Desde que fundó OpenAI en 2015, Sam Altman ha pasado muchos días pensando que los productos de inteligencia artificial generativa (IAG) de la compañía necesitan un nuevo tipo de dispositivo para alcanzar el éxito. Desde que dejó Apple en 2019, Jony Ive, el diseñador detrás del iPhone, iPod y MacBook Air, ha evaluado cuál podría ser la próxima gran novedad informática.
Ahora, ambos empresarios se están asociando para crear un dispositivo que sucedería al smartphone y brindaría los beneficios de la IA bajo una nueva forma, sin las restricciones de la pantalla rectangular que ha sido la herramienta informática dominante de la última década, según dos personas familiarizadas con las discusiones.
El proyecto fue descrito como preliminar, pero Altman e Ive desarrollaron algunos conceptos iniciales y buscaron hasta US$ 1.000 millones en financiación de SoftBank, el inversor japonés en tecnología, dijeron las fuentes. Con el apoyo del grupo, Altman e Ive podrían aprovechar la experiencia en semiconductores de Arm, la firma británica de diseño de chips que Softbank compró en 2016 y que acaba de salir a bolsa.
La estructura detrás del proyecto aún no está clara. OpenAI es un laboratorio de investigación de IA en San Francisco que cuenta con 400 investigadores, ingenieros y personal de apoyo, mientras que la empresa de diseño de Ive en San Francisco, LoveFrom, tiene más de 30 diseñadores industriales y de software, así como ingenieros.
Las conversaciones se han prolongado durante gran parte de este año y fueron informadas anteriormente por The Information, una publicación tecnológica, y The Financial Times.
Altman había invertido anteriormente en Humane, una empresa que apuesta a la «computación ambiental» (ver aparte), que fue fundada por los exApple Imran Chaudhri y Bethany Bongiorno. Su plan es lanzar su dispositivo, una «computadora que desaparece», a fin de año.
Hacia la era de la «computación ambiental»
La asociación de Altman y Ive habla de la forma en que la IAG está cambiando el status quo en Silicon Valley. Desde la introducción del chatbot de OpenAI, ChatGPT, a fines del año pasado, las empresas han estado luchando por reinventar sus negocios y aprovechar su poder para responder preguntas; escribir correos electrónicos, presentaciones y poesía; e incluso generar código informático.
Muchos ejecutivos de tecnología creen que la IAG tiene el poder de introducir un nuevo paradigma en la informática al que llaman «computación ambiental». En lugar de escribir en teléfonos inteligentes y tomar fotografías, imaginan un dispositivo futuro con forma de algo tan simple como un colgante o unas gafas que pueda procesar el mundo en tiempo real, utilizando un sofisticado asistente virtual capaz de responder preguntas y procesar imágenes.
Camino pedregoso
Una de las razones por las que Altman puede estar decidido a desarrollar su propio dispositivo es para evitar que OpenAI dependa de Apple o Android de Google para su distribución. Necesitar de otras plataformas ha desafiado a gigantes tecnológicos, como Facebook y Amazon, porque Apple y Google se quedan con una parte de las ventas. Apple también introdujo límites de privacidad, que reducen las ventas de publicidad.
Pero el camino hacia la creación de nuevos dispositivos de hardware está plagado de fracasos. Amazon y Facebook intentaron desarrollar sus propios smartphones pero cesaron sus esfuerzos al no lograr avanzar.
Pocos en Silicon Valley tienen un mejor historial en el desarrollo de dispositivos que Ive. Fue la fuerza impulsora detrás del Apple Watch, el único dispositivo nuevo importante que la marca presentó tras la muerte de Steve Jobs. En 2019, dejó la empresa para iniciar LoveFrom, pero firmó un contrato para seguir trabajando con Apple.
El año pasado, Ive y Apple acordaron dejar de trabajar juntos, pero definieron que no habría límites a los productos que el jefe de Diseño de la compañía podría desarrollar en el futuro, según informantes.
Un portavoz de Apple declinó hacer comentarios.