En 2024 cumplió 20 años el Tratado de Libre Comercio (TLC) que Uruguay firmó con México —el primero de su tipo entre un socio del Mercosur y ese país— y que permitió que el flujo de operaciones comerciales pasara de US$ 136 millones en 2003 a US$ 703 millones a fines del año pasado, según datos de la Secretaría de Economía de México. Los negocios se dan en varios sectores, desde el alimenticio (con un fuerte papel de la industria arrocera uruguaya) hasta el tecnológico. Y en ese marco, varias empresas nacionales y mexicanas han cruzado fronteras.
En Uruguay hay cerca de una veintena de compañías mexicanas, como Coca Cola-FEMSA, Grupo Bimbo, Alsea (representante de marcas como Domino’s y Starbucks), Claro (propiedad de América Móvil) y Laboratorio Sophia, además de firmas de logística, reciclaje y construcción. En los últimos tiempos, también las empresas uruguayas han elegido tierras mexicanas para expandirse. Algunos ejemplos son Neuratek, que tras captar una inversión de US$ 500.000 entró en ese mercado; El Viajero hostels, que abrió sucursales en el país; TripWip, la plataforma de alquiler de autos que tras cerrar una ronda de capital de US$ 700.000 desembarcó allí; y otras como Vitahub, del uruguayo Alex Bukstein, o Ahorra Fácil, que anunció su llegada a esa plaza para este año.
«México es atractivo por un tema arancelario, porque manejamos el mismo idioma y porque al ser tan grande tiene muchas posibilidades. Al pensar en la internacionalización, de forma natural se piensa en México», evaluó Manuel Púa, presidente de la Cámara de Comercio Uruguay México (Carumex), gremial que comenzó su actividad la semana pasada. La cámara cuenta con 50 socios uruguayos y mexicanos y planea duplicar la cantidad para fin de 2025. Además, este año realizará una visita de negocios a México, adelantó su presidente.
Empresarios como Ximena Alemán, CEO de la fintech Prometeo, o Matías Craviotto, cofundador y CEO de Order EAT, coincidieron: Uruguay es un buen laboratorio para probar ideas de negocio, y México una buena plataforma para escalar, gracias a un mercado de casi 130 millones de personas.
Foco en innovación
En 2018, tras participar en Startup Bootcamp de la aceleradora para fintech Finnovista, Prometeo comenzó a trabajar en México, «un mercado súper atractivo y gigante», y que en ese entonces tenía una particularidad: en el sector de tecnología financiera estaba más desarrollado que Uruguay. «Cuando empezamos a trabajar en Uruguay teníamos que explicar que era open banking, y nos sorprendió mucho que en México los interlocutores sabían de qué hablábamos, no teníamos que empezar desde cero», recordó Alemán. También el hecho de que existiera una aceleradora especializada en fintech hablaba del potencial de ese país, destacó. Lo más atractivo de ese mercado, «más complejo que Uruguay porque tiene más diversidad, riqueza y oportunidades», fue el entendimiento de su propuesta de valor. «Hay empresas prontas para aplicar tecnología y presupuesto disponible para probar, hay potencial», resaltó Alemán.
Hoy México es uno de los mercados clave para Prometeo, que hace pocas semanas lanzó Borderless Banking, una solución que permite abrir cuentas bancarias, hacer y recibir pagos, visibilizar saldos y movimientos «sin fronteras» en Latinoamérica.
Otra firma uruguaya que tiene una propuesta internacional es Alex Pitasi Consultores SAS Uruguay, fundada por el argentino Alex Pitasi, radicado en Uruguay. Especializada en recursos humanos, la empresa busca ejecutivos en Uruguay, Argentina e incluso México, para compañías con sede en el gigante latinoamericano, principalmente en la localidad de Santa Fe, en Ciudad de México (CDMX).
«México tiene mucho potencial y Uruguay lo puede nutrir de profesionales. Además, hay oportunidades para las empresas uruguayas que puedan precisar conocimientos, por ejemplo, en analítica como los que ofrecen compañías como Algorithia. Puede haber una sinergia interesante entre ambos países», opinó Pitasi.

