Daniela Teplitzki es argentina, emprendedora y una de las jóvenes más innovadoras de Latinoamérica según el reconocido Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Tiene 26 años, pero con sólo 18 creó su primer negocio, una agencia de marketing digital con la que llegó a tener una treintena de clientes en varios países. Su trayectoria en los negocios la llevó por ámbitos diversos como la biotecnología y el slow fashion, donde hoy tiene su empresa.

Teplitzki compartió con El Empresario su visión como emprendedora en el marco de su participación en el Campus Party 2024, el evento de tecnología, innovación, negocios y gaming que se realizó en el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), el pasado fin de semana.

La carrera emprendedora de Teplitzki comenzó en 2016. Tiempo después, mientras estudiaba Derecho, ganó una beca de Singularity University —institución académica en Silicon Valley enfocada en innovación— para tecnologías exponenciales y así se acercó al mundo de la tecnología. Allí descubrió el fondo de inversión GridX, para startups de biotecnología. La firma, que opera con un modelo de company builder, reúne a emprendedores y científicos para que pasen del paper a la empresa.

En ese proceso formó junto a tres científicos Kresko RNA Tech, una startup de biotecnología aplicada, la primera en el mundo en desarrollar suplementos dietarios a partir de moléculas de ARN que traen los alimentos frescos. Su primer producto fue un suplemento basado en el ARN regulador presente en la leche materna, para combatir la falta de sueño.

«Fueron tres años de un montón de esfuerzo y una búsqueda constante de capital, porque la biotecnología es una industria que requiere mucho tiempo y dinero para desarrollar», comentó Teplitzki a El Empresario.

En medio de esa búsqueda, aplicó a un reconocimiento que el MIT otorga anualmente y que consiste en ser parte del listado de los 35 jóvenes menores de 35 años más innovadores de Latinoamérica, y en 2023 fue seleccionada. Esa distinción le permitió integrarse a una comunidad de emprendedores innovadores muy enriquecedora, según valoró, y le abrió puertas a nuevas oportunidades. Este año, por ejemplo, fue seleccionada dentro de los 200 «Líderes del mañana» a nivel mundial en la 53a edición del St. Gallen Symposium, en Suiza, una plataforma dedicada al «diálogo y la colaboración intergeneracional» en áreas como economía, sociedad y política.

Gentileza: Daniela Teplitzki

En LinkedIn Teplitzki se define como «emprendedora serial». Para ella, emprender tiene mucho que ver con quién es. «Desde muy chica lo que más me gusta es vender cosas y generar proyectos», admitió.

Hace poco tiempo dejó la biotecnología, y con ella Kresko RNA Tech, y emprendió en el mundo del slow fashion con un una marca de ropa. «Estoy entrando en una lógica diferente a la anterior», explicó, y contó que decidió invertir todos sus ahorros en el emprendimiento para crecer de a poco y orgánicamente. Las prendas están pensadas para emprendedoras y mujeres viajeras, contó.

En su conferencia durante el Campus Party, Teplitzki compartió cuatro pasos para aplicar en cualquier emprendimiento.

El primero es la visión. Identificar «eso que te mueve y te da ganas de levantarte a la mañana» es la base de cualquier buen proyecto, dijo. La visión incluye todo lo que la persona quiere y no quiere que sea su emprendimiento. Para comenzar un negocio, agregó, es importante hacer una selección de elementos en base a lo que se quiere construir.

El segundo paso es encontrar el mercado. Para que un emprendimiento sea exitoso es bueno buscar una oportunidad de negocio que se alinee con la visión. «Los problemas traen oportunidades de negocios», resaltó.

Luego es importante para un emprendedor hablar de sus ideas con la mayor cantidad de personas posible. «Todos tienen algo para aportar, no hay que tener miedo a acercarse a referentes y pedir consejos, ir a eventos específicamente con referentes de la industria», detalló.

El último paso es la validación. Se trata de ejecutar y enfocarse hasta lograr el proceso product-market-fit, que permite ajustar el producto en el mercado y evaluar la rentabilidad del proyecto. Teplitzki recomienda utilizar técnicas como entrevistas a usuarios, preventa, pilotos con empresas o buscar sistemas similares que están funcionando en otros lugares.

Finalmente, destacó que «el plan nunca termina» y que es importante, de vez en cuando, volver a repetir los pasos cada vez con más herramientas. Además, es clave ir evaluando la evolución de los planes con métricas claras para poder acercarse cada vez más a los objetivos, cerró.

La emprendedora Daniela Teplitzki estuvo en Campus Party