Un viaje en taxi y una pregunta -¿que vas a hacer los próximos 10 años de tu vida?-, le cambiaron la vida al uruguayo Wilson Pais, hoy radicado en Chile donde se desempeña como director de empresas nativas digitales para Microsoft Latinoamérica.

Era 1997 y Pais había emprendido. Tenía una empresa junto a unos amigos y trabajaba en un proyecto de modernización tecnológica para UTE. Tomó un taxi junto a Francisco Moisés, responsable de Microsoft Uruguay en ese entonces, y al llegar a destino, Plaza Cagancha, Moisés le hizo la pregunta seguida de la invitación a sumarse a Microsoft.

La compañía daba sus primeros pasos en Uruguay y para Pais eso era un desafío. Y aceptó.

Ingresó para desarrollar el negocio de la base datos SQL Server para empresas y desde entonces no paró de crecer. En el 2000 le dieron la responsabilidad de impulsar el negocio corporativo para la región y en 2005 lo invitaron a ser parte del equipo que «transformaría a Microsoft Chile».

«Chile estaba creciendo, lo hablé con mi esposa y acepté. Podíamos hacer crecer el negocio en ese país en los temas que yo manejaba que estaban muy descuidados. Pensé que el proyecto iba a durar dos o tres años pero tuvimos más hijos, nos enganchamos con la cultura y la dinámica de Santiago y me fueron ofreciendo liderar más temas para Latinoamérica. Desde 2021 ayudo a establecer relaciones, armar negocios y hacer crecer compañías nativas digitales, que pueden ser desde un emprendedor hasta un ‘unicornio’», relató Pais.

Además es inversor ángel desde hace más de 10 años, forma parte de Endeavor y es mentor consejero para emprendedores.

Foto: Estefanía Leal

En los últimos cuatro años, el uruguayo tiene la mira en Miami para transformarla como puerta de entrada a EE.UU. para empresas latinas. «Microsoft creó el programa de aceleración The Microsoft AI Latino Immersion Program. Selecciona las 21, 22 startups con mayor potencial en inteligencia artificial del continente, de la mano de Manatech», indicó.

País tiene 52 años, nació en Artigas pero a los 5 años su familia se mudó a Montevideo. De padre bancario y madre maestra, tuvo una infancia ligada a la computación y las matemáticas. Es el menor de cuatro hermanos y su educación fue pública. Comenzó en la Escuela República Argentina, siguió en el Liceo 34 (ciclo básico) y el IAVA.

Según recordó, cultivó su amor por la matemática y la ingeniería gracias a la escuela, sus cuñados y su madre. «Los novios de mis hermanas estaban muy metidos en el tema de la matemática y la ingeniería y eso me fue impactando. Las maestras de la escuela me transmitieron esa pasión por la matemática y mi madre por la computación. Ella me incentivó a meterme en LOGO, el lenguaje creado por el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) para enseñar programación a los niños». Todo terminó de cerrar cuando llegó al IAVA. Allí «había profesores de matemática que eran referentes y armé mi grupo de amigos, muchos de ellos ingenieros que integran compañías uruguayas», destacó. Hizo quinto Científico y sexto de Ingeniería. Luego ingresó a la Facultad de Ingeniería pero se cambió a la de Ciencias.

Foto: Estefanía Leal

Su principal virtud, dice, es su espíritu emprendedor y autodidacta. «Desde los ocho años programaba y recuerdo que en el camino de mi casa a la escuela, pasaba por la (Universidad) ORT, que tenía un laboratorio de computadoras y me quedaba pegado contra la ventana mirando y alguna vez entré. Además, mis padres, cuñados, primos, me compraban revistas y libros cuando viajaban que yo leía», evocó.

El mundo avanzó, las computadoras se volvieron más populares y Pais siguió esa evolución. «Con amigos programábamos el típico software para farmacia y lo vendíamos directamente. Hice para videoclub y carnicería. Antes de entrar a Microsoft creé compañías con amigos, la mayoría fracasaron, pero con un par nos fue muy bien. La última, antes de entrar a Microsoft, se vendió a una empresa española», cerró.