Por Heather Knight y Kate Conger
The New York Times
La larga relación de San Francisco con X está casi terminada, y los funcionarios de la ciudad están lejos de estar desconsolados.
Elon Musk cerrará en las próximas semanas la sede de su empresa de redes sociales en un barrio céntrico y trasladará a sus últimos empleados a oficinas en Palo Alto y San José, California, y establecerá una nueva casa central en Austin, Texas.
Pero los funcionarios de la ciudad no lamentan la partida. X se parece poco a la empresa a la que San Francisco sedujo con una exención fiscal hace más de una década, cuando era Twitter, para ayudar a afianzar un centro tecnológico en ciernes en un barrio oprimido cerca del Ayuntamiento conocido como Mid-Market. La pandemia y la compra de la red social por parte de Musk en 2022 y el posterior desmantelamiento de su fuerza laboral redujeron la sede a una lugar fantasma.
«Comparto la perspectiva de la mayoría de los residentes de San Francisco de decir ‘me alegro que se vayan’», expresó el fiscal municipal David Chiu, quien, como miembro de la Junta de Supervisores de la ciudad, apoyó la exención fiscal a Twitter en 2012.
Twitter fue fundada en San Francisco en 2006. En 2011, amenazó con dejar Mid-Market para irse a la pequeña Brisbane, al sur de la ciudad, ya que no cobraría impuestos sobre la nómina.
El alcalde de San Francisco, Ed Lee, que luchaba contra la recesión y un desempleo cercano al 10%, propuso una exención fiscal para Twitter. El acuerdo eliminaría el impuesto sobre la nómina del 1,5% que gravaba a las nuevas contrataciones de ciertas empresas en Mid-Market. Esas firmas, a su vez, crearían empleo y animarían la actividad en el barrio.
Luego de que Twitter se mudara a su sede en 1355 Market St., la plantilla creció de unos cientos a unos pocos miles de personas.
En 2017, 59 nuevas empresas se habían instalado en las cercanías, entre ellas Uber, Square y Zendesk. Se construyeron varios edificios de lujo. El auge ayudó a expandir el presupuesto de la ciudad, pero también contribuyó a disparar los costos de la vivienda.
Muchas tecnológicas también ofrecían comida gratis, por lo que los trabajadores no gastaron tanto en los comercios locales como esperaban los dirigentes de la ciudad. La exención fiscal a Twitter acabó en 2019, y los políticos dijeron que su éxito fue desigual.
Luego llegó la pandemia. Las oficinas se vaciaron y el tránsito peatonal se redujo. Jack Dorsey, cofundador de Twitter y su CEO en ese momento, anunció que los empleados podrían trabajar desde casa para siempre.
«Twitter Zombie»
En octubre de 2022, Musk compró Twitter por US$ 44.000 millones y pronto recortó empleos. El año pasado, cambió el nombre de la empresa y colocó en el techo un cartel gigante con una «X» que parpadeaba por la noche, lo que molestó a los vecinos.
La actual «es como una versión zombie del viejo Twitter, y creo que lo que mucha gente siente es: simplemente hay que acabar con el sufrimiento del pajarito», comentó Yao Yue, un exingeniero de la empresa.
Musk, que chocó con los reguladores estatales por las órdenes de quedarse en casa durante la pandemia y se ha involucrado cada vez más en la política de derecha, dijo recientemente que estaba resentido con San Francisco.
En julio anunció que trasladaría la sede de X a Austin, luego de hacer posteos en contra de las políticas impositivas de San Francisco y de su política liberal.
El economista jefe de la ciudad, Ted Egan, afirmó que X ya se había reducido tanto que su salida tendrá poca importancia para las arcas de San Francisco. «En muchos aspectos, ya se habían ido», concluyó.
Mid-Market exhibe actualmente una tasa de vacancia de oficinas del 46%, 10 puntos más alta que la de San Francisco en su conjunto. Uber y Square se mudaron, y Zendesk mantiene una pequeña presencia, pero tiene oficinas más grandes en el centro. El vestíbulo de la sede de X ya está vacío y la mayoría de los negocios del edificio han cerrado.
Mientras se procesa la salida de la empresa de Musk de la ciudad, la alcaldesa London Breed reveló que se había reunido con el empresario una vez hace varios meses y que había intercambiado mensajes de texto con él. Dijo que no le había ofrecido nada a X para que se quedara, pero que quería mantener buenas relaciones con todos los CEO de su ciudad. «No voy a rogarle a nadie. Pero dejé muy claro que mi objetivo es asegurar que las empresas triunfen», declaró Breed.
La alcaldesa opinó que la agenda política de Musk lo había expulsado de San Francisco, pero no dio más detalles.