Es argentino -nació en Comodoro Rivadavia pero se crió en Buenos Aires- hace 42 años. Es ingeniero industrial y tiene un MBA del Insead (Francia). A fines de 2019 ingresó a Grupo Codere, multinacional de la industria del juego y las apuestas. Tras ejercer roles en Colombia y a nivel regional, en 2023 asumió como CEO de la firma en Uruguay, donde opera hipódromos (Maroñas y Las Piedras), salas de slots y el hotel y casino Sofitel.

Parrella destaca las oportunidades de crecimiento del negocio en Uruguay, por ejemplo, en el juego online. Frente al riesgo que representan los portales ilegales, dice que es importante «regular» y «desarrollar un mercado sano». Está casado, tiene dos hijos y en su tiempo libre hace deportes.

Desde setiembre de 2023 está al frente de Codere Uruguay. ¿Cómo ha sido el recorrido de la empresa en el país? ¿Cómo se compone hoy su negocio?

Codere llegó a Uruguay hace más de 20 años a través del negocio del turf, con el proyecto de la reapertura del Hipódromo de Maroñas. El grupo está presente en siete países (Italia, España, México, Panamá, Colombia, Argentina y Uruguay), cuenta con una división online que operamos desde Israel y cotiza en el Nasdaq, la bolsa electrónica con sede en Nueva York. El origen del grupo es español; de hecho sus headquarters están en España, pero hoy es una multinacional. Entonces, luego de entrar en Uruguay en 2002 con el proyecto de Maroñas, en sociedad con otro grupo inversor (Grupo SLI), Codere se presenta de manera independiente para (abordar) la reapertura del Hotel Casino Carrasco en 2012, y más o menos por esa época también se realiza la reapertura del Hipódromo de Las Piedras. Después, el grupo le compró las acciones a su socio y completó el 100% del paquete accionario del negocio de Hípica Rioplatense (HRU). De esa manera, queda con su estructura actual: HRU, con la que tiene el Hipódromo de Las Piedras y el de Maroñas, y una operación mixta con el Estado de cinco salas de slots, y Carrasco Nobile, que gestiona el hotel y casino Sofitel. Allí tenemos un contrato de administración hotelera con el grupo Accor, que aporta la marca y el know-how al hotel.

Trabajó en Colombia y tuvo responsabilidades a nivel regional antes de llegar a Uruguay. ¿Qué particularidades ve en este mercado comparado con otras plazas?

Uruguay es un mercado muy estable y maduro, con los pros y contras que eso conlleva. La verdad es que presenta muchas ventajas y algunas desventajas, sobre todo a la hora de encontrar oportunidades de crecimiento. Tiene la particularidad de que la operación de casinos es prácticamente estatal o semiestatal, porque las cinco salas de slots de HRU las operamos en conjunto con la Dirección General de Casinos, y el resto de los casinos son todos estatales, si bien algunos tienen operación mixta -aunque son pocos-, y existen solo dos que son 100% privados: el Enjoy y el Casino Carrasco (Sofitel). Por lo tanto, el dinamismo es un poco más restrictivo, pero es un país muy estable, con una calidad institucional de primer nivel, sobre todo comparado con los benchmarks regionales. Así que, en ese sentido, se trabaja muy bien y veo muchas oportunidades de desarrollo por la calidad.

¿Cuáles son las vías que identifican para crecer aquí?

Nosotros vamos acompañando las tendencias del mercado y creemos que hay algunos lugares -particularmente en la región metropolitana- donde se podría explorar la apertura de nuevas salas. Es algo difícil de lograr, no depende de nosotros, pero estamos dispuestos a apoyar si al Estado le interesa.

En cuanto a las tendencias globales, lo que se está buscando principalmente son juegos de habilidad y juegos online. Esta última modalidad estaríamos dispuestos a apoyarla. De hecho, hubo hace poco un proyecto de ley que tuvo media sanción pero que finalmente cayó con el cambio de Parlamento; sin embargo, ahí hay una buena oportunidad que nos interesaría acompañar llegado el caso.

En los juegos de habilidad, que abarcan principalmente el negocio de mesas, vemos oportunidades. Ahí estamos lanzando una marca que estamos llevando por toda Latinoamérica, llamada Codere Poker Series, con la cual realizamos torneos de alto nivel en Carrasco. Apuntamos a un público internacional; traemos jugadores de Brasil, Argentina y Paraguay.

Además, vemos posibilidades en el negocio hotelero, donde este año la ocupación del Sofitel subió 10 puntos porcentuales respecto a 2023. También creemos que hay una oportunidad para revitalizar el Hipódromo de Maroñas, con contenido que va más allá de la actividad central.

¿Uruguay es atractivo para venir a jugar desde el exterior?

