El Manchester United, uno de los grandes del fútbol inglés y de Europa, vive tiempos oscuros. El ostracismo deportivo que protagoniza desde hace años ha colocado ahora al club en el puesto 14 de la Premier League, con 34 puntos, a 17 unidades del descenso, cuando aún restan 10 partidos para concluir la temporada. El fantasma de jugar en segunda división -algo que sucedió por última vez en 1975- ronda por el estadio Old Trafford.

El presente aciago del club no admite dos lecturas. «Está muy claro, tenemos que luchar. Es uno de los momentos más difíciles de la historia del club, tenemos que centrarnos en sobrevivir», reconoció Ruben Amorim, el entrenador portugués del United, tras una derrota en diciembre.

El club, campeón de 20 títulos domésticos y tres Copas de Europa, no se puede permitir jugar en la Championship la próxima temporada, no solo por una cuestión de prestigio e historia, sino también por razones económicas.

Un primer impacto estaría asociado a los jugadores. El plantel le cuesta al United US$ 480 millones al año. Sin embargo, los contratos de los jugadores no incluyen una cláusula antidescenso (habitual en otros clubes), que reduce los salarios entre un 30% y un 50% si la institución pierde la categoría.

Por otra parte, Adidas podría cancelar de forma unilateral o, al menos, recortar en un 50% su pago por vestir al equipo. La marca deportiva alemana prorrogó el acuerdo que la une a los Diablos Rojos en julio de 2023 hasta el año 2035 a cambio de 900 millones de libras esterlinas (unos US$ 1.100 millones). El contrato también contempla una penalización económica en caso de que el club no juegue la Champions League. Hoy, esa opción es la más factible, ya que el equipo está a 15 puntos del último puesto de clasificación al torneo de la próxima temporada. El United no lo disputó el año pasado, lo que le significó una caída del 20,4% de sus ingresos televisivos respecto a la campaña 2022-2023. Las cadenas tampoco pagan lo mismo si un equipo juega en segunda división y no en la Premier (la pérdida sería de casi un 20%).

El club no ha tenido que descender a la Championship para ver la caída de su negocio. En su último reporte financiero, informó que los ingresos comerciales cayeron un 5,6% (de US$ 118 millones a US$ 111,4 millones), mientras que los que se generan en días de partidos disminuyeron un 3,3% (de US$ 35,7 millones a US$ 34,5 millones). Sin embargo, el número más preocupante para la directiva es la deuda total del United, estimada en más de 1.000 millones de libras esterlinas (US$ 1.300 millones).

Ese mismo monto invirtió el multimillonario y propietario de la empresa química Ineos, Sir Jim Ratcliffe, para comprar el 29% del paquete accionario del equipo en 2023. Contra la figura del magnate y de los socios mayoritarios del club -la familia Glazer- protestaron los hinchas del United el domingo pasado a las afueras de Old Trafford antes del partido entre los locales y Arsenal.

En este clima de descontento, Ratcliffe anunció el mes pasado una ola de 200 despidos, los cuales se sumarán a otros 250 recortes realizados el año pasado, como parte de una estrategia para sanear las cuentas. Entre los afectados se encuentra nada menos que Sir Alex Ferguson, el histórico exentrenador del club, quien se desempeñaba como embajador de la institución.

En entrevistas con medios ingleses, Ratcliffe explicó esta semana que la crisis económica podría haber llevado a los Diablos Rojos a «quebrar en Navidad». «El United estaba gastando más dinero de lo que estaba ganando en los últimos siete años. Si haces esto por un período prolongado, acabarías en un lugar muy difícil, y ese lugar se encontraba al final de esta temporada», comentó.

Esta crisis podría implicar que prácticamente no se contraten jugadores para la próxima campaña. «No tiene sentido que en un período en el que estás perdiendo mucho dinero estés fichando mucha gente», advirtió Ratcliffe.

Foto: @ManUtd.

A pesar de este presente complejo, el magnate anunció el marte su plan para construir un estadio con capacidad para 100.000 personas. Mientras la directiva evalúa si remodelará Old Trafford -hogar del United desde 1910- o desarrollará un nuevo escenario desde cero, Ratcliffe adelantó que el proyecto tendría un costo de US$ 2.600 millones y quedaría listo en cinco años. «Será el mejor (estadio) del mundo», prometió el empresario. Los Diablos Rojos quieren despertarse de la pesadilla que hoy viven y poner pilares sólidos para volver a ganar.