Por Antonio Larronda
En el 2000, Santiago Scarone necesitaba encontrar un trabajo que le permitiera hacer un curso de aviación en EE.UU. Compró el diario El País y en el Gallito Luis un aviso llamó su atención: trabajar en un crucero de la empresa Royal Caribbean, una de las compañías de cruceros más grande del mundo.
Ingresó como recepcionista por dos años pero lo que no sabía es que quedaría unido a la empresa por varias décadas alcanzando los principales puestos de la compañía. «Nunca estudié hotelería, lo que empezó siendo algo para ahorrar terminó siendo mi carrera», reconoció.
Hoy es gerente general de Perfect Day at CocoCay, la isla privada en las Bahamas de Royal Caribbean que recibe cerca de 10.000 turistas por día.
Lo interesante es que cuando asumió el proyecto no existía. A Scarone le dieron la confianza y responsabilidad de organizar su lanzamiento, y desde entonces, está al frente de que todo funcione a la perfección.
«En 2019 me ofrecen ser responsable por la isla y su funcionamiento, desde la experiencia diaria de los turistas a la de los 600 empleados que trabajan en sus distintos departamentos como Alimentos y Bebidas, Excursiones, Finanzas, Inventario, RR.HH., Entretenimiento, Operaciones, Informática, Seguridad, Medioambiente, personal médico, de jardinería, guardavidas, entre otros», enumeró.
Hoy debe vivir en la isla la mitad del año, en tandas de dos meses. Alguna vez con su familia (esposa sudafricana y un hijo), otras solo. El resto lo pasa en Manantiales (Maldonado) pero reconoce que este régimen es muy duro. «No te acostumbrás nunca a dejar de extrañar. Cuando mi hijo me pregunta por qué me tengo que ir tanto tiempo me duele», confesó, aunque luego compensa en algo con el resto del tiempo que tiene de vacaciones.
Experiencia
Llegar a su actual lugar no fue casualidad. Tras sus dos primeros años en la empresa (2000-2002), Scarone volvió a Royal Caribbean en 2004 y se mantuvo hasta 2012 cuando por decisión familiar, regresó a Uruguay para estar al frente del proyecto hotelero La Baguala. Hasta que en 2015 sonó nuevamente el teléfono y le ofrecieron el puesto máximo, gerente en un crucero para luego, liderar la apertura de la isla privada.
«Me motivó estar al frente el mayor destino privado de la empresa. Me ayudó la experiencia que tuve en La Baguala, pero también que el 80% del tiempo que trabajé en Royal lo hice en el Caribe, el principal mercado, donde la mayoría de los huéspedes son de EE.UU. Me volví experto en ese público, en el Caribe y en gerenciar un gran proyecto hotelero. La isla tiene un gran parque acuático, varios toboganes (uno de ellos el más alto de norteamérica), la piscina más grande de la región, una tirolesa de 1.600 pies, la piscina de olas más grande del Caribe, club privado y las primeras cabañas flotantes de la empresa».
Para fines de año sumarán otras 150 personas porque el proyecto crecerá al sumar áreas y una nueva piscina exclusiva para adultos.
Reuniones y huracanes
Entre sus mayores desafíos, el ejecutivo uruguayo identifica liderar un equipo con personas procedentes de 45 países, pero más aún lo es equilibrar la gestión del tiempo libre personal en la isla. «Lo más difícil de vivir (en Perfect Day at CocoCay) no es lidiar con las diferentes nacionalidades porque tenemos varios entrenamientos, sino es trabajar y vivir en el mismo lugar porque surge el problema de los favoritos. O sea, luego del trabajo, no podés reunirte o hacer actividades siempre con los mismos, como puede suceder en un trabajo normal, sino que hay que equilibrar para evitar problemas», indicó Scarone.
Vivir con la incertidumbre de los huracanes es otra dificultad. «En estos cuatro años solo tuvimos dos que nos obligaron a evacuar la isla. La infraestructura está hecha para soportarlos pero tenés que asegurar el local. Por ejemplo, tenemos un globo (aerostático) y para desarmarlo tiene que venir un experto y le lleva ocho horas. Y lo hicimos», cerró.