LIDERAZGO
Comprender los propios límites y los del entorno es un paso vital para actuar en consecuencia
Si tienes niños cerca de tu vida, observa sus movimientos, su forma de lograr lo que se proponen.
¡Tienen una gran capacidad de conseguir lo que desean! Conectan con lo que quieren, diseñan la estrategia para conseguirlo, se enfocan poniendo toda su energía y accionan de acuerdo con la meta establecida, todo esto sin manual de libro y a pura intuición.
Es admirable, su poder de recuperación ante el «fracaso». Cuando no consiguen lo que quieren, luego de un tiempo corto de frustración, cambian el enfoque y pasan al siguiente objetivo, sin quedarse anclados en la experiencia anterior.
Hace dos años, escribí la columna «Un camino de cuatro pasos para alcanzar los objetivos» donde compartí el método sobre el cual trabajamos en Up y que aplico en mi propio camino para lograr objetivos y sostenerlos en el tiempo: conectar, diseñar, enfocar y accionar, con un doble clic en el diseño a través de la herramienta Smarter.
Arrancamos un nuevo año y con él se renuevan los objetivos y la ilusión de alcanzar lo que aún no hemos podido conseguir. Por ese motivo en esta columna ofrezco mi mirada que complementa la columna anterior. Si bien, recorrer el camino de cuatro pasos es una herramienta poderosa que ayudó y lo sigue haciendo a muchos de mis clientes y a mí misma, no es infalible por algunas sencillas razones: la primera y más importante es que la vida es impredecible y a veces nos puede llevar por senderos muy diferentes a los esperados. En el medio, entre que fijamos los objetivos y comenzamos a transitar el camino para lograrlos, suceden cosas… surge una pandemia, las empresas cambian de rumbo, hay un nuevo gerente a cargo, renuncia una persona clave del equipo, nace un proyecto más atractivo que requiere de nuestra atención, se modifican las prioridades desde la casa matriz, etcétera.
¡En el plano personal, sucede lo mismo! Los planes se aceleran o se postergan o cambian nuestras preferencias, nuestras metas o sucede algo inesperado que desvía el curso de nuestra vida o simplemente nos damos cuenta de que no queremos seguir «persiguiendo» lo mismo.
Por otro lado, es mucho lo que se lee y escucha en relación con que alcanzar los resultados solo depende de uno y si bien concuerdo, también es una realidad que vivimos con otras personas e insertos en un sistema, que, dependiendo de la meta trazada, puede acompañarnos o no, apoyarnos o generarnos resistencia.
Ser constante, resiliente, flexible y coherente puede hacer la diferencia
A lo largo de los años me fui dando cuenta que no existe una única manera de lograr las metas, pero sí pude comprobar que ser constante, resiliente, coherente con lo que se busca y flexible, puede marcar la diferencia entre conseguir o no lo que te propongas.
Hay que tener muy presente que aquello que es para uno, es y aquello que no lo es, no es. Y si bien puede llegar a sonar conformista, nada más lejos de eso. Basta con mirar un poco para atrás en la vida, para advertir lo que estoy hablando.
Soltar y fluir
Es primordial que hagamos lo que está a nuestro alcance para conseguir lo que deseamos, aunque también es importante aprender a soltar el resultado cuando el paso siguiente no depende de uno mismo.
Para aquellos que les gusta darle un marco académico y conceptual, puedo citar a Stephen Covey y su libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, en el cual habla sobre círculo de preocupación y círculo de influencia. Nos muestra que hay cosas sobre las cuales vamos a poder influir y otras sobre las que no. La clave es poder analizar y llegar a la conclusión sobre qué aspectos podemos hacer algo y sobre cuales la única decisión posible es soltar. La pregunta que surge es ¿dónde eliges poner tu energía?, ¿qué sentido tiene obsesionarse con algo que no está a tu alcance? Por eso es importante fluir y soltar el resultado, lo cual no significa no hacerse cargo de lo que sí puedes hacer. Si logras sacar de tu vida aquello que no suma, haces espacio para alcanzar lo que sí importa.
"¿Dónde eliges poner tu energía? ¿Por qué obsesionarte con algo inalcanzable?
En este 2022, con la columna de hace dos años y con lo que acabo de compartirte, te dejo planteadas algunas preguntas que pueden acompañarte a encontrar respuestas y nuevas interrogantes: ¿Qué quieres conseguir? ¿Qué significaría para ti lograrlo? ¿Qué necesitas soltar? ¿Qué no estás dispuesto a perder? ¿Qué quieres cuidar en el camino del logro?