Por Graciela Foggia
En uno de los paseos de verano me encontré con un cliente a quien llamaré María. Al igual que yo, se encontraba disfrutando de sus últimos días de descanso con la familia. Nos saludamos y cruzamos algunas palabras: «Estas vacaciones me vinieron bárbaro. Las necesitaba, pero el problema es que no quiero volver al trabajo: me encanta lo que hago, la empresa es increíble, pero no me banco más trabajar bajo las órdenes de mi jefe… me resulta totalmente tóxico, me agota pensar volver a verlo».
En los días posteriores al encuentro me quedé reflexionando. Me pregunté: ¿habrá consenso en el equipo sobre la toxicidad de este jefe? ¿El jefe es tóxico, la relación se ha vuelto tóxica, la situación le resulta tóxica a María? ¿Qué estrategias podría poner en funcionamiento María para sobrellevar a esa persona, vínculo o situación?
Expertos en psicología social afirman que vivimos en una época marcada por un alto grado de toxicidad en las personas (basta observar las redes sociales). Pero ¿qué significa tal afirmación? ¿Bajo qué parámetros definimos a una persona como tóxica?
"Expertos en psicología social afirman que vivimos en una época marcada por un alto grado de toxicidad en las personas"
Si tenés un rol de liderazgo, te sentís identificado/a con algo de lo expuesto y querés cambiarlo, es un excelente inicio. Si en cambio sentís que tenés un jefe tóxico, es importante aprender a manejar la situación de una manera inteligente. Comparto algunas estrategias para que podrían ayudar:
1. Podrías preguntarte: ¿Qué es lo tóxico? ¿Tu jefe? ¿La relación? Si mostró un cambio, ¿sentís que ya no hay forma de borrar lo que sucedió?
2. ¿Qué torna tóxico/a a tu jefe/a? Enmarcar el comportamiento, darle un nombre, listar las características y darte cuenta de que no sos tú el problema, podría brindarte tranquilidad.
3. La mayoría de los comportamientos tóxicos son difíciles de comprender. Tomar consciencia de eso y no intentar cambiarlo ayuda a sacar emocionalidad al tema y ser más estratégico.
4. Protegerte poniendo límites sanos. Mantener una conversación asertiva.
5. Enfocarte en tu bienestar y en lo que tenés que hacer en tu trabajo. Dejar de preguntarte: ¿le habrá caído mal lo que le dije? ¿Viste cómo me miró? ¿Viste que ni me miró? Si cambias el foco, te olvidas de lo que hace y deja de hacer, comenzarás a restarle poder a su comportamiento.
6. Empatizar cognitivamente con la persona o situación que consideras tóxica puede ser una buena herramienta. Permitirá comprender realidades ajenas sin impregnarte de emocionalidad.
7. Si no puedes renunciar o no está en tus planes hacerlo, es necesario tomar distancia emocional. Que desconectes de la toxicidad. Quizá te funcione hacer ejercicio, escuchar música, meditar. No podés decidir como son los demás, pero si trabajar y decidir como eso te impacta.
Cinco tipos de jefes tóxicos, según Vjay Nair, escritor y coach
Según Vijay Nair, escritor, coach y consultor residente en Bangalore y autor de The Boss is not your Friend, (India, 2011), existen cinco tipos de jefes tóxicos:
1. Jefe trepador. Fácil de identificar, suele adueñarse de las ideas de los demás y presentarlas como propias. Acostumbra a culpar a los demás de sus errores, de su ineficiencia e/o ineficacia.
2. Jefe inseguro. Se rodea de personas que lo adulan e intenta alejar a quienes lo cuestionan por miedo a quedar expuesto.
3. Jefe workaholic. No tiene vida más allá de la oficina y pretende que todos se dediquen de la misma manera. Puede llamar a cualquier hora, pedir cosas «para ayer» y no entender que todo tiene su tiempo.
4. Jefe vago. Espera que mientras se dedica a «vender humo» los demás hagan su trabajo.
5. Jefe arrogante. Nunca se hace cargo de sus errores. No pide disculpas y no permite opinión sobre su accionar. Suele tener escucha pobre y no le interesa el feedback.