Leonardo García nació en Argentina y se mudó a Uruguay en 2006 junto a su esposa, quien es uruguaya, para dirigir la empresa familiar, Dafelir S.A. Es padre de dos hijas y contador. Tiene un posgrado en Finanzas y en su país trabajaba en el sector privado y enseñaba en la Universidad de Palermo.
Desde el año pasado preside la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) y asegura que «no existe un país desarrollado sin una industria fuerte». Destaca el crecimiento de la participación femenina en el sector industrial y señala que hay que trabajar para lograr una mayor competitividad.
Tiene como hobby el deporte de contacto. Practicó boxeo, full contact, muay thai y actualmente realiza ejercicios aeróbicos.
¿Cómo fue el inicio de Dafelir S.A. en la industria local?
Fue la primera empresa de plástico corrugado de Latinoamérica, empezó a trabajar en los años 70. De hecho, la primera extrusora —la máquina que hace el plástico corrugado— que se vendió para América Latina, fue nuestra. Es una empresa familiar; el abuelo de mi esposa, Sheila Sapiro, la inició. Siempre estuvo en manos de la familia, y nosotros nos hicimos cargo en 2006. Yo entré en la parte financiera, manejando la estrategia de negocio, y mi esposa en la parte comercial. Ella se ocupa de la venta en el mercado local y de la exportación.
La empresa cambió, tenía un foco más orientado a la exportación de cajas para productos agrícolas; vendíamos cajas para espárragos, arándanos, chauchas y flores, y apuntábamos a Perú, México y Guatemala. Con el correr del tiempo, tuvimos que rearmar la estrategia y reorientar el mercado, porque dejamos de ser competitivos en esos países. La organización se fue modificando en cómo y en qué vendíamos y la fuimos transformando.
¿Cuál es el foco actual?
Fabricamos cartonplast y con eso hacemos distintos productos. Lo que más se ve en el mercado local son cajas y carpetas. Nuestra marca Biblo’s es la más conocida en el mercado. Y el principal producto de exportación son láminas intercaladoras para el palletizado de botellas. También vendemos cajas de archivo, por ejemplo a Argentina.
¿En qué países vende la firma?
Estamos concentrados en Argentina y Bolivia. Antes teníamos el foco en Paraguay, pero en el último tiempo vendemos poco allí.
¿Tienen interés en llegar a otros mercados de la región?
Por el momento, estamos concentrados en crecer localmente con productos que antes no vendíamos. En los últimos dos años hicimos inversiones en tecnología de impresión y corte digital, y estamos creciendo mucho. Nuestro foco de inversión apunta a innovar y crecer en tecnología, lo que nos está dando la posibilidad de crecer en ventas locales. Hoy producimos alrededor de 80 toneladas de cartonplast mensuales.
¿Qué porcentaje de ventas representa el mercado local?
En 2006, el 80% de la producción se exportaba, pero hoy estamos 50-50 con el mercado local. La evolución fue así, primero por pérdida de mercados que tenían mucha demanda, y después por la estrategia de incorporar nuevos productos en el mercado local para tener menos dependencia de lo que pasaba en el exterior.

Como presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay, ¿ve un recambio generacional en las empresas familiares que conforman el sector industrial?
No tengo datos estadísticos para afirmarlo, pero noto que cada vez se da menos. Lo veo en la composición de las directivas de la Cámara, donde antes se veían mayoritariamente empresas familiares y (ahora) cada vez sucede menos. Hoy se ve más la presencia de empresas que han adquirido a otras o que han dejado de existir, por lo menos en el sector de medianas y grandes (compañías). El emprendedurismo se está desarrollando más, y esas empresas suelen ser familiares. El sector industrial está compuesto por 19.000 empresas, de las cuales 15.000 son microempresas. Gran parte de la actividad industrial está impulsada por emprendedores. Estoy convencido de que no existe un país desarrollado sin una industria fuerte. La industria es motor de desarrollo de los países. Al hablar de desarrollo social, la industria necesita personal capacitado. Y esa capacitación hace que los ciudadanos se desarrollen. Lo mismo pasa a nivel ambiental: si querés un país con más economía circular, el reciclaje es posible si tenés una industria desarrollada. El desarrollo de la industria es importante para que el país se pueda desarrollar en el plano económico, social y ambiental. La industria da independencia como país, ejemplo de eso fue la pandemia. Si no hubiéramos tenido una industria capaz de absorber las necesidades del pueblo uruguayo, ¿qué nos hubiera pasado cuando cerraron las fronteras?
