Nathan Schorr está seguro de que, sin ser diplomático, es una de las personas «más internacionales que conoce». Desde chico se mudó varias veces, y de grande el emprendedurismo lo llevó a vivir en diferentes países. Cuando se le pregunta cuál es su profesión responde sin dudar: «soy emprendedor». Hoy desde México lidera una fintech en franco ascenso.
Nació en EE.UU., donde vivió un tiempo antes de irse a Arabia Saudita y luego mudarse a la tierra de sus padres —y la suya también— Uruguay, a sus 14 años. Estudió administración de empresas pero no pensaba en ser emprendedor, hasta que tuvo su primer trabajo, con Sergio Fogel y Andrés Bzurovski —fundadores de dLocal— y le pareció «increíble cómo emprender en tecnología podía generar un impacto en una gran cantidad de clientes, abrirte al mundo y dar posibilidades», contó a El Empresario.
Primer negocio
Con 23 años, y poco conocimiento del mundo de los negocios le presentó a sus jefes una idea de emprendimiento, una plataforma que centralizara noticias de deportes, con fuentes de información de todo el mundo y en la que los usuarios pudieran filtrar los contenidos por sus preferencias, deportes y clubes. Había visto algo similar en una empresa de EE.UU. y le pareció muy atractivo.
¿Cuándo hizo el click para animarse a emprender? Cuando sus jefes le dijeron que era muy buena idea, y que si quería podían invertir en ella para que se fuera a vivir a San Francisco y así desarrollarla, y cuando en su casa sus padres lo apoyaron al 100% en sus planes.
La plataforma se creó, pero el negocio no funcionó como él pensaba, la idea hasta hoy le sigue gustando, pero no ha logrado la forma de hacer de ese modelo de negocios algo sustentable.
Los fracasos y el dar marcha atrás son dos cosas que siempre acompañan a los emprendedores, y Schorr lo sabe. Aquel primer emprendimiento no funcionó, pero él siguió adelante. «El problema no es fracasar, el tema es cuán rápido nos levantamos. Yo soy como mi madre, me levanto rápido. Siempre practiqué deporte, (Michael) Jordan perdió cualquier cantidad de partidos y ganó también, y cuando perdió volvió más fuerte para seguir avanzando, y es así», explicó.
Moda y tecnología
En 2014 se fue a San Pablo junto a Gabriel Roizner y crearon Tizzka, un mobile e-commerce a través del cual influencers y expertos en moda podían compartir looks y las personas comprar la ropa de las tiendas promocionadas. Y en 2016 se mudó a México, su hogar actual, tras recibir una inversión de un fondo de ese país.
En 2018 la empresa mexicana Cultura Colectiva adquirió Tizzka y Schorr se quedó en tierras aztecas. Pasó el tiempo y estuvo en México hasta 2020, cuando volvió a Uruguay, donde se quedó un tiempo —como muchos— varado por la pandemia.
Vivir en México le dio la posibilidad de conocer el mercado y el ambiente de negocios, «absurdamente grande» comparado con Uruguay y el segundo después de Brasil, con gran relevancia para los inversores estadounidenses.
«Ser emprendedor es difícil, y México es lo más difícil de lo difícil a mi criterio. Es un mercado en el que hablamos el mismo idioma pero las costumbres son distintas y eso también impacta en las costumbres laborales. Pero aunque vea a México como gigantesco, es muy parecido a Uruguay en el sentido de que todo el mundo se termina conociendo en el sistema emprendedor, y eso ayuda en los negocios. Además es un mercado muy receptivo con los extranjeros», indicó.
Apuesta «fintech»
Estando en Uruguay, junto a su compatriota Juan Manuel Sobral, y al costarricense Andrés Hernández, Schorr creó en 2020 Flexio, su tercer emprendimiento y el que lo llevó a tener éxito en ese mercado que tanto estudió, el mexicano.
Se trata de un software de gestión de cobros y pagos B2B (entre compañías), una solución que automatiza procesos y optimiza así el trabajo de las empresas, explicó, y que con los años fue creciendo en clientes e inversión. En 2022 cerró una ronda de capital semilla de US$ 3 millones.
Si bien el foco de Flexio está puesto en empresas mexicanas, la fintech tiene grandes posibilidades de expandirse fuera de fronteras, aseguró el emprendedor. Actualmente empresas como agencias de marketing, de logística, de tecnología, de manufactura y de servicios profesionales utilizan el software.
«Mi carrera como emprendedor ha ido muy a la par con el desarrollo del ecosistema tecnológico regional y de Uruguay, y junto con los fondos de inversión. Hoy gente grosa está dispuesta a ir a una startup, y eso antes no existía. Soy muy afortunado por lo que he vivido y por haber podido emprender, y haber trabajado con los cofounders con los que trabajo. Siempre es un buen momento para emprender, y me encanta lo que hago, ¿cómo veo mi futuro? Con optimismo. Hay mucho para hacer y mucho en dónde impactar a nivel de sociedad. La tecnología tiene una manera de generar un impacto muy positivo, e igualar las oportunidades para todos», reflexionó.