Entrevista

Innovación en alimentos y hackatones para pensar soluciones disruptivas: los planes de Salomón Vilensky para Zonamerica

El nuevo gerente de Innovación del parque de negocios llegó desde Israel -uno de los principales polos de tecnología del mundo- para proponer oportunidades de negocios.

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Salomon Vilensky
Salomón Vilensky, gerente de Innovación de Zonamerica.
Foto: Juan Manuel Ramos/Archivo El País

Por Alejandra Pintos

Salomón Vilensky nació en Uruguay, pero desde hace 40 años vive en Israel. Dirige el Parque Industrial Dalton, en Galilea, al norte del país. Es uno de los polos de innovación más reconocidos de la región, que según cuenta, «empezó con 300 metros cuadrados (m2) edificados y hoy ya lleva alrededor de un millón».

Por más que lleva décadas en el exterior, Vilensky siempre ha estado en contacto con Latinoamérica con visitas frecuentes a distintos países del continente, entre ellos Uruguay, con el objetivo de traer la cultura de innovación que se vive en Israel.

«Tenía ganas de hacer algo en Uruguay, venía mucho por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel. Por los parques industriales y el emprendedurismo he estado en todos los países de Sudamérica. Uruguay es donde nací, donde nacieron mis padres, y no me siento menos uruguayo que otros», explicó a El Empresario.

Por eso, cuando a fines del año pasado Orlando Dovat, presidente de Zonamerica, le ofreció el cargo de gerente de Innovación, no pudo negarse. «Empezamos a hablar de lo que podía hacer y vimos que Israel tiene una veta de innovación que es más notoria que la uruguaya. Entonces, todas las cosas nuevas que están pasando allá vamos intentar traerlas para aquí y conseguir aliados de todas partes del mundo», añadió.

Uno de sus primeros proyectos es llevar adelante una hackatón para pensar proyectos disruptivos que puedan implementarse en el parque tecnológico uruguayo, en especial vinculados a la tecnología alimentaria, una de sus especialidades.

A continuación, un resumen de su conversación con El Empresario, donde se explayó sobre el futuro de Zonamerica, su visión de la cultura del emprendedurismo uruguaya y dónde ve espacio para la disrupción.

Salomon Vilensky
Salomón Vilensky.
Juan Manuel Ramos/Archivo El País

-Fue nombrado director de Innovación de Zonamerica, un cargo que no existía previamente. ¿En qué áreas tiene pensado trabajar? ¿Dónde cree que hay potencial para la innovación?

-No hay áreas en el sentido de que la innovación es innovación, es multidisciplinaria por naturaleza. Pero creo que Uruguay tiene más potencial en el foodtech, en el fintech y en el cleantech. Lo primero que vamos a hacer es un hackatón de tecnologías de alimentos. Ya hablamos con la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y ellos están dispuestos a ser socios estratégicos. En Uruguay tenemos buenos alimentos y el desafío es cómo hacer para que lleguen con la marca de Uruguay, que sea como los tomates italianos o los vinos franceses. O hacer alguna innovación y ver qué podemos cultivar que esté buscando el mercado, sobre todo el de exportación, y que llegue al consumidor en el momento en el que tiene que llegar: ni antes ni después. Como hizo Israel con tierras más chicas con los tomates cherry, que todavía estamos cobrando royalties hasta ahora. Tenemos que darle un valor agregado a lo que producimos, que muchas veces no lo hacemos: las vacas las mandamos caminando al exterior. Tenemos que darle valor agregado para que la gente consiga trabajos mejores y tenga mejores sueldos. Zonamerica es referente en todo eso, siempre está buscando innovación, por eso me trajeron a mí. Y yo les traigo mi experiencia.

-A fines del año pasado Zonamerica presentó The Box, un centro de innovación enfocado a la cadena logística. ¿Cómo se inserta esta iniciativa?

-Es una incubadora y lo que tiene de bueno, es que están trabajando en temas como trazabilidad a través de blockchain, eso es algo que veo como fuerte que se puede hacer. Queremos juntar personas que tengan ideas sobre la industria alimentaria con otras de logística para ver cómo llegar al mercado. También me interesa ver cómo podemos usar el e-commerce, tal vez vamos a hacer el Amazon de la comida. Pero que sea premium, como la carne Wagyu o un vacío uruguayo. O empezar a producir paltas en lugar de importarlas, o tener germinadores para la comida de las vacas ocarne (vegetal) cultivada. El mundo va para ahí y no hay que quedarse atrás. Uruguay ya tiene el mercado de la carne, ya sabemos dónde venderla, entonces creo que hay que pensar otros proyectos para vender otros productos. Pero la idea no tiene que partir de mí, tiene que ser de ellos, de quienes trabajan en eso. Nos vamos a basar en lo que hay acá, lo único que yo puedo traer es la experiencia de lo que hicimos allá y cómo lo logramos.

