INFORME
Inversores de EE.UU. y Europa estudian con avidez dónde inyectar dinero y obtener mayor retorno
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Lyra Health
, una startup californiana de tecnología para la salud mental alcanzó el estatus de «unicornio» luego de una serie D de inversiones por US$ 187 millones en agosto de 2020, con lo que alcanzó una valuación de US$ 2.300 millones este año. Talkspace, otra startup dedicada a servicios de salud mental en línea, con sede en Nueva York, tuvo un crecimiento exponencial en lo que va de la pandemia y ha recaudado US$ 106,7 millones de inversores top del sector. En España, en noviembre de 2020 Telefónica creó Koa Health, un proveedor de servicios digitales para la atención de salud mental y bienestar emocional dirigido a empresas, que empezó con una fuerte financiación de 14,1 millones de euros de fondos de Ancora Finance Group y Wellington Partners; hoy en día, alcanza a unos 250.000 empleados en su país.Estas son algunas empresas del rubro de la salud mental que surgieron o despegaron en plena pandemia, en especial en EE.UU. y Europa, cuyos modelos de negocios digitales podrían replicarse en América Latina, según expertos consultados por El Empresario.
Según Crunchbase News, la inversión (venture capital, capital semilla y ángeles) en startups centradas en la salud mental crece desde 2017 en forma sostenida, y exponencial en 2020. En EE.UU., inversores inyectaron casi US$ 2.600 millones en startups de este sector, de los cuales casi US$ 1.000 millones se entregaron en 2020. Firmas de capital de riesgo como Maschmeyer Group Ventures y Rock Health parecen tener las chequeras listas y las están usando.
En EE.UU., inversores inyectaron casi US$ 2.600 millones en startups de salud mental, algo menos de la mitad se volcaron el año pasado
Los servicios de salud mental vía digital no solo abarcan consultas y terapias a pacientes en forma remota, sino también dispositivos basados en inteligencia artificial que monitorean indicadores anímicos en tiempo real, sensores que miden y ayudan a regular las emociones, entrenamientos online para lidiar con traumas y miedos, accesorios que detectan la depresión y dan alertas a los médicos para que actúen, videos interactivos con ejercicios que refuerzan las sesiones de terapia conductual, servicios móviles de técnicas de meditación, apps que identifican y registran cambios de hábitos, por nombrar algunos.
Ponerse en el mapa
Si bien en esta parte del mundo se viene detrás en muchos avances tecnológicos de los países más desarrollados, la globalización puede permitir poner a emprendimientos uruguayos en el mapa de esta tendencia.
Según el economista Rodrigo Ribeiro, socio de Consultoría de KPMG, la captación de inversión ocurre cuando confluyen una necesidad en el mercado, el desarrollo de la tecnología acorde a la demanda y la disponibilidad de dinero. Y, en plena pandemia de coronavirus, los tres componentes están sobre la mesa. «Los factores están presentes: mucha gente necesita atención psicológica o psiquiátrica en esta coyuntura, la telemedicina ha demostrado que es eficiente por su gran alcance y costos reducidos, y en este momento los inversionistas están buscando startups prometedoras y disruptivas», enumeró.
Ribeiro explicó que, a raíz de la pandemia, los bancos centrales decidieron ayudar a recuperar las economías de sus países a través del incremento del crédito y del fomento de la inversión con tasas de interés cero o aplanadas, lo que ha llevado a que los inversionistas no opten, por ejemplo, por colocación en bonos, sino por otras opciones con probabilidad de tasas de rentabilidad más altas, como pueden representar las startups.
Bruno Gili, socio de CPA Innovation del Grupo Ferrere, también identifica una oportunidad. «Es esperable que la telemedicina y servicios vinculados como los de salud mental despeguen. Venían con cierta fuerza antes de la pandemia y ahora se reforzaron», afirmó.
Gili observó que en Uruguay y en la región ya existen plataformas y aplicaciones de éxito en este sector, incluyendo el mindfulness. El Ministerio de Salud Pública (MSP) creó un centro de atención vinculado a este tema y han surgido startups privadas como Doctari. «También se está trabajando mucho en historias clínicas electrónicas que incluyen registros de salud mental», agregó.
Lo cierto es que las clínicas y sociedades médicas del país se han volcado a actualizar sus tecnologías para ofrecer servicios a distancia, empresas de cobertura privada como Summum también aceleraron la concreción de consultas por videollamadas y están surgiendo diversos emprendimientos en esa línea. Aún no llegan al grado de sofisticación -menos de masificación- que han alcanzado las startups en EE.UU., pero van en esa dirección.
Así lo señaló Alejandro Laborde, miembro del Comité de Emprendimientos de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y coordinador de la red de inversores de Piso 40. A su entender, por muchas apps que se desarrollen en este campo, ninguna sustituirá a los psiquiatras o psicólogos, sino que deben ser vistas como herramientas de apoyo de estos profesionales. «En ANII vemos que aparecen más este tipo de apps y que hay una migración de las consultas presenciales a las virtuales, ya sea con inteligencia artificial o más artesanales», afirmó.
