Exrivales en Argentina se asociaron y crearon marca de pelotas que factura millones

La marca Europaris vende balones premium de exportación; su próximo destino es Miami

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Socios Europaris. Fabris y Galetto exportan a Chile, Colombia, Bolvia y Perú; miran a Miami.
Socios Europaris. Fabris y Galetto exportan a Chile, Colombia, Bolvia y Perú; miran a Miami.
Foto: La Nación/GDA

Cuando se conocieron, Ramiro Fabris y Marcos Galetto jugaban al básquet en Rosario, Santa Fe, en equipos rivales. Más allá del deporte, ambos ya habían incursionado con emprendimientos propios: Galetto trabajó en el sector salud, y Fabris pasó por cibercafés, tienda de celulares y canchas de fútbol (tuvo 37). En este último sector, un día notó que el gasto en pelotas era muy alto, y se le ocurrió crear una empresa que las fabricara por su cuenta.

Con la confianza de Galetto, que se sumó a la idea como socio, crearon Europaris, un proyecto que comenzó con la fabricación, importación y distribución de pelotas deportivas -fútbol, básquet, handball-, palos de hockey y guantes para arqueros.

«Marcos supo ver mi sueño y lo creó tanto como yo. Nos embarcamos juntos en el peor momento del país, donde todo nuestro entorno nos decía que paráramos con tal proyecto y locura», asegura Fabris, a quien, como a muchos emprendedores, lo sorprendió la pandemia de covid-19 durante el mejor momento de la empresa. Con la estricta cuarentena y la actividad deportiva suspendida, la firma se vio obligada a detener todo el negocio.

Para sostener el nivel («10 o no se vende», asegura Fabris) buscaron fábricas en Oriente, consideradas las mejores del mundo, a las que se asociaron. Conocieron a los dueños a través de ferias, y aprovecharon para presentarles su proyecto. Fabris entendía que el costo-beneficio de iniciarse en la producción iba a ser redituable mientras fuera dueño de las canchas.

«La diferencia de calidad se apoya en las maquinarias de última generación, los componentes y la materia prima que usan», explica. Para ejemplificar, estima que una pelota de fútbol común puede durar de dos a tres meses en equipos profesionales, mientras que las de calidad premium, segmento en el que trabajan, pueden subsistir toda la temporada. Lo mismo ocurre con las pelotas para uso escolar: las económicas tienen una vida útil de seis meses, y las premium pueden durar dos años.

DATO

Su emprendimiento vende cerca de 50.000 al año, y llega a facturar más de US$ 4 millones al año.

Según Fabris, en «Argentina se vende una pelota profesional cada 55 de las «normales». Su emprendimiento vende cerca de 50.000 al año, y llega a facturar más de US$ 4 millones al año. En 2023 crecieron un 60%, gracias a que lograron introducir sus productos en locales multimarca dentro de distintos centros comerciales. Además, lanzaron su e-commerce, donde gestionan toda la venta de sus productos. En ese plan, explica que se facilitó la expansión tras el fin de las SIRA, el sistema electrónico que regulaba la gestión de importaciones durante el Gobierno anterior.

De acuerdo con el fundador, al no delegar ni tercerizar instancias de su gestión, lo que se ahorra en esos canales va directamente al producto. Así, dice, puede brindarle al consumidor un precio accesible: según el modelo, una pelota puede salir entre 75.000 y 99.000 pesos argentinos (de US$ 90 a US$ 119).

Efecto rebote

«Detrás de toda expansión y desarrollo de la marca hay un profundo análisis de mercado, que hoy lidera Marcos, y que se apoya en el know how de la empresa», agrega. Esta expansión tuvo, además, dos frustraciones previas: en 2020 iban a ser licenciatarios de la Superliga, la organización que gestionaba la primera división del fútbol argentino, que, finalmente, se disolvió.

Al poco tiempo, la marca logró ser licenciataria de la Copa América 2020 que se disputaría en Colombia y Argentina (Europaris se iba a encargar del merchandising). Pero tampoco pudieron concretar ese proyecto: la pandemia obligó a la suspensión del torneo y al cambio de fecha y sede del campeonato, que finalmente se jugó en 2021 en Brasil.

La suerte se revirtió en 2022, cuando lograron ser la pelota del Partido por la Paz, que se jugó en Roma y que homenajeó a Diego Maradona. Además, hace años trabajan con la Asociación de Jugadores de Básquet (AdJ) de la Argentina, en los partidos y eventos que organizan.

Hoy la empresa se expandió fuera de la Argentina. Además de exportar a Bolivia, Chile, Colombia y Perú, la marca llegó a Miami, donde están en etapa de desarrollo. El ambicioso plan de este año, cuentan sus creadores, es llegar Japón y ampliar su portafolio de productos, con pelotas y accesorios de rugby.

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