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«El talento uruguayo se aprecia y valora mucho acá», dijo desde Washington, EE.UU., Alan Kind. Este uruguayo de 43 años habla desde su experiencia profesional y personal, que en los últimos casi siete años lo tienen trabajando en la sede del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Actualmente se desempeña como responsable de un equipo que apoya la transformación digital del organismo a través de la aplicación de tecnología, datos e innovación.
El resultado del trabajo de este equipo «súper multidisciplinario» ayuda al BID a «mejorar la inteligencia que manejamos en la relación con nuestros clientes o cómo hacemos más eficiente la generación del contenido que hacemos dentro del banco», puntualizó. También realizan la «escucha digital» de las redes sociales para conocer qué se dice en las plataformas sobre el BID y los temas de interés del organismo para luego tomar decisiones estratégicas.
El equipo de Kind reúne a 30 profesionales de perfiles variados, como economistas, ingenieros, analistas de datos y project managers.
Así de variopinta es también la procedencia de sus integrantes. «El 80% son latinos de todos los países donde el banco opera», comentó Kind, quien comparte equipo con dos uruguayas.
«La importancia de la diversidad la pude comprobar como nunca», resaltó al enfatizar que sus compañeros son personas de distintas edades, géneros y experiencias. Esa mixtura es valiosa a nivel profesional -a la hora de desarrollar productos o analizar datos- pero también enriquece las dinámicas humanas, agregó.
Kind ingresó al BID en 2017, luego de que un amigo uruguayo que por entonces trabajaba en la sede de Washington le comentara que estaban en busca de un talento especializado en innovación y tecnología. «Yo venía de emprender en Uruguay y sentía que (el llamado) podía calzar perfectamente con lo que podía aportar de valor», comentó.
Kind aplicó y se fue «entusiasmando» con la idea de trabajar en el BID a medida que iba avanzando en el proceso de selección. «Fui tomando magnitud de las posibilidades que había desde el BID y del impacto que se podía lograr en la región, eso terminó siendo el motor principal que me llevó a mudarme acá», confesó.
En la última etapa del reclutamiento viajó a Washington para hacer presentaciones ante representantes del BID y otros expertos, y realizar las entrevistas finales. Una noche cuando se encontraba de viaje en Hong Kong recibió la llamada desde el organismo donde le confirmaron que había sido seleccionado.
«La camiseta puesta»
Trabajar en el ecosistema de negocios e innovación de un organismo internacional en EE.UU. puede parecer una experiencia distante con la de hacer negocios en Uruguay. Sin embargo, Kind aseguró que hay similitudes. En ambos casos «la confianza, constancia, escucha activa y el valor de la palabra son claves para establecer relaciones de largo plazo», marcó.
Estos años le han dejado aprendizajes que lo llevan a ver los negocios en clave de equidad. Por ello cree que «la importancia de la innovación en el sector público es clave para el crecimiento de nuestros países y para el bienestar de las personas».
También valora el poder «ser testigo de la evolución de la inteligencia artificial desde el punto de vista de la innovación pero también regulatorio». Al respecto, contó que hizo recientemente un programa en la Universidad de Harvard donde reflexionó sobre «la responsabilidad que tenemos en este momento incipiente de la tecnología tanto sobre los datos como los algoritmos para no acentuar las diferencias sociales que ya existen en la región».
Tengo la camiseta del país puesta y en algún momento me gustaría volver para volcar lo que aprendí acá
Precisamente, la tecnología es un campo en el que Uruguay puede descollar, según Kind. «Tenemos todo para ser un hub tecnológico regional y mundial», opinó. «Veo con orgullo cómo ha evolucionado Uruguay ganándose el respeto de toda la región. El país está corriendo y ganando una carrera que, por el tamaño que tiene es la carrera que hay que correr, que es la de la economía del conocimiento».
Instalado en pleno «DC» junto a su esposa, también uruguaya, Kind disfruta del carácter cosmopolita de la ciudad así como de su oferta de parques y museos.
También se mantiene al tanto de las novedades de Uruguay y de sus afectos a través de Internet.
Volver es una idea a futuro.
«Tengo la camiseta del país puesta y en algún momento me gustaría volver para volcar lo que aprendí acá», afirmó dejando una certeza: «Estoy seguro que esa oportunidad va a llegar».