Startups uruguayas llevan la inteligencia artificial al derecho y conquistan negocios en el país y la región

Nuevas empresas se destacan con innovación en el sector de «legaltech» y salen a ganar mercado con soluciones tecnológicas que prometen optimizar el trabajo de los abogados

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Mazo de juicio
Mazo de juez y códigos.
Archivo

Muchas industrias adoptaron herramientas de inteligencia artificial (IA) para mejorar su trabajo, incluso en sectores tradicionales como el legal. En Uruguay, firmas vinculadas a ese rubro —estudios de abogados y escribanos— están incursionando en tecnología para optimizar tiempos y facilitar tareas, y en paralelo vienen surgiendo startups que ofrecen servicios y productos alineados a esa tendencia creciente.

La industria de legaltech, vinculada a innovaciones tecnológicas al servicio del sector jurídico, «está en auge» y eso lo demuestra el interés de inversores, explicó a El Empresario Maia Brenner, creadora de Flipando, una startup uruguaya que atrajo inversiones paraguayas, peruanas, mexicanas y estadounidenses. En 2023 la empresa cerró una ronda de inversión presemilla de US$ 400.000 para financiar el desarrollo de una herramienta de IA generativa y ahora está cerrando la extensión de su ronda semilla.

Flipando nació como una plataforma no code para generar aplicaciones a través de IA. Pero, tras la necesidad de conectar esas aplicaciones con los procesos de trabajo diario de las personas, la plataforma se transformó y pasó a llamarse Flip Flow. La startup busca potenciar los flujos de trabajo de departamentos legales, en particular de instituciones financieras, automatizando procesos. Desarrolló una herramienta para estudios jurídicos al estilo de ChatGPT que permite hacer investigaciones, memos y contratos a través del conocimiento de cada empresa. Esa solución fue una «vitamina» para los clientes, explicó Brenner. Sin embargo, entendiendo «los dolores» que enfrentan los profesionales del derecho, se adaptó la solución para ser un «painkiller», es decir, un «analgésico» para las financieras a la hora de trabajar con múltiples jurisprudencias de forma de mantenerse actualizadas en las regulaciones y el cumplimiento de las mismas.

Brenner destacó que una de las fortalezas de Flip Flow es que permite ahorrar tiempo de trabajo, porque ayuda a orquestar diferentes funciones en pocos segundos como leer y analizar documentos, rellenar formularios o comparar información. Un ejemplo es la revisión de recibos de sueldo para la apertura de cuentas bancarias.

El diseño de la plataforma se adapta rápidamente a diferentes empresas y países y es lo que le ha permitido a la startup entrar en varios mercados. Actualmente Flip Flow trabaja con estudios de abogados en Bolivia, Brasil, Argentina y Chile e instituciones financieras uruguayas e internacionales. Además está por incursionar en Paraguay y Perú y tiene potenciales clientes en México.

Otra firma uruguaya que trabaja en mercados latinoamericanos, es Que Ley, una plataforma que permite simplificar la búsqueda de normas en las bases de datos de la jurisprudencia de cada país, reduciendo los tiempos de ese proceso en más de 90% gracias al uso de IA. Describiendo un caso en la webapp la herramienta puede arrojar información sobre la normativa vinculada al mismo. Además, la plataforma permite redactar escritos legales.

Creada hace un año por el ingeniero Emilio Orsi y la abogada Guadalupe Robalez, Que Ley opera en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Perú, Paraguay, Uruguay y Venezuela. La startup ha recibido el apoyo de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) y la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII).

La plataforma es utilizada por abogados y estudios jurídicos, pero también es útil para escribanos y contadores, destacó Orsi, quien se desempeña como CEO. «Más que una plataforma, Que Ley es una red profesional», dijo y explicó que la misma permite que profesionales de diferentes países se contacten entre sí y con potenciales clientes, funcionando como canal de venta de servicios.