Consultado sobre quiénes podrían ser los potenciales inversores estratégicos, opinó que lo serán los players del propio sector de la salud, sobre todo los profesionales del rubro con acceso a capital y las instituciones médicas a las que muchas veces les es difícil incorporar innovación en sus estructuras, pero tienen músculo para apalancarse o invertir en propuestas de terceros más desarrolladas.
Laborde agregó que, entre los verticales de innovación e inversión más activos a la fecha, están las fintech, la inteligencia artificial y la biotecnología.
Doctari y Uy! Carmela
Dos empresas locales, de alguna forma, muestran por dónde van las tendencias, aseguraron los expertos consultados. Doctari fue fundada hace cinco años con el objetivo de «llevar la medicina hasta el último rincón» -según su lema- y esto incluye la salud mental, aclaró Jorge Ottavianelli, socio y gerente general de la startup (también presidente del banco Santander).
Desde fines de 2020, los psiquiatras y psicólogos de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) están atendiendo a sus pacientes a través de la plataforma Doctari en forma gratuita.
«Esta semana extenderemos el servicio gratuito para ASSE y ofreceremos la plataforma a todos los profesionales en salud mental en el país, también en forma gratuita», anunció Ottavianelli como primicia a El Empresario.
Doctari cuenta con 14 socios, alcanza a varios países de la región y lleva US$ 1 millón invertidos en su plataforma. «Si queremos seguir creciendo no descartaremos recurrir a rondas de inversión; hasta ahora no lo hemos hecho», dijo Ottavianelli.
Otra iniciativa local en salud mental que ha crecido es Uy! Carmela, una startup con tres años de fundada, que conecta a profesionales y pacientes. «Comenzamos como e-commerce y migramos a facilitar videoconferencias entre médicos, psiquiatras y psicólogos, con pacientes en un entorno digital seguro y confidencial», explicó el director de la compañía, Damián Baptista. Esta startup tiene 10 socios inversionistas y 900 profesionales registrados en 100 ciudades de América Latina.
Se espera que las apps de salud mental tomen más vuelo a medida que los desarrollos de inteligencia artificial crezcan en la región. Al respecto, Andrés Cerisola, presidente de EMTV Holding, coincidió con esa proyección, aunque advirtió que «hay muchos emprendedores e inversores detrás del mercado de la salud mental y del bienestar, pero solo los capos quedarán». Un dato no menor que los inversores tendrán en cuenta.
Patentes de invención
Según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, las solicitudes de patentes de invención crecieron 5% a nivel global en 2020 a pesar de la crisis económica derivada del COVID-19. Muchas de las invenciones, entre ellas apps para salud mental, surgieron para intentar solucionar problemáticas derivadas de la pandemia. Entre las áreas de mayor solicitud de patentes estuvieron: informática, tecnología médica y comunicación digital. En América Latina, por el contrario, las solicitudes de patentes cayeron en 2020.
Cinco grandes exponentes de esta tendencia
Es una startup con sede en Ohio, EE.UU., que desarrolló una plataforma basada en inteligencia artificial y aprendizaje automático (machine learning) para detectar condiciones de salud mental. La plataforma ayuda al personal médico a tomar decisiones ante alertas de indicadores suicidas que se activan a distancia y en tiempo real, así como otros problemas de salud mental, como depresión y ansiedad. Está dirigida por el médico y diplomático Don Wright.
Es un sistema de terapia virtual y coaching online a pedido, de la empresa Your Corner, de EE.UU. Ayuda en situaciones críticas como el estrés o da apoyo emocional ante el encierro actual que sufren muchas personas debido a la pandemia. El apoyo que ofrece es en tiempo real con asesores y entrenadores de salud mental, técnicas de meditación y respiración. El auge de la plataforma en los últimos tiempos radica en la naturaleza móvil de su servicio.
Con sede en Copenhague, esta empresa creó una tecnología para anticipar las necesidades de aire de un paciente enfermo de COVID-19 y evitar situaciones de angustia y miedo derivadas de esto. Fue fundada en 2018 para analizar resonancias magnéticas de pacientes con síntomas neurológicos, pero su capacidad para escanear los pulmones permite anticipar los cuidados intensivos que requieren los pacientes de esta pandemia, tanto física como anímicamente.
Esta startup suiza fundada en 2018 ha desarrollado un sistema de medición de presión arterial que se coloca en un brazalete y se puede monitorear las 24 horas del día. Fue la primera empresa en Europa en conseguir autorización para la comercialización del brazalete, un resultado de más de 15 años de investigación sobre señales cardíacas. La adecuada medición de hipertensión asociada a las conductas permite un mejor abordaje psicofísico de los pacientes.
Esta empresa con sede en EE.UU. creó Feel, una pulsera sensible a las emociones que, junto a una aplicación, brinda monitoreo e intervenciones personalizadas a pacientes con ansiedad y depresión. Se basa en una tecnología de reconocimiento de emociones, patentada por la compañía. El seguimiento diario de los hábitos y comportamientos permite la realización de registros y emisión de documentos electrónicos sobre la evolución del paciente.