Millonarios

Fue repartidor de pizza, emprendió su marca de ropa para levantadores de pesas y se convirtió en multimillonario

El emprendedor británico Ben Francis, aficionado al fitness y el culturismo, creó la empresa de prendas deportivas Gymshark. Su patrimonio se disparó a los US$ 1.350 millones

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Ben Francis, fundador de Gymshark

La figura del fisicoculturista revela un paralelismo inesperado con la vida del emprendedor: ambos deben esforzarse para conquistar una meta; una vez logrado un objetivo, buscan un desafío mayor; se exigen (físicamente en un caso y mentalmente en el otro) al soportar la carga que conlleva su actividad; y vuelven a intentarlo cuando fracasan. Ben Francis conecta esos dos mundos aparentemente distantes: culturista desde joven, el británico de 32 años emprendió un negocio que lo convirtió en multimillonario: Gymshark.

Nacido en West Midlands (Birmingham), a sus 19 años, Francis repartía su tiempo entre la ida a clases en Universidad de Aston y su modesto trabajo como repartidor de Pizza Hut. A la noche se dedicaba a su verdadera pasión: levantar pesas en el gimnasio.

«Me despertaba e iba a la universidad, terminaba pasado el mediodía y después trabajaba en Pizza Hut desde las cinco de la tarde hasta las diez», recordó en una entrevista con la BBC.

Aficionado al fitness y con la experiencia de haber creado aplicaciones enfocadas en ese deporte que tuvieron un éxito moderado, en 2012 vio una oportunidad para emprender. Junto a su amigo Lewis Morgan creó Gymshark, una tienda online de suplementos deportivos. La plataforma «albergaba miles de suplementos sin tener en stock ni uno solo. Cuando un cliente hacía un pedido, Gymshark simplemente activaba un minorista externo para que enviara el pedido directamente, y se quedaba con un pequeño margen», explica la firma en su página web corporativa.

En ese entonces, «lo que hacía era responder correos sobre mi marca entre los repartos. Después iba a casa y trabajaba en mi website y en el diseño de nuevos productos», contó Francis a la BBC.

Luego de dos años, dejó la universidad y su trabajo para dedicarse de lleno a Gymshark.

El punto de quiebre del emprendimiento llegó cuando el dúo comenzó a coser y serigrafiar ropa de fitness. Habían notado que el mercado no ofrecía indumentaria adecuada para los culturistas, por lo que decidieron confeccionar la suya propia en el garaje de los padres de Francis.

«Lo único cierto es que quería ponerme esa ropa para ir al gimnasio», confesó el emprendedor.

Los primeros envíos, que Francis realizaba personalmente, se destinaron a famosos levantadores de pesas. Y Gymshark logró conquistarlos. «Todos mis héroes eran youtubers, así que les enviaba productos», comentó Francis en una nota con la revista Forbes.

Poco a poco, la marca fue creando una comunidad, encabezada por reconocidos fisicoculturistas que actuaban como influencers de Gymshark. Hoy, los seguidores de la empresa en redes sociales superan los 2,7 millones de personas.

Negocio de peso

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Ben Francis, cofundador de Gymshark.

Gymshark despegó definitivamente en 2013, cuando compró un espacio en BodyPower, el principal evento de culturismo de Europa. Según reveló Francis, en media hora la marca logró ventas por US$ 40.000; hasta entonces facturaba unos US$ 400 por día.

La empresa experimentó un rápido crecimiento y, como parte de la estrategia, amplió su oferta con productos para mujeres. Además, ha fortalecido su grifa a través de los eventos de fisicoculturismo «We Lift This City» que organiza en distintas ciudades del mundo.

Este crecimiento permitió a Francis trasladar su compañía del garaje de sus padres a su actual sede en Solihull, un pueblo a las afueras de Birmingham.

En 2020, le llegó una oferta imposible de rechazar. La firma de capital de riesgo General Atlantic compró el 21% de Gymshark, valuando el negocio en US$ 1.450 millones. Para entonces, la empresa generaba ingresos por US$ 214 millones. Morgan vendió su participación por US$ 130 millones, mientras que Francis conservó el 70% y continúa como CEO. Actualmente, su patrimonio neto asciende a US$ 1.300 millones.

Sin embargo, el camino no ha estado libre de obstáculos. Gymshark desembarcó en EE.UU. en 2021, pero no se consolidó como se esperaba, lo que obligó a cerrar parte de la operación en ese país. A su vez, la salida a bolsa, una posibilidad que se había rumoreado, tampoco se concretó.

A pesar de los obstáculos, el emprendedor no pierde el entusiasmo ni la voracidad por escalar su negocio. Hace dos años abrió su primer local en Londres, en Regent Street, una de las principales avenidas comerciales de la ciudad. El año pasado inauguró otro en Nueva York.

Su fiel comunidad le deja ingresos que, solo el año pasado, alcanzaron los US$ 695 millones. Francis no para de levantar pesas... y millones.

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