Bernhard Warner
The New York Times
Deslizándose sobre transportadores robóticos, una línea de chasis de Ferrarimaniobra a través de una nueva y reluciente fábrica en el norte de Italia. En cada estación, ingenieros vestidos con uniformes de color rojo cereza agregan un componente (un bloque de motor, un tablero, un volante) mientras transforman las carrocerías en vehículos híbridos. La próxima misión será: modelos 100% eléctricos.
Mucho está en juego en el «edificio electrónico» de Ferrari de € 200 millones (US$ 216,5 millones), que comenzó a operar el mes pasado y casi duplica el tamaño del Coliseo de Roma. La planta busca llevar al fabricante de automóviles deportivos de 77 años a la era de la electrificación.
Pero el esfuerzo llega en un momento precario para la industria automotriz. La transición a los vehículos eléctricos, que se suponía marcaría el inicio rápidamente de una era de transporte respetuoso con el clima, se ha visto obstaculizada por costosas inversiones y una desaceleración de la demanda mundial.
Otros fabricantes de autos de lujo han tenido dificultades para dar el paso. Mercedes-Benz y Lamborghini han reducido sus metas. Teslatuvo una caída de las ventas en el segundo trimestre, y Ford dijo en abril que cambiaría la producción a más vehículos híbridos a medida que se sumaran las pérdidas de autos eléctricos.
A pesar de los desafíos, Ferrari ve una oportunidad en la inevitable marcha de la industria hacia la electrificación para llegar a un nuevo consumidor: el ambientalista rico. Tiene la intención de presentar su primer modelo 100% eléctrico en el cuarto trimestre de 2025. Como parte de su estrategia, el fabricante ha contratado a LoveFrom, la agencia fundada por Jony Ive, exjefe de diseño de Apple y el diseñador industrial Marc Newson, para perfeccionar la apariencia del modelo.
Hay mucho misterio en torno al auto que aún no tiene nombre, incluida la duración de la batería y cómo sonará. Ferrari no ha revelado su apariencia, producción o precio. Pero podría ser uno de los modelos eléctricos más caros del mercado, según analistas, superando al Taycan Turbo GT de Porsche, que cuesta US$ 286.000.
La incursión de Ferrari en el sector eléctrico será notable por otras razones. Aunque los reguladores impulsan los movilidad eléctrica, persiste el escepticismo en el mercado. Conquistar a los fanáticos de los motores de combustión no será fácil, ni siquiera para Ferrari. Y la industria está desesperada por que un fabricante de automóviles, cualquiera sea, demuestre que los eléctricos pueden generar grandes ganancias.
«Vale la pena observar si un Ferrari eléctrico puede mantener el tipo de prima de precio que asociarías con la marca», comentó Martino de Ambroggi, analista automotriz de Equita, un banco de inversión en Milán. «A menudo, la compra de un Ferrari también se considera una especie de inversión. Sólo después de unos años veremos si esa inversión en un Ferrari eléctrico se mantiene».
El CEO de Ferrari, Benedetto Vigna, está haciendo todo lo posible para mantener al mercado a la expectativa. En una entrevista el mes pasado, dijo que la compañía comenzaría la producción de vehículos eléctricos a gran escala a principios de 2026. Para 2030, los autos eléctricos e híbridos representarán hasta el 80% de la producción anual de Ferrari, que busca cumplir los mandatos de emisiones de dióxido de carbono de la Unión Europea.
Mientras, el edificio electrónico lanzará el híbrido enchufable SF90 Stradale, y el Purosangue con motor de combustión.
Producción limitada y ganancia alta
Ferrari no necesita un vehículo eléctrico para mejorar sus resultados. Bajo la dirección de Vigna, un exejecutivo del fabricante de chips STMicroelectronics que tomó el mando hace casi tres años, la compañía ha estado en auge. La acción de Ferrari es una de las de mejor desempeño en Europa este año, lo que le otorga una valor de mercado de US$ 75.000 millones, más alta que la de Ford o General Motors.
Las ganancias están subiendo en Ferrari, que tiene una lista de espera de clientes de tres años para algunos de sus modelos.
El éxito de Ferrari en la Fórmula 1 también ha llevado a un lucrativo negocio de patrocinio y merchandising que la ha transformado en una marca de lujo con un estilo deportivo. Su logo del caballo rampante se puede encontrar en prendas de alta gama, como un suéter de cachemira que cuesta € 790 (unos US$ 850).
Fanáticos de Ferrari
Vigna ve el vehículo eléctrico como parte de la estrategia de crecimiento de la empresa, a pesar de la desaceleración de la industria. «Hay algunos clientes potenciales que nunca serán parte de la familia a menos que haya un automóvil eléctrico», confesó.
Pero los desafíos acechan. Los entusiastas que se reunieron a las puertas de la fábrica de la empresa el mes pasado se preguntaron: ¿Se verá, se manejará y sonará como el clásico Ferrari o tendrá el discreto gemido de la mayoría de los autos eléctricos?
«Cuando piensas en un Ferrari, aún tiene ese tipo de sensación del motor, y también piensas en el rugido», dijo de Ambroggi. «No sé cómo Ferrari resolverá esto».
Vigna recibe ese tipo de preguntas a menudo, especialmente por parte de clientes de toda la vida, o Ferraristi. Ellos parecen canalizar al difunto fundador, Enzo Ferrari, quien una vez explicó de modo simple cómo creaba sus bólidos: «Construyo motores y los conecto a ruedas».
El discurso sobre vehículos eléctricos de Vigna suena diferente. «El motor eléctrico no se quedará en silencio. Hay formas de garantizar que la emoción que se transmite al conducir un Ferrari eléctrico sea la misma que cuando conduces uno híbrido o uno térmico», apuntó Vigna.
La duración de la batería es otra pieza del rompecabezas. Debido a que los Ferrari a menudo se venden a un precio más alto en el mercado secundario, los Ferraristi pueden sentir mayor preocupación por la degradación de la batería y su impacto en el valor a largo plazo del automóvil.
«La transición a los eléctricos les plantea muchos problemas nuevos en términos de cómo mantener el vehículo», estimó Stephen Reitman, analista de automóviles de Bernstein.
Más allá de la F1
Ferrari todavía sigue el principio de su fundador de producir un número limitado de automóviles. El año pasado fabricó menos de 14.000 unidades; incluso con el nuevo edificio electrónico, no se espera que la producción aumente mucho al principio. Sabiendo que la demanda es alta, Vigna ha aumentado el precio de la mayoría de los modelos en más de un 25%.
«Ferrari vende menos de lo que exige el mercado, lo que genera una cartera de pedidos de varios años», explicó Reitman, el analista de la firma financiera Bernstein.
Con un margen de beneficio de casi el 30%, el negocio de Ferrari se parece más al de una marca de lujo como Hermès o Rolex, dicen los analistas.
Vigna ya está pensando en cómo vender el modelo eléctrico. El cliente no lo comprará sólo por razones prácticas o ambientales, opinó Reitman. «La parte emocional del cerebro impulsa la compra», cerró.