En su rubro específico, ¿observa ventajas comparativas en el mercado uruguayo frente a los productos importados?
Existe competencia, pero nuestra ventaja es que además de fabricar tenemos reciclaje. Tenemos el circuito cerrado: todo lo que vendemos lo podemos reciclar y volver a incorporar en el proceso productivo. Es una ventaja respecto a las demandas del mercado, que incluyen un compromiso con el medioambiente. Cuando nuestros clientes terminan de utilizar los productos que les vendemos, nos comprometemos a comprarlos para procesarlos y reintroducirlos en el proceso. Incorporamos alrededor del 30% del material recuperado en la producción, siempre recuperando material que hemos fabricado.
¿Cómo trabaja Dafelir la innovación de productos?
La cantidad de productos es inagotable. Tenemos tres diseñadores industriales que trabajan de forma continua, muchas veces a requerimiento de los clientes por nuevos productos. El departamento de diseño constantemente desarrolla productos porque nos adaptamos a lo que precisa el cliente.
Una de las acciones que la empresa lleva adelante es el reciclaje de cartelería política, ¿cómo se dio esa iniciativa?
Lo hacemos desde hace dos campañas electorales. La responsabilidad social fue cambiando, hoy hay un mayor compromiso para involucrarse en el reciclaje. Dentro de la empresa notamos cómo cambió la situación, antes había resistencia a que uno sacara los materiales que ya se habían utilizado para incorporarlos al proceso de reciclaje, y hoy vemos un compromiso de todos los actores de los partidos políticos en contribuir a cerrar ese círculo. Además, hacemos acuerdos con las intendencias para que lo que retiren venga a nuestra empresa para ser reciclado.
¿Qué otras iniciativas promueve la empresa?
Hacemos muchos productos. Hemos hecho cunas plásticas que el proyecto Uruguay Crece Contigo ha comprado para distribuir. Para el Sinae (Sistema Nacional de Emergencia) hacemos camas plásticas. Ese fue un desarrollo que surgió luego de una gran inundación hace unos años. Vimos que en el litoral la gente salía de sus hogares e iba a dormir a clubes, y notamos que se les mojaban los colchones. Entonces, se nos ocurrió desarrollar una cama plástica que se puede armar en cualquier lugar, y a la que se le puede poner arriba una bolsa de dormir o un colchón. El producto fue un éxito, sobre todo por lo que contribuye en esos momentos. El Sinae suele realizar una compra anual y al ser un producto que dura, tienen stock y reponen cuando necesitan.

¿Qué planes de crecimiento tiene la firma para este año?
Estamos poniendo mucho foco en tecnología. Trabajamos para mejorar la productividad, tener nuevos diseños y desarrollos. Estudiamos traer nuevas impresoras, aunque no es fácil.
¿Importan toda la tecnología que incorporan?
Ese (el equipamiento) es el mayor problema que tiene la industria. Las impresoras que tenemos son únicas en Uruguay. La última máquina de corte que incorporamos vino de España, tenemos otra también europea y las de impresión son norteamericanas. Los representantes de las marcas no están en Uruguay porque no hay mercado de venta, eso hace que debamos tener repuestos de todas las máquinas, que nuestra gente deba saber cómo funcionan y cómo repararlas. Esa es la mayor dificultad. El problema de Uruguay es que al tener un mercado chico, poder amortizar la inversión de incorporar tecnología lleva más tiempo que en otros países.
