EMPRESAS
Cómo piensa el neuroquímico que creó Impossible Foods, la compañía que hoy está valuada en US$ 2.000 millones
Porotos, garbanzos y lentejas despegadas por el calor del horno quedarán en el olvido. El concepto de hamburguesa vegana ha alcanzado su punto de metamorfosis. De la mano del bioquímico Patrick Brown, fundador y CEO de Impossible Foods, el impulso de la Impossible Burger trasciende fronteras.
Brown tiene una misión: terminar con el consumo de animales como alimento. Desde la creación de su compañía hasta hoy, fueron ocho años de innovación y crecimiento. Con apoyo de grandes figuras y una mega cadena de comida rápida, Impossible Foods logró una valuación de US$ 2.000 millones.
Según detalló en una visita a la Universidad de Columbia de la que participó La Nación, la ganadería —y lo que conlleva— es uno de los elementos más contaminantes a nivel global, y los descubrimientos científicos vienen a cambiar el futuro alimenticio de los seres humanos.
«La misión de esta compañía es reemplazar completamente a los animales del sistema alimenticio para 2035», apuntó, y añadió: «Lo tomamos en serio y creemos que es algo que podremos hacer, no solos, pero con el apoyo de otros emprendedores». «En el mercado internacional, la barrera (de Impossible Burger) es regulatoria. Tenemos ingredientes que son nuevos para el sistema alimentario que ya han pasado la escudriñadora mirada de la Food and Drug Administration (FDA), pero cada país tiene su propio proceso», indicó Brown.
«Con la tecnología que tenemos hoy, China podría producir carne para todos sus consumidores con la mitad de la tierra arable, por lo que sería completamente autosuficiente para su suministro de alimentos», agregó Brown.
Los mercados globales donde Impossible Foods trabaja son Hong Kong, Macau y Singapur y les ha ido «increíblemente bien», dijo el científico.
Brown consideró que uno de los grandes problemas a nivel global es la falta de evolución en los alimentos. «De alguna forma es como si alguien nos hubiera dicho hace años que mejoraríamos el transporte al abandonar a los caballos como medio», dijo.
Entre los puntos más desafiantes a futuro, surge una gran cuestión: cómo se podrían transformar economías en las que está fuertemente instalada la producción ganadera como matriz. «Si hubiera un mercado de carbono funcional, diría que hay una oportunidad real para los agricultores, porque la tierra tiene valor», dijo, y continuó: «Si hubiera un valor en dólares por la fotosíntesis, si hubiera un mercado de carbono en funcionamiento -que básicamente es expulsar a las vacas y dejar que la biomasa se recupere-, en realidad probablemente (los ganaderos) podrían ganar más dinero simplemente permitiendo que la vegetación se recupere».
En la misma línea, Brown destacó que también sería ideal que desde el Estado existieran incentivos económicos para las personas que poseen tierra y fomenten la recuperación de ecosistemas saludables que apoyen la biodiversidad.
Orígenes
Diez años atrás, Brown se tomó un año sabático para poner en marcha una idea que sirviera para luchar contra el cambio climático desde una esfera vinculada al sistema alimenticio. Reunió a un equipo de científicos de primer nivel para analizar la carne a nivel molecular: así descubrieron por qué la carne huele y se cocina de la manera en que lo hacemos. Con ese descubrimiento, se desarrolló la recreación de toda la experiencia que significa comer carne utilizando vegetales.
Vecino de Palo Alto, el hombre tenía acceso a grandes empresarios, a quienes intentó venderles el proyecto, pero nadie lo quiso. En 2011, Brown decidió lanzarse solo como fundador y CEO de Impossible Foods. En 2016, la Impossible Burger se hizo realidad y hoy se vende en supermercados y es servida en más de 17.000 restaurantes. Próximamente, lanzará nuevos productos que dejarán a todos tan sorprendidos como con su jugosa hamburguesa, adelantó Brown.