LIDERAZGO
Cómo salir de la zona de confort y alcanzar los resultados deseados
Es recurrente observar cómo las personas se comprometen a tener hábitos saludables y al tiempo vuelven al punto de partida, ya sea al ir al gimnasio, bajar de peso, meditar, organizar su agenda o delegar, entre otras prácticas. La explicación es que el trabajo más duro es desaprender, para aprender una nueva forma de ser y hacer, lo cual se consigue con práctica y repetición, de manera disciplinada.
Stephen Covey, en su libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva muestra un compendio de cuáles son aquellos que ayudan a los directivos en el camino de lograr la efectividad. No obstante, su aplicación se extiende a todos los ámbitos.
Covey sostenía que la efectividad es el desafío de obtener los resultados deseados, cuidando los sistemas que ayudan a conseguirlos y sosteniendo una visión desde dentro hacia afuera.
Para ir a un lugar diferente, es necesario hacer cosas distintas. La voluntad y motivación son necesarias para lograrlo. Accionar y sostenerlo en el tiempo a través de la generación de hábitos es lo que permitirá incorporarlo a la identidad.
Hábito 1: ser proactivo. Es tener «agenda» propia. Anticiparse a una situación en contraste con ser reactivo preocupándose de manera estéril por cosas que no se pueden controlar: la actitud de otras personas, el clima, el valor del dólar. La persona reactiva entrega el control y el poder de sí misma a aquello sobre lo que no puede influir.
Hábito 2: comenzar con un fin en mente. Si empiezas los días, semanas, meses y años sin una meta clara, se te va la vida sin llegar a ninguna parte. Definir objetivos claros y visualizarlos es el primer paso para conseguir lo que deseas. Ocúpate por aquello sobre lo cual puedes incidir, toma decisiones y respáldalas con acciones coherentes.
Hábito 3: poner primero lo primero. Aunque solemos pensar que uno de los desafíos más grandes de los líderes es administrar las tareas de su equipo, lo más relevante es manejarse a sí mismos.
El secreto de la efectividad es invertir la mayor cantidad de tiempo en aquellas cosas que no son urgentes pero sí importantes: formarse, planificar, reunirse con el equipo, hacer networking, entre otras. No tienen una repercusión inmediata en nuestro bienestar, pero sostienen nuestra estructura.
Para eso puedes: realizar una lista de las tareas basadas en la importancia de los proyectos, y organizar tu agenda, apegarte al calendario y delegar absolutamente todo lo que no sea prioritario.
Hábito 4: pensar en ganar - ganar. No es una técnica de negociación, sino una filosofía de vida. Es la forma de forjar relaciones a largo plazo y nunca aceptar un trato que le genere daño a alguien.
Hábito 5: buscar primero entender y luego ser entendido. Hay que estar dispuesto a escuchar y ver el mundo desde la perspectiva del otro. La empatía y la comunicación son cruciales para este hábito.
Se escucha con todos los sentidos, no para dar respuesta, consejo o imponer un punto de vista, sino para aprender de otros y lograr ser más efectivo al transmitir las opiniones.
Hábito 6: sinergizar. Una sola visión de la realidad, por más calificada que esté, nunca será tan completa y efectiva como la suma de muchas representaciones. Colabora y coopera con la mayor cantidad de personas que puedas. Acepta sus diferencias para mejorar el resultado final. Cuando una relación se convierte en una sinergia positiva, la suma de uno más uno es mucho más que dos.
Hábito 7: afilar la sierra. Es estar en aprendizaje continuo como forma de llegar a logros excepcionales. Implica estar en lo importante aunque no sea urgente, y dedicar tiempo a entrenar las cuatro dimensiones posibles del Ser: social, espiritual, física y económica.