"Todo empresario, desde una gran compañía hasta un pequeño comercio de barrio, “emprende, arriesga, invierte, genera empleo, apuesta al país, paga impuestos y busca una ganancia por esa actividad que realiza, y está bien. Las empresas tienen que ganar plata y ser rentables para ser sostenibles. En Uruguay está ese equivocado preconcepto que ganar plata está mal. Yo trabajo para generar un ingreso que me permita vivir mejor y sostener a la empresa”. La afirmación pertenece a Julio César Lestido, presidente de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay, quien analizó el ritmo de la actividad, el atraso cambiario, la reducción de la jornada laboral y la seguridad, entre otros temas de actualidad.

A continuación un resumen de la entrevista con El Empresario.

-¿Cómo están hoy las ventas en el litoral del país ante el panorama de la economía argentina?
-Ya pasó lo peor, hoy la diferencia de precios con Argentina es del 50% (N.R.: el dato corresponde a marzo y que ayer se informó sobre un nuevo incremento de la brecha). Un estudio de la Universidad Católica del Uruguay (UCU) estableció que los precios en Salto, en promedio, llegaron a ser hasta un 180% más caros que en Concordia (Argentina) y hubo productos que alcanzaron un 200% de diferencia. El problema impactó primero en el litoral pero luego avanzó hacia el resto del país. Uruguay realizó un gran esfuerzo por parte de todos y, en especial, de los empresarios del litoral y los centros comerciales de Salto, Paysandú y Río Negro. Durante 2023, hubo un total de 3,8 millones de viajes de uruguayos hacia Argentina, según datos oficiales, y todo ese dinero no se gastó en el país. El gobierno buscó paliar la situación pero estaba claro que no había “soluciones mágicas” porque el origen del problema estaba en el exterior. Lamentablemente, hubo empresas que quedaron por el camino, otras se tuvieron que transformar y algunas giraron hacia el informalismo.

-¿Cuál es la incidencia del informalismo en la economía?
-Hoy se ubica entre un 20% y 21% a nivel general. Estuvimos mucho peor, inclusive antes de la pandemia. Llegamos a estar por encima del 30%. Bajó bastante su incidencia de la mano de diferentes medidas que se fueron adoptando.

-¿Por qué los empresarios caen en el informalismo?
-Hay malos empresarios, como en todas las actividades. Es una forma de actuar equivocada, que está mal. Alguno puede decir que haciendo los números, no puede abrir. Pero primero hay que pensar en la parte humana, porque se va a contratar a un trabajador que en el futuro no va a tener derecho a una jubilación. Hay que analizar mecanismos para que las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) se puedan adecuar a las distintas exigencias, aunque no justificamos el informalismo de ninguna manera. Es malo para el trabajador, el empresario y la sociedad. El contrabando, a su vez, daña y termina liquidando a la sociedad en todos los aspectos. Con el contrabando, perdemos todos y ganan unos pocos de forma ilegal.

Leonardo Mainé

-¿Cuál es su posición frente al plebiscito de la reforma de la seguridad social?
-Estoy a favor de la reforma que se votó en el Parlamento. De aprobarse la reforma a plebiscitarse en octubre, pone al país en una situación muy comprometida. De ser aprobada esta reforma, para alcanzar su financiación hay que aumentar el IVA a más de un 30%, y los aportes individuales y patronales pasarán a ser el doble, de acuerdo con un estudio del BPS. La propuesta también prohibe a las AFAP, que significa un rechazo de plano. Yo soy liberal y soy partidario de que el sistema previsional funcione y se tenga opciones. Yo elegí una AFAP y aporto para mi jubilación. Ese dinero que tiene la AFAP me ha generado una utilidad. De salir aprobada la reforma plebiscitada, ese dinero de la AFAP pasa a un fideicomiso y deja de ser mío. Mis aportes a la AFAP con mis utilidades serían expropiados a favor de ese fideicomiso. Pero la utilidad se generó con mi plata... ¿Esto es justo? Además, la cuenta de la AFAP es hereditaria y si va al fideicomiso también van a perder mis herederos.

