Durante 2023 el mercado automotor local vendió 648 autos eléctricos, casi cuatro veces más que en 2022 cuando fueron 163 las unidades colocadas. Esos datos, de un informe de la Asociación del Comercio Automotor del Uruguay (ACAU), refuerzan la idea de que la movilidad eléctrica crece cada vez más y que a su paso, también lo hacen los negocios asociados a esa tendencia. Los talleres especializados en vehículos eléctricos son prueba de ello; algunos han surgido de cero y otros se han transformado. Existen los que atienden autos eléctricos y también los que, como el caso de la empresa Renovar-e, mediante un proceso de retrofit, convierten autos a combustión a esa tecnología.
Hoy hay más talleres para autos eléctricos que hace unos años atrás, aunque todavía «son muy pocos», comentó Dayana Galañena, presidenta del Centro de Talleres Mecánicos Automóviles (CTMA). La escasa cantidad se debe principalmente a que la inversión necesaria para reconvertir un taller tradicional, o para poder atender vehículos eléctricos desde cero, es importante, va de US$ 14.000 a US$ 40.000 teniendo en cuenta el software necesario para los trabajos y otros equipamientos.
En los talleres mecánicos, además de invertir en software para realizar análisis y reparaciones, se necesitan herramientas como escáners específicos de las marcas y herramientas de seguridad como guantes aislantes, comentó Santiago Terra, director del taller STM Tech, que se especializa en autos Tesla.
Ubicado en Carrasco, hace tres años que el taller trabaja con estos vehículos que, según explicó Terra, no muestran grandes complicaciones y tienen tiempos de mantenimiento más prolongados que otros modelos. Mientras otras marcas a combustión pueden necesitar mantenimiento a partir de los 10.000 kilómetros de uso, el service de un Tesla se hace a partir de entre 40.000 y 50.000 kilómetros, dijo. Un service de Tesla en el que se incluyan filtros, líquidos de transmisión y refrigerante de batería cuesta unos $ 22.000. Terra contó que las consultas más comunes se dan por roturas hechas, por ejemplo, cuando un conductor pasa por un pozo con el auto.
La venta de Teslas en Uruguay ha crecido de a poco, el primer auto de la marca de Elon Musk que llegó al país lo hizo en 2017 y hoy hay cerca de 200 unidades.
El parque automotor eléctrico crece y en un escenario de demanda en aumento un objetivo del CTMA es capacitar al personal para insertarse en este mercado laboral. «Es un tema urgente», dijo Galañena. Una de las características que tienen los autos eléctricos es que su tecnología avanza muy rápidamente, por lo que es necesario que las capacitaciones se actualicen periódicamente.
Una de las principales áreas a enfatizar es la seguridad al trabajar vehículos de este tipo.
No sólo los mecánicos se forman en seguridad para tratar estos vehículos, los bomberos también lo hacen para poder atender siniestros de tránsito en los que se vean involucrados eléctricos. Deben identificar primero si se trata de un vehículo eléctrico o a combustión, si hay riesgo de incendio o descarga eléctrica y trabajar con medidas de seguridad.
La Dirección Nacional de Bomberos, cuyos integrantes han participado de capacitaciones en el exterior, trabaja con una app que contiene una base de datos con los modelos eléctricos que se venden en el país. Allí se pueden ver diagramas de cada vehículo para reconocer dónde se encuentra la batería o los espacios donde se pueden realizar cortes de forma segura.
Ola de clientes
La mayoría de los talleres mecánicos especializados en eléctricos trabajan con clientes a los que se les venció la garantía luego de la compra —ya que mientras dura la cobertura utilizan los services oficiales de cada marca—, y por eso todavía el mercado está muy nuevo, coincidieron varios mecánicos consultados.
Joaquín Lorieto, director de TGRide, sostuvo que en un tiempo «el mercado va a tener una ola de autos que salen de garantía y van a ser necesarios talleres para dar servicio a esos vehículos». Y aseguró: «El mercado está haciendo una transformación enorme a un ritmo correcto».
TGRide hace ocho años comenzó a trabajar en el sector de micromovilidad (bicicletas y motos eléctricas), luego se volcó a los citycars del mismo tipo y hace tres años se dedica a los autos de alto voltaje, así como furgones, SUV e incluso camiones.