Más que el «DF»
GeriPlatt es una plataforma de gestión virtual de geriátricos creada en Uruguay que en 2024 se expandió al mercado mexicano. Su director, Diego Reino, conocía el ecosistema de negocios local y estudió la posibilidad de integrarse en un lugar en el que la economía plateada está en desarrollo. «Contactamos gente que se dedicaba a la geriatría para hacer una demo y dimos con un grupo (empresarial) llamado Ambar, que tiene varios residenciales en Querétaro» contó. Así, el servicio uruguayo se sumó a cinco residenciales de ese grupo y tiene nuevos interesados en la plataforma, reveló.
El emprendimiento uruguayo proyecta una alianza estratégica con el grupo Ambar que está interesado en asociarse e invertir para potenciar la expansión del software en México. Para seguir afianzando el mercado, en agosto los responsables de Geriplatt visitarán Jalisco.
Además de Querétaro, otras regiones como Monterrey o Guadalajara presentan oportunidades para hacer negocios. Para ejemplificar esto, el presidente de la Carumex dijo: «Guadalajara es una ciudad económicamente muy potente y cualquier industria o producto uruguayo que logre afianzarse allí tiene mercado para trabajar muy cómodamente por varios años».
Si bien, de acuerdo al sector, varía la zona del país con más potencial para los negocios, Ciudad de México es una de las más elegidas por las empresas uruguayas para instalarse.
La agencia de publicidad From (Grupo Punto) abrió allí en 2024. Según su cofundador y director, Bruno Petcho, esa elección se dio porque «hoy Ciudad de México se transformó en una de las principales ciudades del mundo, y la más importante de América Latina, por la escala de su economía, la diversidad de emprendedores, su apertura a los extranjeros, el networking y la diversidad de oportunidades que hay». En la industria de la publicidad, el mercado mexicano es uno de los más potentes del continente a nivel de inversión y de producción, resaltó Petcho.
Allí, From tiene una mirada internacional y trabaja con diferentes clientes: multinacionales, empresas locales históricas y startups de emprendedores mexicanos y de la región. Además de los presupuestos millonarios destinados a la publicidad en ese país, el potencial del mercado radica en la multiculturalidad y la presencia de grandes marcas reconocidas internacionalmente.

Cara a cara
Petcho destacó que en México existe «una gran influencia de las relaciones». «Los vínculos entre personas pueden marcar si estás dentro o fuera de un pitch», dijo. También, la presencialidad es importante y valorada a la hora de negociar.
Craviotto, CEO de Order EAT, startup uruguaya de gestión digital de cantinas, que también está en México, coincidió en la importancia del cara a cara. En México no solo valoran la presencialidad, sino también el esfuerzo que eso implica, comentó. Por ejemplo, el hecho de que extranjeros se afinquen en el país para desarrollar sus negocios.
Los fundadores de la startup emigraron a México para desarrollar el mercado en el que hoy trabajan con más de 200 clientes en colegios ubicados en 27 de los 32 estados. Monterrey, su bastión, «tiene fama de ser más innovador, abierto a incorporar tecnología y arriesgarse», dijo Craviotto. México, remarcó, es un gran escenario de negocios y oportunidades.
Si en algo coinciden los empresarios y emprendedores uruguayos instalados en México o que desde Uruguay venden productos y servicios a ese país, es que en la cultura local existe una dificultad para decir «no», lo que puede complicar las negociaciones, ya que pueden pasar días de incertidumbre hasta que un acuerdo se concrete o el cliente decida descartarlo.
«El mexicano es muy buen anfitrión, es una persona muy dispuesta a hablar, pero es sabido que les cuesta verbalizar el no. En otros mercados de Latinoamérica no te pasa eso. Uno con el tiempo va conociendo el mercado y aprende a decodificar cuando algo se puede tangibilizar o no de forma concreta. También ayuda mucho cuando tenés personas locales que están navegando las oportunidades y tienen la misma capacidad de entendimiento local», dijo Alemán, la CEO de Prometeo. La empresa cuenta con un equipo de ventas instalado en el país, y como otras firmas uruguayas allá, trabajan con personal mexicano.
Por su parte, Matías Craviotto, CEO de Order EAT, agregó: «En México las personas se caracterizan por no saber decir que no, y eso hace que cueste mucho a la hora de negociar. En Uruguay, Argentina o Chile no pasa eso, porque los clientes son más directos para decirte ‘no me sirve lo que me ofrecés’ o ‘no estoy listo para contratar una solución así’».
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