Tal vez vamos a hacer el Amazon de la comida, pero premium

-¿En qué sentido cree que puede beneficiarse Uruguay de la cultura de innovación que existe en Israel?

-No creo que haya que cambiar todo, al revés, la calidad de vida aquí me parece mejor que la calidad de vida que tenemos en Israel, allá estamos mucho más apurados, todo el tiempo buscando la startup, el unicornio, y a veces no paramos para tomar un buen café, para ir a la playa, para descansar, y eso de repente vale más. Pero tenemos que empezar a cambiar un poquito la matriz para innovar, para hacer cosas nuevas y sobre todo para darle valor agregado a las cosas que hacemos, que el valor agregado no lo den en otro lado y que se nos lleven a la gente joven de aquí.

-Para las empresas de tecnología instaladas en Uruguay uno de los principales desafíos es encontrar los recursos humanos necesarios. ¿Tiene en mente algún proyecto vinculado a la educación?

-Vamos a articular con todos los que estén Uruguay y quieran colaborar con nosotros. Empezamos con el INIA y el Instituto Pasteur a hacer cosas en común, también esperamos trabajar con las intendencias. Estamos abiertos a aceptar las ideas que traen los demás. Lo más importante es conjuntar esfuerzos: gobierno, universidades, centros de investigaciones y emprendedores.

Zonamerica

-Trabaja como gerente del parque industrial Dalton, en Israel, desde hace 25 años. ¿Qué aprendizajes trae?

-Dalton empezó con 300 metros (cuadrados) y hoy tiene casi 1 millón de metros edificados. Tengo bastante experiencia, le he errado bastante, me he equivocado bastante, entonces por lo menos puedo aportar ese conocimiento para que Zonamerica no lo haga.

Sobre todo vamos a tratar de crear ecosistemas que puedan trabajar juntos, que es lo que hicimos en el Parque Industrial Dalton. Tiene una parte muy grande de lowtech -que es también tecnología pero mucho más masivas como por ejemplo robot de piscinas- y esas empresas son un cluster, trabajan todas juntas y hacen muchas cosas en común, comparten recursos y trabajan en completa comunidad. Y después tenemos una parte que es turística industrial, hay 14 bodegas de vino, tres empresas de licores y también fábricas de pan de espelta, que es un pan especial, muy bueno para la salud. Todo eso (vinculado a la salud) está en auge.

Hicimos un ecosistema entre todos los que venden algo vinculado al vino, a los quesos y todos reciben un 15% de lo que se vende mientras que el productor se lleva el 85%. Todo eso está en auge y esa es una de las metas del hackatón, por ejemplo ver soluciones para que los veganos no tengan que comprar su comida en envases de plásticos. Vamos a tratar de buscar todos esos retos. Esa forma de trabajar es lo que queremos traer acá, crear ecosistemas.

-¿Cómo ve posicionado a Uruguay en el mundo? ¿Es considerado un país atractivo para invertir?

-Hace 40 años que no vivo en Uruguay, pero creo que hay algunas fallas en cómo subvencionamos a las empresas que quieren venir acá, y podemos cambiar un poquito las normas. En países modernos ahora lo que se utiliza es hacer el plan a medida de cada empresa que se va a instalar en el país, no a todos se les da lo mismo. Algo que veo un poco problemático es el tema del interior, creo que de alguna manera estamos perdiendo al interior. Hay que hacer más cosas para esa parte del país: mejorar la calidad de vida de la gente y que se puedan quedar en sus departamentos. Se podría subvencionar a las empresas que se instalan en el interior. Estamos hablando de poner tecnología e infraestructura en todo el país, es un problema que veo desde hace 25 años y me parece que se está agudizando. Tener solamente árboles y vacas no es suficiente.

Uruguay una vez que terminó la dictadura se convirtió en un país muy estable, cambiaron los gobiernos y no pasó nada. Yo trabajé con israelíes aquí y siempre me dicen que esto es primer mundo, está posicionado como un buen país para hacer negocios.

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