El «23» de los Lakers ganará este año US$ 64 millones por sus sponsors. Es embajador de AT&T, Beats, Nike (acuerdo de por vida), Blaze Pizza (además es socio) y Walmart, entre otras marcas. Este año vence su vínculo con Coca-Cola, oportunidad que aprovechará Pepsi. James es un ávido inversor; tiene su marca de tequila, una productora y el 2% del Liverpool inglés.

El crack portugués llegó a los US$ 1.000 millones en 2019; del total, el 60% lo ganó por salario. Pero además, las marcas lo aman: Nike le paga US$ 20 millones al año (un contrato vitalicio); Clear y Herbalife también confían en él. Hábil en los negocios, el luso creó la marca «CR7», que vende perfume, ropa y calzado. Además, su nombre bautiza varios hoteles del grupo Pestana.

Hoy, «La pulga» es más protagonista por las polémicas en torno a su futuro deportivo y su salario astronómico que por su juego. Discusiones al margen, el «10» del Barcelona factura unos US$ 126 millones al año, según Forbes. Messi se embolsa US$ 34 millones entre publicidad -cortesía de Adidas, Gatorade, Mastercard y Pepsi- y derechos de imagen.

El rey del golf fue el primer deportista en actividad en alcanzar la meta de los US$ 1.000 millones. Lo consiguió en 2009, el mismo año en que su imagen se vio afectada por varios escándalos. Varias marcas huyeron, pero Nike, su histórico sponsor, se mantuvo a su lado. Woods volvería tiempo después a demostrar su garra sobre el césped. Las marcas lo siguieron.

Ganador, con una carrera impecable y gran prestigio de cara al público, el tenista suizo factura más gracias a las empresas que invierten en él que por premios deportivos. Por sus victorias sobre el court acumula US$ 130 millones. El resto de los más de US$ 900 millones en su cuenta, provienen de marcas como Uniqlo, Credit Suisse, Rolex y Mercedes Benz, entre otras.

El apodo «Money» le hace justicia al boxeador estadounidense, que llegó a los US$ 1.000 millones en 2017. Los porcentajes de las apuestas y del pago por suscripción para ver sus peleas por televisión cimentaron su fortuna. Con idas y vueltas en torno a su retiro profesional, Mayweather ha invertido además en inmuebles, gimnasios y tecnología.