Cuando Guillermo Báez tenía 12 años le regalaron un videojuego, Metal Gear, y quedó fascinado con él. También notó que en los créditos del comienzo se nombraba varias veces a su creador, Hideo Kojima. Desde entonces esa se convirtió en su meta: crear un juego que llevara su nombre.

Hoy con 30 años vive en Vancouver, Canadá, a donde se mudó el año pasado para trabajar en el prestigioso The Coalition Studio y está cada vez más cerca de lograr ese sueño.

Se recibió como ingeniero en Sistemas en la Universidad de la República (UdelaR) y en paralelo cursó tres años de la Licenciatura en Animación y Videojuegos de la Universidad ORT. Su primer trabajo fue en el gigante tecnológico Globant, donde terminó liderando a un grupo de desarrolladores distribuidos entre Uruguay, Chile, Brasil, México y Bielorrusia. Trabajaban para Hogwarts Legacy, un título que era esperado con expectativa entre los fanáticos de los videojuegos y de Harry Potter, que llevaban esperándolo alrededor de una década.

«Trabajábamos haciendo optimizaciones de performance, intentábamos que el juego funcionara más rápido», contó Báez en una videollamada desde el otoño boreal. «En Vancouver hace frío, pero es un frío seco. El único problema que tiene es que es muy oscuro», opinó entre risas.

El juego, que salió a la venta este año para diversas plataformas, fue bien recibido y lleva vendidas 15 millones de copias y US$ 1.000 millones recaudados; fue uno de los mayores éxitos comerciales del año en la industria gamer. Báez apareció en los créditos, en el equipo de engineering. Hogwarts Legacy es considerado un videojuego AAA, una clasificación informal utilizada para los títulos producidos y distribuidos por una compañía importante, típicamente teniendo marketing y desarrollo de alto presupuesto.

La visibilidad de su trabajo le abrió las puertas para salir al mundo.

«Cuando salí de la universidad quería hacer juegos grandes y todo el mundo me decía que iba a tener que hacer juegos de celular, chiquitos. Y desde Uruguay, por más de que es más complicado, aún así se puede, aunque es un poco más difícil armar currículum porque son pocas las empresas que desarrollan juegos de este calibre. La realidad es que para traerte acá, te piden que tengas cierta experiencia, no alcanza con que sepas lo teórico», reflexionó.

Con esa convicción, Báez aplicó a la empresa detrás de uno de sus juegos favoritos, The Coalition Studio, que es parte de Xbox Game Studios (que a su vez es propiedad de Microsoft).

Después de seis entrevistas recibió una oferta para incorporarse a un equipo de más de 200 personas en Canadá.

Se mudó a cinco cuadras de la oficina, en Vancouver, junto a su novia y su gata. Si bien tienen un régimen híbrido, Báez admitió que «no iba a viajar 11.000 kilómetros para trabajar desde casa».

El uruguayo no puede revelar en qué videojuego está trabajando ahora, porque la confidencialidad es clave en su industria. «Aún no lo anunciaron y son muy celosos», remató.