Reyes reveló que ya recibió ofertas de compra de su empresa que rechazó porque entiende que «aún no es el momento, hay mucho por hacer para posicionar la compañía». Si hay algo que sabe la emprendedora es ser perseverante, paciente, buscar nuevas oportunidades y trabajar «con compromiso» para lograr el éxito.
Su historia da cuenta de ello.
Creó la empresa en 2020, en plena pandemia, en el exterior y siendo mujer en un sector donde predominan los hombres. «No ha sido fácil, pero cada paso ha valido la pena», enfatizó.
Su primer cliente en España llegó luego de haber golpeado varias puertas. Literalmente. «Utilizo el método de puerta fría. Voy directo a las empresas, busco reuniones personales y uso LinkedIn. Ahora llegan por recomendaciones boca a boca», indicó.
Ese carácter emprendedor y luchador es algo que trae en su ADN. «Mi padre emprendió desde los 26 años, supo estar arriba y abajo. Esto ha sido un gran aprendizaje en mi camino, saber estar en los dos lados», relató.
De hecho, su primer trabajo -a los 15 años- fue en McDonald’s para pagar sus estudios en secundaria a raíz de un revés económico familiar. «Iba a comenzar el bachillerato, quería ir al Juan XXIII pero mis padres no podían pagarlo. Hablé con el director del colegio, le dije que quería ir pero no podía pagar. Luego de esa charla, conseguí una beca importante. Durante tres años, de mañana estudiaba y por la tarde trabajaba», recordó Reyes sobre esa época.
En 2003 decidió irse a España. Llevó € 100 y se quedó en Santiago de Compostela en la casa de la familia de una amiga de su infancia. Estuvo 15 días hasta que se mudó a Barcelona donde vivían sus tíos. Tras un mes, y 80 currículums enviados, consiguió trabajo en una tienda. Con su primer sueldo decidió independizarse y alquiló una habitación. Desde ahí hasta al presente, pivoteó entre Barcelona y Montevideo.
En Uruguay trabajó de 2004 a 2006 en la inmobiliaria de Cristina Ottonello, donde atendía a un público «internacional». En 2006 volvió a Barcelona a hacer un máster y a los tres años retornó al país. Trabajó en la inmobiliaria hasta que en 2016 «por una inquietud de nuevos desafíos», se volcó al sector tecnológico. En 2018 regresó a España, donde se afincó, y en 2020, luego de una tragedia que afectó su vida, decidió «transformar el dolor en honrar la vida», y creó su propia empresa. «Así nació Aitinn», cerró.