MARKETING DEPORTIVO
Miembros de la realeza y multimillonarios de Asia, Europa y EE.UU. invierten fuerte en los clubes ingleses

La liga inglesa es una de las más atractivas para los amantes del fútbol, pero también para algunos de los hombres más ricos del mundo. Integrantes de aristocracias asiáticas, magnates de Rusia, China y EE.UU. han puesto sus ojos y también sus millones en equipos prestigiosos como los rivales de Manchester —el City y el United—, Arsenal, Chelsea y Tottenham.
Elecciones menos obvias, los clubes más modestos y menos reconocidos de la Premier están despertando el apetito de grandes inversores. Este círculo exclusivo estaría por incorporar un nuevo socio: el viceprimer ministro y príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, quien ofertó más de US$ 400 millones para comprar el Newcastle. El club, ubicado en la mediocridad de la mitad de tabla, sueña con que la venta se concrete y que de la mano y el bolsillo del saudita, vuelva a florecer.

El príncipe heredero de Arabia Saudita está a punto de convertirse en el accionista mayoritario del Newcastle. A través de un fondo inversor, pagaría US$ 425 millones por el 80% del club. Dinero no le falta; Bin Salman controla parte de la fortuna real (US$ 1.400 billones), basada en la explotación del petróleo.

En 2008, el sheik de Emiratos Árabes gastó 300 de sus US$ 29.000 millones para adquirir el Manchester City. Desde entonces, el club ganó cuatro ligas. Pero, no todo es gloria; el City violó el «Fair play» financiero y fue suspendido por dos años de la Champions y recibió una multa de 30 millones de euros.

A golpe de chequera, el empresario ruso revolucionó al Chelsea, con el que cosechó 15 títulos locales e internacionales. El magnate, dueño de acciones en empresas petroleras y acerías, amasó su fortuna (unos US$ 11.000 millones) con la venta de su participación en la empresa Sifnet al gigante Gazprom en 2005.

Empresario del real estate y esposo de Ann Wolton, la heredera del imperio Walmart, se vinculó al Arsenal en 2007 y cuatro años después comenzaba a mandar como dueño mayoritario. Aficionado a los deportes es accionista en otras franquicias como los Denver Nuggets de la NBA. Su patrimonio es de US$ 10.000 millones.

El Wolverhampton no es parte de la élite de la Premier League. Sin embargo, el club atrajo en 2016 el interés del magnate chino, fundador y presidente del fondo Fosun International. La compañía tiene inversiones en sectores como seguros, farmacéutica, retail, acero y finanzas. Su fortuna ronda los US$ 7.000 millones.

Nacido en Egipto, el copropitario del Aston Villa (tiene el 55% de las acciones) es CEO de Orascom, la firma constructora y de ingeniería que fundó su padre. Con él al mando, la compañía se abrió paso a otros rubros como los fertilizantes y las telecomunicaciones. Hoy en día su riqueza se estima en US$ 6.000 millones.

Apodado "Top", el empresario tomó el mando del Leicester en 2018 tras la muerte de su padre en un accidente aéreo. Los tailandeses compraron el club en 2010, y seis años después festejaban el título de la Premier. Aiyawatt maneja el retailer de viajes King Power, el negocio familiar y la fuente de su fortuna (US$ 5.700 millones).

El capital del dueño del Tottenham Hotspur alcanza los US$ 4.800 millones. Lewis hizo carrera en los negocios primero en la industria de la hospitalidad y luego en los mercados bursátiles. Actualmente, es presidente del grupo Tavistock, que invierte en empresas de energía, resorts, restaurantes y equipos deportivos.

En 2014, los hermanos Glazer sucedieron a su padre en el Manchester United. Malcolm, el patriarca, adquirió el club con dinero y paciencia: entre 2003 y 2005 puso US$ 1.400 millones para hacerse con la mayoría de las acciones. El patrimonio familiar, unos US$ 4.500 millones, proviene del real estate, la banca y la salud.

Dueño de US$ 3.800 millones, el empresario chino compró el Southampton hace tres años por 260 millones de los verdes. Su compañía, el grupo Lander, se dedicaba al mercado de propiedades antes de ampliar sus miras al negocio del fútbol. Los malos resultados del equipo llevaron a Jisheng a ponerlo en venta en marzo.