Hooters, la cadena de restaurantes conocida por sus alitas de pollo, su equipo de mozas compuesto solamente por mujeres con trajes reveladores y su eslogan «deliciosamente de mal gusto, pero sin refinar» se declaró en quiebra en un tribunal de Texas, anunció la compañía el lunes.
Según el acuerdo de quiebra, un grupo que incluye a los fundadores de la empresa (que gestionan de forma independiente cerca de un tercio de las franquicias en EE.UU.) comprará los restaurantes propiedad de la empresa en el país a la firma de capital privado dueña de la cadena.
«Nuestros reconocidos restaurantes Hooters llegaron para quedarse», declaró la compañía en su comunicado al informar de la quiebra. Durante este proceso, los locales de Hooters seguirán operando.
La empresa, fundada en 1983, tiene más de 400 locales en 42 estados y 29 países. Algunos de estos restaurantes, incluyendo los internacionales, funcionan como franquicias y no se verán afectados por la quiebra, indicó Hooters. Una vez completado ese proceso, todos los locales de la cadena serán franquicias.

Esta semana, Neil Kiefer, el CEO de una firma independiente que administra un grupo de restaurantes Hooters originales, dijo a Bloomberg que planea un cambio de marca.
Kiefer es uno de los compradores propuestos de locales Hooters por sus accionistas de capital privado. «De cara al futuro, nos comprometemos a restaurar la marca Hooters a sus orígenes», declaró en un comunicado.
El cambio de marca buscará dar a la empresa una imagen más sana. En 2021, Hooters enfrentó críticas tras incluir pantalones cortos tan pequeños que parecían ropa interior. La firma revirtió rápidamente su política, ofreciendo a sus empleados la opción de elegir qué pantalones cortos usar.
Hooters no es la única cadena de famosa que ha tenido dificultades en los últimos años, en parte debido a la pandemia y a la inflación. En noviembre, TGI Friday’s se declaró en bancarrota, y en mayo pasado, Red Lobster, el clásico restaurante estadounidense de mariscos, siguió sus pasos.