Ventajas

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En Uruguay hay profesionales legales que se muestran aún reacios a incorporar tecnología, indicó Orsi, y son los clientes más difíciles de captar, pero también hay quienes están dando el paso en busca de más eficiencia. «Lo importante es que cuando incorporan tecnología se dan cuenta de que lo que antes llevaba días ahora se puede hacer en minutos», evaluó Orsi.

Aseguró que las empresas están invirtiendo cada vez más en innovación pero sostuvo que «todavía queda un camino por recorrer y es hacer entender que herramientas de este estilo pueden hacer más eficiente el trabajo». Salvando las distancias, incorporar IA «es como pasar del papel a la computadora», mencionó y agregó que la clave está en mostrar que el costo-beneficio es muy favorable para el cliente porque el tiempo que se ahorra «es muchísimo». Estudios internacionales demuestran que el tiempo empleado en la investigación jurídica se reduce un 67% con el uso de IA, comentó Andrés Juan, cofundador de UruguAI Legal, que permite hacer búsquedas avanzadas en sentencias de la jurisprudencia uruguaya, análisis de las mismas y transcripción de audios de audiencias, a texto.

La plataforma ya tiene 1.000 usuarios registrados y recibe 100 consultas por día y sus creadores trabajan en desarrollar una nueva funcionalidad que permita chatear con las transcripciones de las sentencias para buscar así datos dentro de esos documentos.

Hoy, la búsqueda de jurisprudencia es lo que más se demanda en la plataforma, explicó Juan. El usuario puede brindar detalles de un caso y la herramienta le dará información vinculada, por ejemplo: «le decís, ‘quiero armar un caso de lavado de activos en la frontera’, y el chat te responde con las sentencias que se vinculan y te hace un resumen», contó. Una de las novedades de UruguAI Legal es el mecanismo de búsqueda semántica que los emprendedores desarrollaron y que permite rastrear una sentencia por el significado de una palabra y no por el término exacto.

La plataforma es gratuita, pero a futuro los emprendedores planean generar un plan de suscripción. Actualmente la empresa apunta al público uruguayo pero a mediano y largo plazo la idea es expandirse a otros mercados.

Juan sostuvo que ya se ve cómo grandes estudios jurídicos investigan formas de incluir la IA en sus procesos e incluso invierten para tener sus propias plataformas.

Una tecnológica uruguaya que nació dentro de un estudio jurídico es Lex, que se creó para automatizar la lectura e interpretación de información legal a través de IA y data science, y luego comenzó a venderse a otras empresas como un servicio, contó el CEO, Juan Pablo Pola. Dentro de las varias soluciones de IA que ofrece la firma se destaca el seguimiento automatizado de expedientes y el monitoreo de un «banco de fallecimientos», que permite, por ejemplo, que una empresa financiera sepa cuándo un deudor falleció.

Startup prepara el salto al exterior

Lex facilita la búsqueda de información a los profesionales del derecho con tecnología. La empresa participa actualmente del programa Pasaporte Emprendedor (de Endeavor) en busca de acceder a nuevos mercados, pero además planea una ronda de inversión para internacionalizarse.

La plataforma cuenta con una réplica del Banco de Jurisprudencia Nacional y otra de la base de datos del Poder Judicial, y así abogados y escribanos pueden acceder fácilmente a expedientes en tiempo real. Además tiene una alerta que informa cuando un cliente tiene una demanda, por ejemplo. Esta información también es útil para empresas, que pueden ver si sus clientes tienen algún antecedente legal.

Otra de las verticales de negocios es Lex Pymes, que apunta a atender necesidades legales de empresas brindándoles un «abogado in house». Lex ofrece varios servicios, entre ellos el contacto entre abogados y clientes, y ahora desarrolla una herramienta que le permite a los abogados transcribir el audio de sus entrevistas con los clientes y monitorear las emociones de ambos construyendo un timeline que deja ver si el asesoramiento fue acorde a lo esperado por el cliente.

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