Medialunas rellenas, wraps, cookies, alfajores, muffins de arándanos, bocatas en pan de masa madre o tortillas con ensalada. En Constituyente 1722, entre Minas y Magallanes, Rivero Almacén conquista con una carta donde abundan delicias.

Más allá de la propuesta gastronómica y de cafetería, que incluye opciones sin gluten y veggies, el local invita a disfrutar de la calidez que le imprimen sus dueñas: Natalia Orellano y Cecilia Di Pauli, una uruguaya abocada a los números y una cordobesa con alma creativa.

«Rivero Almacén es un sueño que nació en la playa del Rivero (Punta del Diablo, Rocha), que hicimos realidad gracias a mucho trabajo duro, dedicado y comprometido. También al impulso de nuestras familias y amigos», explican las emprendedoras. Y agregan: «Cada persona que nos visita nos estimula para hacer todo cada vez mejor».

La consigna de la dupla es atender a sus visitantes con esmero porque apuestan a que sus comensales coman y tomen rico, pero que se vayan con ganas de regresar.

El café de especialidad de origen colombiano es la insignia de la casa que se caracteriza por elegir productos elaborados por emprendedores uruguayos. «Seleccionamos aceites saborizados, salsas, cervezas, vermut, vinos y otros manjares para venderlos en nuestro almacén, así los sabores de todos los rincones del país llegan a quienes estamos en la capital», subrayó Orellano.

No solo hay delicias recién preparadas para alimentar el cuerpo. Un café bien puede acompañarse con alguno de los textos disponibles en un rincón dedicado a los libros. Poesía, novelas cortas, entre otros ejemplares, son algunas de las opciones que están a mano de los visitantes.

Los vecinos y clientes frecuentes saben que además de leer los libros en el local, también pueden llevarse a su casa algún ejemplar que les interese, si llevan otro para dejar en el almacén.

A la atención habitual de la casa se suman otras prestaciones, como la organización de cumpleaños, talleres y charlas. La intención siempre es generar espacios de encuentros.