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La empresa confirmó la la apertura de locales en Paysandú y Durazno; estudian ampliar negocios en más ciudades para este año
Pimentón, la tradicional marca uruguaya de ropa interior, confirmó la apertura de sus dos primeras franquicias en el interior del país y con esto da pie a la expansión de la empresa mediante locales con marca en todo el territorio nacional. Hasta ahora, los productos que maneja la empresa llegaban a diferentes puntos del país a través de representantes y tiendas multimarca.
La compañía, creadora de las grifas Germe (medias finas de mujer) y Ego (ropa interior masculina), y representante de las brasileñas Del Río y Cor Con Amor (pijamas), lanzó el modelo de franquicias en marzo de este año y la llegada de la pandemia por el coronavirus arrojó dudas sobre la posibilidad de cosechar resultados este año. Pero dos ciudades confirmaron los primeros locales (ver recuadro), Paysandú primero, Durazno después.
En ambos casos, la negociación con los franquiciados comenzó en mayo y en el caso de Paysandú se espera que la inauguración sea este mes. En tanto, para el que se ubicará en la ciudad de Durazno la estimación es que abra en los primeros días de agosto, adelantó Brandon Bonomo, responsable de esta unidad de negocios en Pimentón.
No se pedirá comisión por venta sino que los productos se entregarán a consignación y a precio de costo.
A la hora de elegir a los franquiciados, tuvo mucho peso que sean clientes de la empresa, aseguró Bonomo. «Conocen nuestros productos, tenemos una relación de años y además entienden cómo se mueve su mercado mejor que nosotros», argumentó.
Hacerse de una franquicia requiere un desembolso por única vez de US$ 6.000 y una inversión de unos US$ 25.000 en la puesta a punto del local. Además, según comentó Bonomo, no se pedirá comisión por venta sino que los productos se entregarán a consignación y a precio de costo.
El contrato será por unos cinco años, renovables automáticamente.
Como requisito, la empresa pide que los locales tengan un mínimo de 35 metros cuadrados (en los casos de Paysandú y Durazno el promedio es de entre 60 m2 y 70 m2) y estén ubicados en un lugar céntrico de la ciudad. Además, el plan es que el franquiciado esté al frente de la tienda, porque la idea «es que trabajen la marca como si fuera propia».
De parte de Pimentón, el compromiso es brindar al franquiciado el stock de prendas y modelos de todas las líneas de marcas, tanto las propias como las que representa, y garantizar reposiciones semanales para lo cual quien está al frente del local podrá sugerir qué productos necesita de acuerdo a su demanda.
Además, como el modelo prevé que funcionen como si fuera un local más de la empresa, participará de las promociones y nuevos lanzamientos. También será un punto más de retiro de las ventas online, respetará el diseño de los restantes locales y utilizará el mismo sistema de gestión, venta y de facturación de la compañía. «La idea es que funcionen como un local más de Pimentón; que sean parte de la red es importante para el éxito del proyecto», cerró Bonomo.
Un plan que casi se congela por el COVID-19
El proyecto de franquicias no tuvo el mejor comienzo. Tras trabajar en conjunto con el estudio Svet desde agosto del año pasado, finalmente vio la luz en marzo, el mes en que llegó la pandemia de COVID-19 a Uruguay. «Cuando lo armamos pensábamos llegar a tres franquicias este año, pero al llegar el coronavirus pronosticamos cero. Pero se revirtió y en mayo cerramos con Paysandú y luego con Durazno. Ahora la perspectiva es concluir 2020 con dos franquicias más» relató Bonomo.