Simone Biles es la reina indiscutida de la gimnasia. A sus 27 años, la nacida en Columbus (Ohio, EE.UU.) volvió a demostrar su enorme talento en los Juegos de París, en los que ya conquistó una medalla de oro en gimnasia artística por equipos. La atleta llegó así a su quinta presea olímpica dorada (a las que se suman una de plata y dos de bronce, y otras 30 en Mundiales), lo que la encumbra como la gimnasta más laureada de todos los tiempos. Y su ascenso al podio en París 2024 podría repetirse más de una vez; Biles aún tiene otras cuatro competencias por delante antes de que terminen los Juegos.
Así como el legendario rey Midas de los griegos, Biles todo lo que toca lo convierte en oro. Y las marcas no quieren desaprovechar ese poder.
El salto al estrellato de la gimnasta con sus múltiples victorias, desde sus comienzos en 2013 cuando ganó por primera vez el título nacional de EE.UU., fueron dándole un creciente protagonismo ante los focos y las cámaras, ya no sólo durante las transmisiones de sus pruebas deportivas sino también en los sets de televisión y rodajes publicitarios.
A lo largo de su carrera, Biles acumuló un patrimonio neto estimado en US$ 20 millones; la mayor parte de su fortuna proviene de los sponsors.
La gimnasta tiene actualmente como patrocinadores a las marcas GK Elite (ropa de gimnasia), Athleta (marca de indumentaria deportiva propiedad de Gap), Powerade (bebida isotónica de Coca-Cola), Wheaties (cereales), Nulo (alimentos para mascotas), MasterClass (plataforma educativa online) y Axonius (startup de ciberseguridad).
En el pasado y tras alcanzar la gloria en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, la estadounidense ha protagonizado campañas para grandes empresas como United Airlines, General Mills (alimentos), Nike, Uber Eats, Beats by Dre (auriculares), Hershey’s (chocolates) y Core Power (suplementos nutricionales). Estos acuerdos han convertido a Biles en una de las gimnastas mejor pagadas del mundo.
A través de la vía comercial facturó US$ 7 millones el año pasado, según estimó la revista Forbes, mientras que los premios en metálico por sus actuaciones deportivas le reportaron apenas unos US$ 100.000.
Este año y sólo por ganar una medalla de oro en los Juegos Olímpicos (JJ.OO.) de París, Biles se embolsó US$ 37.500 de parte del Comité Olímpico y Paralímpico de EE.UU. Por la presea de plata se abona un pago de US$ 22.500 y por la de bronce uno de US$ 15.000, según informaron varios medios.
Mientras, las marcas que respaldan a la atleta ganan exposición a través de las redes sociales. Las publicaciones de Biles en Instagram, TikTok, Facebook y Twitter llegan a más de 15 millones de seguidores.
De Nike a Athleta
La gimnasta elige a sus socios comerciales en base a los valores que las marcas representan. Por eso decidió en 2021 dejar a Nike, su patrocinador de toda la vida, para sumarse a Athleta, la marca deportiva de Gap, a pocas semanas de los JJ.OO. de Tokio (2021).
«Ellos representan todo lo que yo represento», dijo Biles al Wall Street Jorunal al oficializar su nuevo sponsor. La decisión de cambiar tuvo una doble justificación, más allá de lo económico: por un lado, Athleta es una marca enfocada en las mujeres y prometió respaldar a la gimnasta luego de que termine su carrera profesional; por otro, Nike había sido denunciada en reiteradas ocasiones por crear un ambiente nocivo contra sus trabajadoras y por su falta de empatía con las deportistas femeninas.
Hoy en día, Athleta es uno de los motores de crecimiento de Gap. Mientras, su embajadora sigue ganando medallas.
Una pausa inesperada por su salud mental
Los JJ.OO. de Tokio, celebrados en 2021 -un año después de lo previsto a causa de la pandemia de covid-19-, marcaron un punto de inflexión en la carrera de Simone Biles.
La gimnasta decidió suspender su participación en las competiciones olímpicas durante el evento para priorizar su salud mental.
«Tengo que concentrarme en mi salud mental. Simplemente creo que la salud mental es más importante en los deportes en este momento. Tenemos que proteger nuestras mentes y nuestros cuerpos, y no sólo salir y hacer lo que el mundo quiere que hagamos», afirmó Biles.
La atleta renunció luego de la prueba de salto en la que había obtenido una baja calificación. Regresó para competir en la barra de equilibrios, donde obtuvo una medalla de bronce.
Tras dos años de alejamiento,Biles retornó a las competencias en 2023 en el US Classic, en lo que fue el inicio de su preparación para París 2024.
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