Lorieto explicó que los servicios en modelos eléctricos «son bastante más sencillos que los de los vehículos convencionales». Los services suelen hacerse cada 10.000 o 20.000 kilómetros y luego es recomendable hacer un chequeo de la batería una vez cada dos años. Según comentó, algunos aspectos de uso de estos autos, como las cargas rápidas, pueden generar desbalanceos en las baterías, por eso se hacen correcciones y el coche «vuelve a rendir lo que rendía originalmente». Dependiendo de la marca y el modelo del vehículo, un service puede rondar los US$ 150 o US$ 200, estimó.
El costo por un cambio de batería «es altísimo», aseguró, y puede llegar al 50% del valor del vehículo 0 km, pero las mismas pueden repararse para recobrar su rendimiento, sin necesidad de cambiarlas. TGRide se especializa en baterías de litio y problemas de carga y autonomía, y con el aumento en ventas de este tipo de automóviles, las tareas han tenido «un crecimiento exponencial», al punto que la empresa invirtió en expandir su taller y próximamente estrenará las obras en su local en Carrasco.
Segmento comercial
Otro que ha crecido es el taller Manfra, de la empresa de transporte Codeleste, que trabaja en Las Piedras, Canelones y desde 2018 comenzó a incorporar a su flota vehículos eléctricos.
Al inicio Manfra trabajaba con los ómnibus de la empresa y luego sumó clientes externos, como camiones, contó Andrés Lerena, encargado del lugar. El taller, que atiende únicamente vehículos comerciales, comenzó dando servicio a cinco empresas con modelos de entre 1,5 y 6 toneladas; hoy son 27 clientes. Ahora, en un plan de crecimiento, comenzará a atender a más empresas.
«Es impresionante esta oleada, las empresas hicieron un click, empezaron a conversar entre ellas y dijeron: ‘esto es lo que nos está rindiendo’», dijo Lerena sobre la adopción de vehículos eléctricos a nivel comercial. Aunque todavía «hay mucha negativa (sobre su uso) y mucho desconocimiento, en realidad es una herramienta para trabajar espectacular», opinó. Las empresas que suelen adoptar estos vehículos se dedican principalmente a la logística o al transporte, precisó.
Los ómnibus, por ejemplo, tienen un régimen de trabajo de muchas horas, por eso el mantenimiento se realiza generalmente cada 10.000 kilómetros. En la comparación con los de combustión, los cambios de repuestos son «de 10 a 1 más o menos» a favor del eléctrico, destacó.
Lerena sostuvo que ese nicho aún es bastante nuevo como para pensar en cambios de baterías, y agregó que los vehículos avanzan tan rápido que cuando recibieron el primer ómnibus eléctrico en 2018, llegó con 12 baterías, y hoy atienden unidades más grandes con ocho baterías, lo que habla de su rendimiento. «La movilidad eléctrica avanza muy rápido, a nivel técnico es muy volátil en cambios», concluyó.
Uruguay aprende de Finlandia
El mercado de los vehículos eléctricos parece prometedor y cada vez más la formación de mano de obra que pueda brindar servicios se vuelve importante. En ese escenario, la Universidad Tecnológica (UTEC), Talleres Don Bosco, y las escuelas de educación no formal EUCI y Fénix (que funcionan en el marco del Instituto Nacional de Formación Profesional, INEFOP) participan de un proyecto financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo que fomenta la capacitación en electromovilidad.
El proyecto, llamado "Formación innovadora para nuevos empleos que acompañen la transición energética sostenible" trabaja con una inversión de US$ 450.000.
En ese ámbito, expertos de la Universidad Hamk de Ciencias Aplicadas, de Finlandia —uno de los especialistas que estuvo en la redacción de las leyes del mercado de la electromovilidad en Europa—, forman a docentes uruguayos para que ellos puedan desarrollar una currícula a medida para la capacitación de mano de obra calificada en esta temática. Felipe Migues, coordinador local del proyecto por la Universidad de Hamk, explicó que el objetivo es que del proceso se desprendan cursos de electromovilidad en las instituciones participantes. Los mismos serán de diversa índole, desde seguridad hasta desarrollo de software para estaciones de carga. El proceso de formación, que lleva un año, cuenta con visitas de finlandeses a Uruguay y de uruguayos a Finlandia para conocer cómo funcionan las industrias, las empresas y las escuelas.
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