Peter S. Goodman
The New York Times
Stephanie Loomis esperaba que el caos que asediaba la cadena de suministro global estuviera disminuyendo. El tráfico flotante congestiona los puertos. Los costos multiplicadores del transporte de mercancías. La consiguiente escasez de bienes. Todo esto parecíaun recuerdo desagradable limitado a la pandemia.
No hubo tanta suerte.
Como jefa de transporte marítimo para América en Rhenus Logistics, una empresa con sede en Alemania, Loomis negocia con transportistas internacionales en nombre de clientes que mueven productos y piezas por todo el mundo. En los últimos meses, la ejecutiva ha visto cómo los precios de la carga se disparan a medida que una serie de disturbios han agitado los mares.
A fines del año pasado, los rebeldes hutíes en Yemen comenzaron a disparar contra barcos que ingresaban al Mar Rojo en ruta hacia el Canal de Suez, una arteria vital para los buques que se desplazan entre Asia, Europa y la costa este de EE.UU. Eso llevó a los barcos a evitar la vía fluvial y, en cambio, recorrieron el largo camino alrededor de África, alargando sus viajes en hasta 15 días.
Luego, unagrave sequía en Centroamérica hizo caer los niveles de agua en el Canal de Panamá, lo que obligó a las autoridades locales a limitar el número de barcos que pasaban por ese conducto crucial para el comercio internacional.
En las últimas semanas, los trabajadores portuarios han amenazado con hacer huelga en las costas este y del Golfo de EE.UU., mientras que los trabajadores de los puertos alemanes han suspendido sus turnos en busca de mejores salarios. Los empleados ferroviarios en Canadá están a punto de dejar sus puestos, poniendo en peligro la carga que se mueve a través de América del Norte y amenazando con atascos en puertos clave como Vancouver, Columbia Británica.
Tarifas en alza
La intensificación de la agitación en el transporte marítimo está impulsando a los transportistas a subir las tarifas, al tiempo que aumenta el espectro de un estancamiento de barcos que podría amenazar nuevamente a los comercios minoristas con escasez de productos durante la zafra navideña. La perturbación también podría exacerbar la inflación, una fuente de ansiedad económica que anima las elecciones presidenciales de EE.UU.
Si las alteraciones en la logística causadas por el covid-19 demostraron algo, fue que los problemas en cualquier lugar tienden a extenderse ampliamente.
«Ahora llamo con cariño al mercado ‘covid junior’, porque en muchos sentidos hemos vuelto a donde estábamos durante la pandemia», dijo Loomis. «Todo está sucediendo de nuevo».
Desde octubre, el costo de mover un contenedor de 40 pies desde China a Europa ha aumentado a unos US$ 7.000, desde un promedio de US$ 1.200, según Xeneta, una empresa de análisis de carga. Eso está muy por debajo del máximo de US$ 15.000 alcanzado a finales de 2021, cuando las interrupciones de los fletes fueron peores, pero es unas cinco veces más que los precios de los años previos a la pandemia.
Las tarifas para enviar mercancías a través del Pacífico se han multiplicado en una magnitud similar. Ahora cuesta más de US$ 6.700 transportar un contenedor de 40 pies de Shanghai a Los Ángeles y casi US$ 8.000 de Shanghai a Nueva York. En diciembre, esos precios estaban cerca de los US$ 2.000.
«Aún no hemos visto el pico», auguró Peter Sand, analista jefe de Xeneta.
Los importadores lamentan el regreso de otra fuente de angustia que sufrieron durante la pandemia: los transportistas cancelan con frecuencia reservas confirmadas, y exigen cargos especiales de manipulación y tarifas de servicio premium como requisito para subir contenedores a los buques.
«Todo es una lucha por conseguir contenedores», resumió David Reich, cuya empresa de Chicago, MSRF, ensambla cestas de regalo para Walmart y otras cadenas. «Es frustrante», remarcó.
Alarmado por las crecientes amenazas al transporte marítimo, Reich está acelerando sus planes para acumular mercancías para Navidad. Está presionando a sus proveedores en China para que hagan más rápido el embalaje de sus productos alimenticios, anticipando retrasos en los envíos.
Incluso a precios elevados, los transportistas suelen decir que no tienen espacio en sus barcos, se quejó Reich. Teme tener que recurrir a reservas en el llamado mercado spot, donde los precios fluctúan y las tarifas alcanzan ahora los US$ 8.000.
El Consejo Mundial de Transporte Marítimo indicó que «las tarifas reflejan la demanda y la oferta en un mercado global competitivo, y la mayoría del tráfico de contenedores se mueve bajo tarifas negociadas a través de contratos a largo plazo».
Los expertos cuestionan esa afirmación, señalando que el transporte de contenedores se caracteriza por una falta de competencia en las rutas principales, lo que permite a los transportistas aumentar sustancialmente los precios cuando el sistema está bajo presión.
Tres principales alianzas de transportistas controlan el 95% del tráfico de contenedores entre Asia y Europa y más del 90% entre Asia y la costa este de EE.UU., según el Foro Internacional de Transporte.
Ruta alternativa
La causa más inmediata del aumento de los precios de los fletes fluviales es el ataque a buques por parte de los hutíes, que actúan en apoyo de los palestinos atacados por las fuerzas israelíes.
Con el tráfico de contenedores a través del Canal de Suez cayendo a la décima parte del flujo habitual, la mayoría de los barcos de la ruta Asia-Europa ahora circunnavegan África, lo que implica quemar más combustible.
Al mismo tiempo, los transportistas han concentrado sus flotas en las rutas más lucrativas, aquellas que conectan puertos como Shanghai y Rotterdam, el más transitado de Europa. Eso ha obligado a que los barcos con destino a otros lugares se detenga para cargar y recargar en importantes centros conocidos como puertos de transbordo.
Dadas las interrupciones y los sobrecostos, es inevitable un aumento en las tarifas de envío. Pero quienes dependen de los fletes arguyen que los transportistas incrementan los precios más allá de la recuperación de sus propios costos adicionales.
«Los transportistas aprendieron una lección muy valiosa durante la pandemia», aseguró Loomis. «Manipularán la capacidad y aumentarán los fletes».
"Tormenta" a la vista en precios y envíos
Durante las peores perturbaciones de la pandemia de coronavirus, cuando los retrasos extremos y la escasez de productos llevaron a los minoristas a pagar a los transportistas hasta US$ 28.000 para mover contenedores individuales a través del Pacífico, la industria registró ganancias récord.
New Balance, la marca de calzado deportivo, se ve respaldada en parte por su dependencia de fábricas en EE.UU., así como por sus contratos con operadores que fijan los precios. Aún así, en algunos casos, la compañía se ha visto obligada a pagar tasas del mercado al contado que han aumentado drásticamente, «similares a los años pico de la pandemia: más del 40% mes tras mes», señaló Dave Wheeler, director de operaciones de la compañía deportiva, en un correo electrónico.
Las aerolíneas han estado cancelando algunos viajes programados, reduciendo la capacidad, añadió Wheeler. «Vemos que se avecina una tormenta en 2024 en cuanto a riesgos de confiabilidad y precios», aventuró el ejecutivo.
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