Análisis

La gestión de los errores pone a prueba al líder

Cómo capitalizar Los fallos y las omisiones sin comprometer la confianza de los equipos

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Los últimos meses del año, se caracterizan por ser de «balance» y «cierre». Las organizaciones ponen foco en el cumplimiento de las metas del ejercicio, cerrar balances, el presupuesto del año siguiente, programar las licencias, hacer las evaluaciones de desempeño, dar feedback, entre otras actividades. Quienes trabajamos en ellas, miramos en retrospectiva el año transcurrido y analizamos cómo estamos parados con relación a lo que nos propusimos, cuales fueron nuestros logros y qué quedó en el camino. De esto último nos preguntamos: ¿qué podríamos haber hecho diferente?, ¿en qué le «erramos»? o ¿qué faltó? Esta es una de las maneras para capitalizar los errores y omisiones.

Este último punto es crucial.

Hace algunos meses, estaba trabajando a distancia con una organización ubicada en el exterior. Su CEO promovió un cambio de cultura radical, en torno al error. Se celebraba a las personas que reconocían sus fallos y extraían aprendizajes. En una ocasión me compartió: «no aplaudo el error per se, aplaudo a las personas que tienen la valentía de reconocerlos y asumirlos. No puedo trabajar con personas que, ante un error, miran para el costado para ver a quien se lo pueden ‘cargar’, sin autocrítica alguna». Y siguió diciendo: «Si una persona no es capaz de reconocer sus errores y alimentar a partir de eso su futuro, el de su equipo y la compañía, es difícil que tenga un lugar en mi equipo, salvo que cambie de actitud. Está claro que, ante la ausencia de autocrítica, no hay posibilidad de crecimiento personal y profesional».

Le pregunté cómo había generado ese cambio y me contestó: «siendo consecuente con lo que digo. En esta compañía no se despide a la gente por cometer un error. En cambio, analizamos el suceso, revisamos el proceso, conversamos con la persona y evaluamos si necesita mayor capacitación en la tarea o un mentor que lo acompañe en ella. Apostamos al crecimiento. Si la persona crece, la organización crece y viceversa».

Mujeres lideres
El rol del líder es clave para ayudar al equipo a reconocer, aceptar y superar los errores

Los bebés, cuando intentan dar sus primeros pasos, se caen mil veces y se levantan otras mil hasta que consiguen por fin caminar solos.

Ya en la etapa escolar, nos educan para no equivocarnos. Errar no está bien visto, conversar en clase puede bajar la nota y lo que es peor ir a la «Dirección». Y entonces, muchos niños buscarán la manera de copiar en una prueba para que les vaya «bien» y conversar cuando la maestra no los ve para evitar el «castigo».

A medida que la persona avanza en edad, esos códigos de «comportamiento» se van reforzando y no es de extrañarse que, cuando se llega a la adultez y se comienza a trabajar, suceda lo mismo. Se trata de disimular el error o mirar para el costado. Rara vez se levanta la mano para advertirlo y para que todos puedan aprender de él.

Los errores pueden generar frustración, malestar e inseguridad psicológica en las personas.

El «jefe» juega un papel fundamental, siendo un habilitador de esos espacios de seguridad ante el error. Resulta obvio pensar que a nadie le gusta equivocarse ni cometer fallos y que el umbral de tolerancia al error por parte de las empresas no es eterno, pero un líder sabe que el error forma parte del proceso de aprendizaje y por lo tanto del crecimiento.

Un líder sabe que el error forma parte del proceso de aprendizaje y por lo tanto del crecimiento.

Frente a ello, comparto algunos tips para manejar posibles errores en el equipo:

1) Los errores se corrigen en privado. De esa manera se preserva la «seguridad psicológica» del colaborador.

2) Ofrecerle a la persona, capacitación, mentoreo, coaching, según el caso.

3) Mostrar la evidencia del error con hechos concretos. Es importante que la persona pueda verlo, reconocerlo y hacerse cargo.

4) Analizar juntos qué sucede con el proceso y la tarea en cuestión. Preguntarse: ¿de qué manera se podría haber evitado? ¿Qué se podrá hacer la próxima vez?

5) Al marcar un error, salvo que sea actitudinal, se habla de la tarea, el proceso y no de la persona.

6) Si los errores son frecuentes y, a pesar de todo lo anterior, no se avanza en la dirección deseada, el líder será el responsable de tomar una decisión. ¿La persona podría colaborar en otra tarea que no sea esta? ¿Es la persona adecuada para esa función?

A su vez comparto algunos consejos para superar tus propios errores y capitalizarlos a futuro:

1) Aceptar y reconocer el error es clave. Sin esto no hay chance de aprendizaje y cambio.

2) Prestar especial atención al cómo te hablás cuando cometés un error. Recordá que la perfección no existe.

3) Una vez identificado el error, poner inmediatamente el foco en la solución. No quedarte anclado en el problema.

4) Pedir ayuda si ves que necesitás apoyo.

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