-¿Cómo se encuentra la rentabilidad de los negocios?
-En términos de competitividad, hoy el Uruguay está caro y el comercio vende caro. Sucede que estamos pagando costos por muchas ineficiencias del Estado. Hay un atraso cambiario, pero más allá de eso tenemos un Estado pesado. Hay que definir su real dimensión. Por ahí en seguridad, educación y salud hay que tener un mayor número de funcionarios. Pero hay dependencias del Estado donde notoriamente faltan funcionarios. Por ejemplo, cuando vamos a solicitar mayores controles a ciertos ministerios, nos dicen que tienen 19 inspectores para todo el país. También es cierto que tenemos un Estado muy burocrático y que es muy difícil entrarle a esa burocracia que te pide papeles y más papeles, certificados, trámites repetitivos y pagar tasas. Hay que modernizar y simplificar al Estado, sin que deje de controlar. Acá es complejo abrir o cerrar una empresa, importar y exportar.

-Hay sectores que precisan un dólar “barato” para vender más en el mercado interno y otros necesitan un dólar “caro” para aumentar sus exportaciones. Ante esos “platillos chinos girando”, ¿cómo se posiciona la Cámara?
-Si pienso que el dólar debe estar “barato” para vender mejor, es un “engaña pichanga”. Es mirar el árbol y no el bosque. El valor del dólar es el que tiene que tener y ahí evidentemente hoy reconocemos que hay atraso cambiario. Si Uruguay exporta más, se genera más trabajo. Por tanto, hay que crear los mecanismos para que la economía crezca porque ahí nos beneficiamos todos. No puedo pensar sólo en mi sector, porque me va a faltar el resto. El agro es uno los principales motores de la economía. Pero no podemos olvidar que el sector comercio y servicios es el que emplea a más gente en Uruguay. De los 1,8 millones de trabajadores del sector privado en el país, 1,1 millones pertenecen a comercio y servicios, esto es más del 60%. Más allá del valor del dólar, tenemos un problema del costo país, que es necesario bajar.

-¿Cómo visualiza las relaciones de trabajo ante el avance de las nuevas tecnologías?
-Está ocurriendo una transformación del mundo laboral de forma vertiginosa. Antes los cambios ocurrían en un período de tiempo más largo y eran básicamente mecánicos; ahora son mucho más acelerados y en el campo de la innovadora tecnología digital. Los seres humanos somos el centro de todo; también está claro que tenemos que cambiar porque así como estamos es muy difícil seguir. Hay que estudiar y encontrar nuevas formas en las relaciones laborales sin que nadie pierda los derechos.

-¿La Cámara está a favor de bajar de 8 a 6 horas la jornada de trabajo?
-Hay que trabajar y estudiar este tema, pero en contra no estamos… Como Cámara, queremos escuchar todas las ideas y propuestas. Para reducir la jornada laboral y pagar por 8 horas las 6 horas trabajadas, tiene que existir una compensación para que den los números. No se puede hablar de la productividad al barrer porque hay diferentes realidades. ¿Cómo hace una pequeña o mediana empresa para hacer frente a una reducción de la jornada laboral cuando estamos saliendo de una pandemia, hay un impacto de la guerra de Ucrania, la sequía, la diferencia de cambio con Argentina?

-La Cámara presentó a los partidos políticos el documento “Pacto por la Patria”, que contiene todos los temas que considera se deben abordar. ¿Entre ellos está la seguridad?
-Sí, porque es uno de los temas que más preocupa a los uruguayos. La inseguridad no sólo afecta al comercio, sino a la forma de vivir. Ahí hay dos temas clave: el combate al crimen organizado y la mejora del sistema carcelario. Me sumo a los dichos del presidente de la República (Luis Lacalle Pou) de dar una segunda oportunidad a los liberados. ¿Y quiénes deben darla? Nosotros, los empresarios. Es un tema de responsabilidad social; hay sectores que ya impulsan iniciativas, como la industria de la construcción. También la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa, en acuerdo con el Mides y la Dirección Nacional de Apoyo al Liberado, está realizando un extraordinaria tarea. El objetivo es disminuir los índices de reincidencia, que están en un 70%.

Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay

Leonardo Mainé

Desde sus inicios hace 157 años, la institución empresarial hoy encabezada por Lestido siempre evolucionó acompañando el crecimiento y los cambios del país. “Cumpliendo con su historia y adaptándose a los tiempos que se vienen, nos encontramos en un proceso de transformación jurídica para contar con una Cámara aggiornada”, afirmó Lestido.
Entre las distintas iniciativas a consideración, la Cámara no descarta trasladar su sede del histórico edificio de Rincón y Misiones hacia otra destacada zona de Montevideo.