Sí, de hecho, la plaza de Carrasco es muy bien valorada. Es un hotel icónico que destaca por la arquitectura, las habitaciones, la gastronomía. Tenemos muy buenas reviews, sobre todo del público brasileño, que es el que más lo valora, pero también de muchísimos turistas argentinos.

El juego online es un fenómeno global, aunque en Uruguay no se ha avanzado en un marco normativo. ¿Qué rol debería tener el Estado en esa actividad?

Sí, la digitalización es una tendencia en el mundo y va más allá de la industria del juego. En Uruguay, el tema de la apuesta online fue parte del debate, con un proyecto de ley que obtuvo media sanción, pero que finalmente el Senado no trató. Hoy, lo único permitido en apuestas online son las deportivas, que están bajo el paraguas de la Dirección Nacional de Loterías y Quinielas, a través del portal de Supermatch. Lo que se estaba conversando era ampliar esto a juegos de casino. En esto, lo importante es que haya presencia del Estado y que regule antes de que esto prolifere de manera ilegal, como ha sucedido en otras jurisdicciones. El juego puede ser una diversión sana, pero hay que tenerlo bien regulado y sobre todo con controles en el acceso de menores, por ejemplo. Vemos muchísimo trabajo cotidiano para bloquear portales ilegales, pero es una marea muy difícil de contener. Entonces, lo importante es regular y trabajar en desarrollar un mercado sano.

¿Qué peso tienen las distintas áreas de negocio en la facturación de Codere Uruguay?

La actividad más grande es la de HRU, que representa un 66% del negocio. El otro 33% corresponde al hotel Sofitel Montevideo Casino Carrasco. En general, estos números son estables. El hotel empezó casi 10 años después que los otros negocios, con lo cual el negocio de HRU es más grande y maduro, pero sus tasas de crecimiento son menores. En cambio, en el hotel y casino, el negocio es menor pero registra tasas de crecimiento mayores en los últimos años.

Ignacio Sánchez, El País.

¿Cómo se vienen comportando los ingresos?

El 2024 fue bueno. Creo que también estamos dejando atrás los últimos resabios de la pandemia, con lo cual quizás los números a veces parecen un poco más seductores que en un escenario de normalidad. En 2024, en ingresos netos, entre los dos negocios tuvimos un 9% de incremento año contra año, lo que se traduce en un crecimiento interanual de 14% en la rentabilidad. Son números muy atractivos, pero soy mesurado. Para 2025, vemos un crecimiento consolidado de alrededor del 8%, por lo que la situación está empezando a normalizarse.

Como operadores del negocio hípico, ¿a qué público atrae el turf? ¿Ha logrado expandirse?

En general, es un público bastante tradicional y muy vinculado a la actividad. El core es, sobre todo, de familias hípicas. Creo que parte del desafío es integrar el turf a toda la comunidad. Esto es algo que entendemos todos -nosotros como operadores, los asistentes y los actores hípicos- y que tenemos que trabajar. Por eso celebramos la publicidad que tuvo el Gran Premio Ramírez, ya que es uno de los momentos que ayuda a posicionar el turf más allá de su comunidad.

¿Qué tendencias globales están influyendo en la industria del juego? ¿Cuáles ven aquí?

Las nuevas generaciones buscan entretención más participativa. Por eso, hablamos de incorporar habilidades en el juego y estamos desarrollando el Codere Poker Series, porque es algo que el mercado está pidiendo, que le interesa y que se diferencia de los slots, que son un juego más pasivo. Las dos líneas claras por donde evoluciona el mercado son la digitalización y los juegos de habilidad. Luego, viene la experiencia, todo lo que va más allá del juego en sí. Eso incluye el servicio, la infraestructura, las instalaciones y el contenido, como los shows y sorpresas para el cliente. Son factores que buscan entretener más allá del juego, ya que, generalmente, también apuntamos a que el juego sea una experiencia social, no algo individual.

El grupo opera en el rubro de apuestas. ¿Qué acciones desarrolla para promover el juego responsable?

Para nosotros es importante establecer relaciones de largo plazo con el cliente, así que apuntamos a que los vínculos sean saludables. Por eso trabajamos con mucha responsabilidad, especialmente en la prevención. En ese sentido, nos ayuda mucho ser una corporación (internacional) porque aplicamos las mejores prácticas y políticas en toda la región, trabajando en conjunto con los otros países. Disponemos de materiales informativos y también de un test de autodiagnóstico para que las personas puedan ver si tienen aspectos de juego problemático, lo cual es la primera instancia antes de desarrollar una ludopatía. Además, tenemos una alianza con la Red de Psicólogos del Uruguay, para que los jugadores que necesiten asistencia puedan acceder a ella con tarifas preferenciales. También trabajamos con nuestros empleados, ya que el primer lugar donde podemos actuar es en la interacción uno a uno en la sala con el cliente, así que traemos expertos que dan charlas a todo el personal, los capacitamos y ayudamos a comunicar y promover en la comunidad la importancia de abordar la problemática del juego.