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Por la pandemia, la marca ideó el concepto "fashion swap" para la venta de stock entre sur y norte
La industria del retail de moda en el mundo está en jaque por el golpe al consumo propinado por el coronavirus. A la caída estrepitosa de las ventas por el cierre prolongado de las tiendas físicas, se suma el problema de los enormes stocks de indumentaria sin colocar. Una marca uruguaya ideó una propuesta que busca solucionar ese escollo.
Lolita, la cadena de tiendas de indumentaria femenina, creó el concepto «Fashion swap» para definir el intercambio de colecciones de moda invierno-verano entre empresas del hemisferio sur y el hemisferio norte. La idea es que con el traspaso las marcas puedan colocar en otro mercado los productos que por la pandemia no pudieron comercializar.
Es una forma de «pensar fuera de la caja» para buscar una solución colaborativa a un desafío sin precedentes, dijo Michel Cohen, CEO de Lolita. «Así como la pandemia es global, las consecuencias las enfrentan de forma global todas las empresas. No hay ninguna compañía en el mundo en la industria del retail que no tenga este problema, pero no es solo un problema para los retailers sino también afecta a los productores de fibras, hilados y telas, confeccionistas, exportadores, importadores, mayoristas, minoristas y por ende a todo el personal que trabaja en la industria. Eso a su vez tiene consecuencias en otras cadenas, como los centros comerciales y los locales a la calle. Esto muestra lo interconectados que están todos los sectores de la economía», explicó.
La marca está en negociaciones con el grupo mexicano Salsa para concretar el primer intercambio, el cual se produciría en un par de meses. Si bien Lolita tiene tiendas en varios países de la región, el acuerdo abarcaría únicamente a la operación local de la compañía.
La idea de intercambiar colecciones se transformará también en una plataforma que permitirá realizar estos acuerdos entre empresas de retail de moda
Por otro lado, las tiendas que participen del intercambio se volverán multimarca, ya que los productos que reciban mantendrán la grifa original.
La iniciativa, según Cohen, tiene un doble componente: «Nos motiva tanto el tema puramente práctico como el hecho de llevar a cabo una idea que nunca se desarrolló en el mundo, entonces tenemos en cuenta el costo y el diseño de los productos». La definición es que haya un «hilo conductor» entre las colecciones para generar una coherencia. «Tienen que tener un diseño y un ADN similar», insistió.
El concepto buscará trascender a Lolita. Por eso, está en desarrollo Fashion swap, una plataforma online que articulará el intercambio entre las empresas. El desarrollo está a cargo de la firma israelí Onebeat, especializada en software de gestión para retailers y que tiene entre sus clientes a las marcas American Eagle Outfitters y Miniso.
«La intención no fue ser egoístas y guardar la idea solo para nosotros sino que es un concepto que universalmente pueden usar otros comercios que tienen el mismo problema», comentó Cohen.
Reapertura
La industria post-pandemia no volverá a ser la misma, anticipó el director de Lolita, basado en las consecuencias «catastróficas» que vive el sector en el mundo. La consultora McKinsey estimó que los ingresos para la moda global caerán entre un 27% y 30% este año respecto a 2019, y afirmó que el 89% de las empresas tendría problemas si el cierre se alargara dos meses.
Con la inactividad de las tiendas, las marcas han tendido a reforzar su estrategia digital. Pero Cohen aclaró que si bien «uno de los ganadores por la pandemia es el e-commerce, ni siquiera remotamente puede compensar la baja de ventas que se produce por el cierre de las tiendas físicas».
Lolita abrió sus locales a la calle en Uruguay este lunes, bajo un estricto protocolo de higiene para proteger al personal y a los clientes. Además, cada tienda cuenta con un kit sanitario que incluye guantes descartables, barbijos y alcohol en gel y realiza la desinfección del recinto (tanto los probadores, baños y superficies) así como de las prendas.