Katie James fue un hallazgo, una sorpresa -o un regalo- que llegó en plena pandemia. Su voz, tan dulce como potente, saltó a la fama gracias a la viralización de la canción Toitico bien empacao, pero ella ya tenía en su haber más de 25 años de trayectoria.
Hoy su talento se reconoce en escenarios de todo el mundo y mañana habrá oportunidad de verla en acción en la Sala Zitarrosa, donde se sumará a Marea, ciclo que celebra a las mujeres y disidencias.

Montevideo recibió por primera vez a la cantante, compositora y guitarrista colombiana en 2024. Hace un año, se presentó en la misma sala y le regaló a su público canciones y anécdotas sobre sí misma y sus creaciones.

Este año volverá por más. Sus ritmos folclóricos colombianos -como el bambuco, el vals, la guabina y el pasillo- inundarán nuevamente la Zitarrosa con su potente voz. Su presentación contará con la participación de Muscarelli-Rodríguez, dúo de canto popular uruguayo.

Con canciones propias y versiones de música latinoamericana, la cantante de origen colombo-irlandés promete un concierto que recorrerá recuerdos y emociones. Y vale la pena verla; su carrera incluye cinco discos, más de 23 millones de reproducciones en YouTube y Spotify, y más de 116.000 seguidores en Instagram.

Junto a Carlos Vives -según sus palabras, «el artista que legitimó su trayectoria»- ganó el Primer Premio a la Mejor Canción Folclórica, y el segundo Premio a la Mejor Artista de Folclore en los Premios Nuestra Tierra de 2023.

Su pasaporte suma sellos. Además de Colombia y Escocia, ha visitado países como Uruguay, México, Holanda, Escocia, EE.UU. Perú, Argentina, Ecuador, España, Francia, Italia y Reino Unido.

«Viví como campesina, usando la azada para sembrar la tierra, porque todo lo relacionado al campo era mi pan de cada día», repasó. Para estudiar música, vivió en diferentes ciudades de Colombia, pero no dejó de cantarle a la vida de campo, sus contrastes con la ciudad , al significado de ser campesino o al esfuerzo que hay detrás de cada alimento. Todo lo transformó en canción.