Como muchos en la industria de los fuegos artificiales, Stephen Vitale está en el negocio familiar. Dirige una empresa de quinta generación, Pyrotecnico, en New Castle, Pensilvania. En octubre, logró una sorprendente alianza con Nova Sky Stories, la compañía de drones que Kimbal Musk adquirió de Intel.

Cada vez más, los drones iluminan los espectáculos aéreos. Bandadas de robots voladores han creado ilusiones mágicas en todas partes, desde los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 hasta la reciente coronación del rey Carlos III. Y el mercado global de espectáculos de luces con drones, que era casi inexistente hace una década, estaba valorado en cerca de US$ 1.000 millones en 2021, según Allied Market Research.

Los espectáculos de drones son, en cierto modo, la marca de fuegos artificiales más nueva y moderna. Y son más silenciosos, más seguros y mejores para el medio ambiente.

Los proveedores de fuegos artificiales como Vitale se enfrentan a una decisión difícil: invertir en el costoso equipo y la autorización reglamentaria necesaria para entrar en el negocio de los drones, o creer que la demanda de fuegos artificiales se mantendrá estable incluso cuando se dispara un nuevo tipo de competencia.

El cambio está en camino. En EE.UU., los proveedores de fuegos artificiales obtienen la mayor parte de sus ingresos alrededor del 4 de julio, fecha de los festejos del Día de la Independencia. Y algunos de los organizadores de esos eventos están cambiando a drones, citando la reducción del riesgo de incendios y contaminación.

Pero no todos están convencidos de que los espectáculos de luces sean suficientes como reemplazo. Galveston, Texas, está volviendo a los fuegos artificiales después de usar drones en 2022. Y las páginas de Reddit sobre los inconvenientes de los espectáculos de drones lamentan que los aparatos no evocan los sonidos que hacen los fuegos artificiales.

«Los drones son mucho más sofisticados», dijo Chris Hopkins, copropietario de Celebration Fireworks y Star Flight Drone Shows. «Simplemente no tienen la misma reacción visceral», acotó.

Hopkins invirtió en drones el año pasado, ansioso por aprovechar las libertades creativas que ofrecían. «En el pasado, podría haber insinuado al Demogorgon», comentó, refiriéndose a un monstruo de la serie de Netflix Stranger Things. «Ahora puedo tener el Demogorgon», remarcó.

Era una táctica costosa: los drones costaban más de US$ 1.500 cada uno, y pronto se percató de que un buen espectáculo requería al menos 75 aparatos voladores. Luego estaba la molestia de completar una solicitud de casi 200 páginas a la Administración Federal de Aviación para obtener autorización y encontrar expertos en volar los dispositivos.

AFP

Los drones se pueden usar para publicidad de una manera que los fuegos artificiales no pueden, por ejemplo, mostrando un logotipo corporativo sobre una avenida. Muchos espectáculos, como una celebración demócrata del resultado de las elecciones presidenciales de 2020, presentan drones y fuegos artificiales.

Pero la creciente competencia está abriendo oportunidades, señaló Rick Boss, director de Sky Elements, una compañía de espectáculos de drones. Las empresas de fuegos artificiales más grandes buscan expandirse o entrar en nuevos reinos como los drones, mientras que las firmas más pequeñas están luchando por sobrevivir.

«Hay empresas que se están reduciendo, tal vez incluso saliendo del mercado, y eso crea oportunidades», dijo Boss. «Es un buen momento para ser agresivo».