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Yamila Buera creó sus productos kéfir de leche para consumo propio, pero rápidamente creció y hoy la marca se vende en 26 puntos de Maldonado, Canelones y Montevideo
En 2019, Yamila Buera comenzó a hacer y consumir kéfir de leche (un fermentado en base a yoka). Rápidamente logró un excedente y comenzó a hacer paletas heladas para la familia. Recibió tal aceptación que comenzó a recibir pedidos de otras personas.
Esto la impulsó a llevar su idea al plano comercial y a fines de 2019 lanzó Loto Probióticos, que en marzo de 2020, con la finalización del verano, sumó yogur y queso para untar.
Hoy la marca genera unas 800 unidades al mes entre los tres productos y acaba de mudarse a una planta de 110 metros cuadrados con capacidad para 7.000 ítems, que además cuenta con dos cámaras de frío. «Me pasó con Loto que nunca fue mi intención escalar, pero me comenzaron a llamar para vender y ahí me di cuenta del potencial. Entonces, decidí llevarlo al siguiente nivel y, además de la inversión propia, recibí apoyo de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE), de Impulsa de la Cámara de Industrias y de Primero Uruguay, de Ta-Ta», explicó.
¿La clave? Según Buera es «la yoka», que permite que el yogur contenga más de 30 cepas de bacterias y levaduras, «probióticos muy beneficiosos para el organismo y la salud intestinal; los yogures comunes tienen solo seis».
Su camino comenzó en el mundo digital, pero pronto se pasó al físico. Los productos ya están en más de 25 puntos de venta entre Maldonado, Montevideo y Canelones. «Vendemos en más de 20 tiendas en Montevideo y Canelones, entre ellas Madre Tierra y Delishop. Y a seis puntos en Maldonado; el más importante es el de Madre Tierra en el shopping», dijo.
Según Buera, la nueva planta le permitirá absorber el incremento de demanda, que ronda el 50% mensual, tanto a clientes finales como tiendas. «Este mes llegamos al punto de equilibrio del negocio y, según las estimaciones que tenemos, el que viene ya lo pasaremos», destacó.