El consejo directivo estaba reunido para delinear la estrategia a seguir en una situación que se había generado en la compañía en los últimos meses. La empresa había sido comprada por una multinacional y los cambios estaban a la orden del día. La estructura organizacional estaba cambiando y las comunicaciones habían sido «tibias». Las personas no sabían con exactitud, cómo iba a quedar conformado el nuevo organigrama, lo cual generaba incertidumbre y por lo tanto miedo.

Dentro de la agenda del día, estaba previsto que yo entrara para que les hiciera un update de los pasos a seguir en el proceso de Gestión del Cambio que estábamos acompañando a transitar desdeUp Coaching. Al ingresar a la sala pude sentir cierta tensión. Pregunté si había algún tema sobre el cual quisieran conversar y ante la negativa de abordarlo en ese momento, comencé a compartir las conclusiones de los focus groups realizados en la última semana y los pasos a dar.

Dentro de esos lineamientos y teniendo en cuenta lo relevado, mencioné que comenzaría a trabajar con el modelo OSAR. Cuando compartí la herramienta y el abordaje, se abrió de inmediato el espacio para que algunos miembros pudieran debatir y reflexionar sobre lo sucedido justo antes de que yo ingresara a la reunión y concluyeran que avanzado el día retomarían la conversación.

El modelo OSAR -acrónimo de Observador, Sistema, Acción, Resultados, desarrollado por Rafael Echeverría, sociólogo y doctor en filosofía chileno-, es una técnica utilizada en procesos de coachingindividuales y de equipos, que nos brinda la posibilidad de ampliar la mirada y analizar la situación como un todo.

Dicho modelo correlaciona nuestras creencias (ideas consideradas ciertas), las acciones que realizamos y sus resultados, dentro de un sistema (equipos, empresa, gobierno, país, mercado, etcétera) que actúa como facilitador o no de los diferentes procesos.

Los humanos somos seres interpretativos. Lo que decimos que nos sucede está condicionado por el filtro de lo que creemos que es y no por lo que realmente es. Por tal razón, muchas veces nos enredamos en discusiones sin sentido, que si lográramos observarlas con distancia de nosotros mismos, podríamos descubrir mayores posibilidades, tal como sucedió en la reunión que describí anteriormente.

Cada uno sostenía un punto de vista diferente al de la otra persona y aún «coincidiendo» era improbable que fuera al 100%, dado que cada interpretación de la realidad es única e irrepetible.

La manera en la que podremos ampliar nuestra perspectiva de las cosas, crear posibilidades, liberarnos de las creencias que nos limitan y conseguir resultados, es desafiando nuestro propio pensamiento y como líderes ayudar al equipo a desafiar los suyos.

Los pensamientos generan emociones y son estas las que nos invitan a la acción. Por lo cual, es sumamente importante «auditar» nuestro estado emocional y de los equipos que nos acompañan.

Tomar contacto con el mundo emocional y con los pensamientos subyacentes a él, nos dará mayor margen de acción para generar los cambios necesarios, lograr el bienestar de los equipos y las metas propuestas.

Si logramos identificar en el día a día, cuáles son las emociones que nos impulsan a conseguir las metas que nos trazamos y aquellas que nos limitan, podremos identificar cuáles son las creencias/pensamientos que las sostienen y trabajar para realizar los cambios necesarios.

Lo anterior es relevante en el mundo organizacional, ya que muchos de los conflictos que surgen están dados por el ego que lleva a las personas a tener una mirada estrecha de las cosas.

El modelo OSAR nos ayuda a promover que cada persona tome distancia de sus propios pensamientos y observe la situación con amplitud para divisar nuevas posibilidades que ayuden a todos y al todo como empresa.

En resumen:

-Somos lo que creemos que somos y actuamos en base a esas creencias.
-La realidad como tal no existe. Nuestra interpretación oficia como filtro.
-Si los resultados no son los que buscamos, revisemos qué estamos pensando.
-Si las emociones generan acción, debemos prestarles atención.
-Observemos como empresa la emocionalidad de los líderes. Son agentes de cambio y las emociones se contagian.
-El modelo OSAR es una forma de diagnóstico permanente de las situaciones que acontecen en las organizaciones y permite actuar sobre un problema antes, incluso, de que se produzca.