Martín Gómez Platero: liderar un estudio de arquitectura referente en América y el reto de exportar servicios al mundo

El Estudio Gómez Platero lleva adelante 194 proyectos en paralelo entre Uruguay y varios países de Latainoamérica, ahora tendrá su primera obra en EE.UU.

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Martín Gómez Platero, director de Estudio Gómez Platero.
Martín Gómez Platero, director de Estudio Gómez Platero.
Foto: Leonardo Mainé

Martín Gómez Platero nació en Punta del Este hace 57 años. Estudió en la Facultad de Arquitectura de Universidad de la República (Udelar) y comenzó en este rubro como cadete en el antiguo estudio que tenía su padre junto a dos arquitectos.

En 2002 decidió disolverlo y creó el Estudio Gómez Platero, su proyecto personal. Hoy la firma es referente en proyectos arquitectónicos tanto en Uruguay como en casi todos los países de América Latina.

Su primer proyecto internacional, ese mismo año en Ecuador, fue el germen de la empresa actual porque lo salvó de la crisis y además, le permitió contratar a los mejores arquitectos de su generación que en ese momento no tenían empleo. Desde entonces no paró más de crecer y hoy ve con mucho desafío sumar innovación y abrir Uruguay al mundo.

-Su estudio se ha transformado en referente en la región, ¿cómo es la actividad hoy?
-Estamos muy bien. Hoy somos unas 230 personas trabajando de los cuales el 80% son arquitectos. Desde México a Argentina tenemos proyectos en prácticamente todos los países de América Latina, menos Brasil, Chile y Venezuela. La diferencia entre el exterior y Uruguay es que acá hacemos dirección de obra. En el exterior hacemos el anteproyecto y el proyecto ejecutivo, lo entregamos y termina ahí. Acá hacemos el anteproyecto, el proyecto ejecutivo y en el 95% de los casos, la dirección de obra lo cual lleva a que tenemos una relación con el cliente y con el proyecto de cinco, seis, ocho o diez años. Tener proyectos en el exterior nos motiva mucho, nos hace un mejor estudio poder trabajar en distintas culturas, ciudades, entornos. Para ello viajamos mucho al lugar, hacemos como un “baño de inmersión”. Le agradezco mucho a mi profesión un montón de cosas, sobre todo haber conocido América Latina como lo estoy haciendo. Incluso, mi primer cliente internacional fue clave para la vida actual de la empresa. Fue en 2002, yo había disuelto el anterior estudio y creado el actual pero por la crisis estaba casi fundido. En ese momento, la ciudad de Guayaquil estaba en un proceso de reformulación general y Guillermo Lazo, quien es el actual presidente de Ecuador, tomó la responsabilidad de hacer la terminal de ómnibus. Envió a su gerente a que investigue las mejores terminales de ómnibus del continente y como Tres Cruces es un ejemplo, vinieron. Entonces Carlos Lecueder me llama y me comenta que habían hablado con él y me había recomendado para el concurso. Me reúno con ellos, les digo que me interesa, pero tenía que ir a ver el proyecto a Ecuador. Decido invertir y fui. Ahí conocí a Guillermo Lazo. Ganamos y ese proyecto me permitió traer a los mejores arquitectos de mi generación que estaban sin trabajo en ese momento. Ese es el germen del estudio Gómez Platero de hoy. Pero ahí también cometí un gran error. La obra duró del 2002 al 2007 y como en Uruguay había repuntado y yo tenía trabajo a nivel local decidí concentrarme en el país. Por suerte, en 2010 me llama Lazo para la torre para el Banco de Guayaquil por sus 100 años. Acepté, ahí entendí que debía apostar por el negocio internacional y armé una oficina en Ecuador. Y no paramos más. Hoy somos muy proactivos, participamos en congresos y tenemos más obras para mostrar.

Martín Gómez Platero
Martín Gómez Platero, director de Estudio Gómez Platero
Foto: Leonardo Mainé

Hoy somos unas 230 personas trabajando de los cuales el 80% son arquitectos. Desde México a Argentina tenemos proyectos en prácticamente todos los países de América Latina, menos Brasil, Chile y Venezuela.

-En proyectos y facturación, ¿cómo se comporta Uruguay comparado con el exterior?
-En facturación, cerca del 60% es Uruguay porque hacemos dirección de obra que es un 34% de los honorarios. En cantidad de proyectos, estamos ejecutando en paralelo 194, de los cuales 109 están en Uruguay. La empresa ha crecido sostenidamente hasta la pandemia, ahí nos estancamos. Éramos 100 personas pero yo quería mantenerlos a todos. Teníamos algo de dinero, podíamos aguantar un poco e hice una propuesta de que todos nos ajustáramos los salarios, los más altos más y los más bajos menos, y con eso les garantizaba el trabajo hasta el 30 de diciembre. Aceptaron y pude mantener el gran equipo que tenemos. Volvimos a crecer y hoy ya somos más de 230 profesionales. Desde entonces crecemos un 25% y este año será más.

