Luego de años de sequía deportiva y de inestabilidad en su gestión, el Inter de Milán -uno de los grandes del fútbol italiano y de Europa- está reverdeciendo.
Los neroazzurri son los vigentescampeones de la Serie A y actualmente se ubican en cuarta posición en la liga, a dos puntos del líder Napoli.
El éxito deportivo se condice con el buen presente financiero del equipo, que anunció la semana pasada en su reporte financiero ingresos por € 473 millones (US$ 523 millones) en el ejercicio 2023-2024, casi un 10% más que el año anterior. Asimismo registró una reducción de las pérdidas, que cayeron de € 85 millones a € 36 millones (US$ 94 millones-US$ 40 millones).
El reporte financiero agrega que la merma en las pérdidas obedeció a un aumento de los ingresos basado en los resultados deportivos positivos, que impulsaron su facturación comercial.
Toda esta mejoría se enmarca en el cambio de dueño del club; en mayo pasado el Inter pasó a manos de Oaktree Capital Management, un fondo inversor estadounidense. La compañía se quedó con el equipo italiano luego de que su anterior propietario, el grupo chino Suning, no pudiera devolver el préstamo de € 395 millones (hoy US$ 437 millones) recibido en 2021.
Reconstrucción
Como nuevos propietarios, Oaktree ha inyectado directamente efectivo al club por € 47 millones (US$ 52 millones) en el primer trimestre del nuevo ejercicio.
En esta temporada, el Inter desembolsó € 70 millones (US$ 77 millones) en nuevos jugadores para reforzar su plantilla y facturó € 13,3 millones (US$ 14,7 millones) por venta de futbolistas.
A la hora de contratar jugadores, la directiva aplica un criterio selectivo que apunta a fichajes con potencial -deportivo y de reventa- más que a traer grandes estrellas como en el pasado.
Ese enfoque prudente también responde a que el Inter aún lidia con una deuda de US$ 800 millones. Por otra parte, el manejo equilibrado de los recursos es vital para encauzar el gran proyecto de los nuevos propietarios: la construcción de un nuevo estadio que mudaría a los neroazzurri del histórico Giuseppe Meazza.
«Estamos trabajando duro y hablamos mucho sobre el estadio. Es un importante objetivo para los propietarios», afirmó el presidente del Inter, Giuseppe Marotta.
Para potenciar la plantilla y pensar en un nuevo escenario se necesitan muchos millones. En línea con eso, Inter ha mejorado sus ingresos por patrocinio; esta temporada sumó a la empresa de criptomonedas Gate.io como sponsor en las mangas de la camiseta y, más importante aún, en febrero cerró un acuerdo récord con la firma de entretenimiento e información Betsson Sport para que sea su nuevo auspiciante principal en la casaca. A cambio recibirá US$ 32 millones al año.
Los campeones italianos dan pasos firmes para construir un futuro ganador dentro y fuera de la cancha.
Números rojos en Juventus, positivos en el Milan
Deudas astronómicas han lastrado en los últimos años a los grandes equipos italianos, un problema que la pandemia de coronavirus agravó. El Milan -que es propiedad del grupo inversor estadounidense RedBird Capital Partners desde el año 2022- comienza a superar lentamente sus dificultades financieras. El club rossonero reportó ganancias por primera vez en 17 años en la campaña anterior (2022-2023). El beneficio fue de € 6,1 millones (US$ 6,51 millones) a partir de los ingresos que totalizaron € 404,5 millones (US$ 431,5 millones), € 100 millones más que el año anterior.
Juventus, otro de los grandes del fútbol italiano, proyectaba cerrar la pasada temporada en números rojos. Las pérdidas del club se encaminaban a € 180 millones, según informó el sitio especializado en marketing deportivo Palco 23. Hace seis años que la Vecchia Signora finaliza su ejercicio con resultado negativo.
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