Nada como encontrar un bar tradicional de Montevideo que rescate las tradiciones gastronómicas y culturales. La esquina de Paraguay y Maldonado tiene ese poder mágico de transportar a otro tiempo, con una propuesta actualizada.
Montevideo al Sur es un bar estilo art decó, conserva una mayólica original de Andalucía, barra de mármol italiano y una estructura que es ya un ícono del Barrio Sur. Uno puede almorzar allí un plato familiar que evoca a la cocina de las abuelas y también honra el legado que dejaron Jesús y Lola, sus antiguos propietarios.
Los primos hermanos, Martín Carneiro y Joaquín Casavalle, son los responsables por imprimirle a la esquina aires de modernidad y también de rescatar tesoros que se guardaban en el sótano y hoy están a la vista de los visitantes. «Decimos que el bar no es reciclado, sino revivido, hicimos obra, pero respetamos su estructura y no alteramos su esencia», afirmó Carneiro.
A mediodía, la casa ofrece un menú ejecutivo que incluye delicias como canelones rellenos, pastel de carne o lasaña. A la noche hay opciones de tapeo, tortillas de papas, croquetas, empanadas criollas. Nunca faltan minutas -como milanesas, napolitanas, chivito, pizza o fainá-, los platos vegetarianos y los buenos tragos.
«Ofrecemos una gastronomía tradicional, donde cuidamos que haya opciones caseras que evocan principalmente a nuestros ancestros españoles e italianos», detalla el emprendedor. Y remarca: «Tenemos opciones que cubren variedad de sabores y paladares».
![Montevideo al Sur. Está ubicado en la esquina de Paraguay y Maldonado.](https://imgs.elpais.com.uy/dims4/default/3c66547/2147483647/strip/true/crop/1200x1600+0+0/resize/1080x1440!/quality/90/?url=https%3A%2F%2Fel-pais-uruguay-production-web.s3.us-east-1.amazonaws.com%2Fbrightspot%2Ff8%2F18%2Fb59385dd40199dd96333aec6954c%2Fmontevideo-al-sur-2.jpeg)
Montevideo al Sur siempre trae novedades porque es mucho más que un bar. Propone una movida social y cultural que incluye lunes de jazz (cada semana a las 20.30 horas), el ciclo de lectura «No siempre leen los mismos», otro de poesía e incluso uno de flamenco.
Con capacidad para 70 comensales, vale la pena reservar mesa para la noche porque sus convocatorias atraen a locales y extranjeros. No faltan las sorpresas y bien pueden cocinar con un medio tanque en la vereda o invitar a una cuerda de tambores para ponerle ritmo al Barrio Sur. Un imperdible.