-¿Es fácil exportar arquitectura desde Uruguay?
-Soy gran hincha de Uruguay y de los uruguayos. Para vender arquitectura de Uruguay al mundo lo primero es tener un buen nivel profesional y los arquitectos en Uruguay son buenos en cualquier lugar. Cada vez que entro a una reunión en algún lugar de América Latina, ser uruguayo es un plus. Lo otro es actitudinal y es dónde hay que hacer más hincapié. Desde Uruguay se puede trabajar para el mundo pero hay que arriesgar, presentarte a concursos, tener una mirada más allá del país. Hay que ir a congresos, viajar, apostar. Hoy las barreras son menores que antes y por eso hay una oportunidad enorme.

-¿Planean abrir en nuevos mercados?
-Tenemos oficinas comerciales en México, Ecuador y Colombia, y la producción se hace en Uruguay. Este año haremos nuestro primer proyecto en EE.UU., en Miami, para un cliente de Guatemala que va a invertir en esa ciudad. Vamos con un socio local.

Martín Gómez Platero. "Los arquitectos en Uruguay son buenos en cualquier lugar. Cada vez que entro a una reunión en algún lugar de América Latina, ser uruguayo es un plus"
Martín Gómez Platero. "Los arquitectos en Uruguay son buenos en cualquier lugar. Cada vez que entro a una reunión en algún lugar de América Latina, ser uruguayo es un plus"
Foto: Leonardo Mainé

-El año pasado se sumaron a Microsoft Lab, ¿qué papel ocupa la innovación en el estudio?
-Yo sé poco de tecnología, pero me encanta todo lo que tenga que ver con innovación. Un día dos grandes referentes estaban hablando sobre la reciente salida de OpenAI. Les pregunté, me explicaron y quedé impresionado. Cuando llego al estudio digo “se viene esto, tenemos que estar atentos”. En la pandemia había sumado a Juan Ciapessoni para que nos asesore en innovación. Y cuando me dice que Microsoft va a poner un laboratorio acá, como es el principal accionista de OpenAI, decido hacer una alianza para trabajar en inteligencia artificial (IA). Ahora estamos viendo también de potenciar esa alianza con GeneXus y Globant. En IA estamos trabajando en anteproyectos. Por ejemplo, tenemos varios programas de IA a los que les damos el diseño de una planta o lo que estás armando y devuelve opciones en diferentes lenguajes de arquitectura que luego tomamos o descartamos. Acelera mucho la productividad. Lo que nunca va a sustituir es al senior que termina diciendo esto es bueno o malo. Hay gente que le tiene miedo a la IA, yo soy totalmente optimista y el estudio tiene que estar arriba de la IA porque si no, nos vamos a quedar.

Hay gente que le tiene miedo a la IA, yo soy totalmente optimista y el estudio tiene que estar arriba de la IA porque si no, nos vamos a quedar.

-¿Llegará el momento en que una persona le diga en lenguaje natural a una IA que arme un proyecto de arquitectura?
-No, porque incluso diciendo el mismo prompt, a un estudio le va a parecer buena una opción y a otro estudio no. Por eso, siempre habrá estudios buenos, más o menos y malos, porque es un tema de diseño y talento. La IA ayudará a mejorarlo, pero si sos malo seguirás siendo malo.

-¿Qué desafíos tiene Uruguay para seguir desarrollándose?
-La educación es clave. Se tendrán que hacer reformas constantemente porque todo cambia rápido. Lo que se enseña hoy el año que viene cambia. Hay que tener una educación totalmente flexible hacia lo que se viene y no encasillar. Siempre habrá carreras específicas como arquitectura, ingeniería, medicina, abogacía, pero hay que hacerlas flexibles. Me gusta la frase “cada uno tiene su carretera, el final ya está definido pero lo ancho dependerá de nosotros”. Uruguay precisa estar muy al día en educación. Otro desafío es la apertura al mundo. Los arquitectos que se reciben no deben trabajar sólo para Uruguay sino para el mundo. Esa formación todavía no la tenemos, no la damos. Se sale muy bien formado de la Facultad de Arquitectura, pero hay que estar muy abiertos y atentos a lo que está pasando en el mundo. Por ejemplo, me rechina un poco cuando me preguntan sobre las ciudades inteligentes, porque, por lo general se piensa en una ciudad tecnológica y una ciudad inteligente es la que está bien proyectada, la que tiene buenos espacios públicos, la que tiene flexibilidad para atender lo que viene, donde el peatón es el protagonista, donde está todo en un radio de 15 minutos. Es la ciudad que querés ir a visitar cuando viajás. La parte de la tecnología es un commodity. Hoy estamos haciendo tres ciudades nosotros, +Colonia, una en Ecuador y otra en Guatemala.

-En exportación de servicios, ¿cómo define al país en materia de conectividad aérea, de Internet y de competitividad?
-La conectividad a Internet está bien. En conectividad aérea se mejoró, pero aún estamos flojos. Hoy para ir a Europa sólo tenemos una ruta directa que es Madrid, después todo vía San Pablo, Buenos Aires o Panamá. Para que vengan más inversores, deben llegar fácil y rápido. Si tuviéramos un vuelo Montevideo-París dos veces por semana, habría más franceses invirtiendo acá. La gente que descubre Uruguay se enamora del país. Se está haciendo un montón, pero todavía falta. Y en competitividad, Uruguay es caro, pero no sólo por el dólar. Debemos buscar la competitividad por otro lado. El dólar afecta, pero también tener cara la electricidad, así como otros servicios y el costo de vida. Hay que buscar formas de competitividad que no están sólo en el tipo de cambio.

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