¿Qué retos y oportunidades observa en la industria nacional?
El mayor desafío es mejorar la competitividad. Si no logramos ser más competitivos, será muy difícil que crezca el sector. Tenemos que hacer foco en mejorar la productividad y calidad, y eso requiere inversión. No queda otra alternativa que apostar a invertir en tecnología y capacitación. Son las formas que tiene la industria para apuntar a un crecimiento sostenible, aunque no es sencillo. Las inversiones tienen que ser acordes a lo que se pueda pagar y a que se puedan amortizar en un tiempo prudencial. La oportunidad pasa por aprovechar cada vez más las materias primas que genera el país. Además, tenemos oportunidad de entrar más libremente en el mercado argentino, al que, producto de los últimos años, se nos hacía muy complicado acceder. La relación de precios con ese país está mejor. También tenemos que ver qué sucede con los posibles tratados de libre comercio (TLC) del Mercosur, como un TLC entre Argentina y EE.UU. Yo veo una oportunidad para estar cerca de esa negociación y sumarnos a un acuerdo de ese tipo. Tenemos que ver qué pasa con el tratado con la Unión Europea. Son oportunidades que va a tener Uruguay de las que tenemos que estar pendientes. Este es un año de mucha incertidumbre. Uruguay no viene creciendo (a gran escala) en los últimos 10 años a nivel general e industrial. El empresario hoy está viendo cómo se desarrolla el año. A nivel mundial, porque todos los días surgen noticias que cambian el escenario y la economía, y a nivel nacional, porque entró un nuevo gobierno y estamos expectantes. La incertidumbre nos paraliza en general y veo mucha cautela en el sector empresarial.
- 50% de los productos que fabrica Dafelir S.A. se dirigen al mercado local mientras que el 50% restante se destina a exportación. En el exterior, la empresa vende en Argentina y Bolivia.
- 30%, entre esa cantidad y el 40% de lo que la compañía produce contiene materiales reciclados. La empresa compra y procesa sus propios productos una vez que sus clientes no los utilizan más.
Apuntes de carrera
- 2007: En diciembre de 2006 entra junto a su esposa en la empresa que fundó el abuelo de ella, y en 2007 comienzan a hacerse cargo de la operativa de la firma familiar.
- 2010: La fábrica sufre un incendio en el que se perdieron 2.000 m2 de galpón con materia prima y productos terminados. Recomponerse fue un gran desafío.
- 2013: Este año comienza un cambio por pérdida de competitividad en la empresa. Ante esa situación, se empieza a reorientar el tipo de producto que vendía la firma.
- 2020: La empresa introduce un cambio significativo porque comienza a incorporar tecnología digital para fabricar los productos que hoy más coloca en el mercado.
Diálogo con el nuevo gobierno empezó previo a la asunción
Su presidencia en la CIU coincidió con el cambio de gobierno. ¿Cómo ha sido el diálogo en este tiempo?
El diálogo entre la Cámara y el sector público es muy bueno. Tenemos equipos que trabajan permanentemente con distintas áreas del gobierno. Fue un gran desafío, porque teníamos que mantener ciertas actividades con el gobierno que se estaba yendo y a la vez empezar a trabajar con las autoridades del nuevo. Pero fue muy bueno porque tuvimos la oportunidad de empezar a trabajar con el actual gobierno dos meses antes de que asumiera. Tuvimos reuniones con el equipo íntegro de Presidencia, con la nueva ministra de Industria, el director de Industria, el ministro de Trabajo y su equipo, el ministro de Economía y áreas del Ministerio de Ambiente. A raíz de esas reuniones, empezamos a hacer acciones conjuntas antes de que asumieran. Por ejemplo, con el Ministerio de Industria, el 25 de marzo haremos M Industrial, una actividad para dar mayor visibilidad a las mujeres del sector, cuya participación viene en crecimiento. Eso lo vemos principalmente en los emprendimientos, ya que el 60% de los apoyados por la Cámara son liderados por mujeres.
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