Limpiar el dióxido de carbono del aire es imprescindible si la humanidad quiere limitar el calentamiento global, aseguran los expertos, y una startup con sede en San Francisco (California, EE.UU.) afirma que puede hacerlo usando la piedra caliza como una esponja absorbente.
Heirloom Carbon se ha convertido en un nombre habitual en el naciente sector de la tecnología de captura de CO2, e incluso cerró un acuerdo con Microsoft para ayudarla a cumplir sus ambiciones de cero emisiones.
Capturar CO2 directamente de la atmósfera es «lo más parecido que tenemos a una máquina del tiempo» que nos lleve de vuelta a un aire más limpio, señala el cofundador y CEO de Heirloom, Shashank Samala.
«Si se quiere revertir el cambio climático y volver a donde estaban las cosas, la eliminación de carbono es lo más parecido que tenemos a eliminar las emisiones heredadas del aire», remarcó.
Heirloom se ha fijado la meta de eliminar de la atmósfera 1.000 millones de toneladas de CO2 por año de aquí a 2035.
La captura de carbono será un tema central en las discusiones sobre el clima en la COP28 que tendrá lugar en Dubái del 30 de noviembre al 12 de diciembre.
El Panel de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (IPCC), que dirige las reuniones de la COP, considera «inevitable» el despliegue de sistemas de captura y almacenamiento de carbono para alcanzar el objetivo de limitar a 1,5 °C el aumento de la temperatura del planeta respecto de los niveles preindustriales.
«Exprimir la esponja»
Heirloom se ha fijado la meta de eliminar de la atmósfera 1.000 millones de toneladas de CO2 por año de aquí a 2035.
Eso ayudará a reducir los entre 10.000 y 20.000 millones de toneladas de carbono que tendrán que eliminarse cada año desde ahora hasta finales de siglo, según la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU.
«Heirloom utiliza piedra caliza, que es un mineral natural, le damos superpoderes y la convertimos en una esponja que puede absorber CO2 de la atmósfera», explicó el cofundador y jefe de investigación Noah McQueen. «Luego exprimimos esa esponja y almacenamos permanentemente ese CO2 bajo tierra», agregó.
Las técnicas de captura directa de aire que aplican Heirloom y el pionero suizo Climeworks difieren de aquellas en las que el CO2 se captura en la fuente, como las chimeneas de las fábricas.
Heirloom optó por la piedra caliza porque está disponible en grandes cantidades. Y tampoco falta espacio de almacenamiento.
«Sólo en EE.UU. hay suficiente para almacenar todas las emisiones que hemos generado desde la Revolución Industrial», aseguró McQueen.
Will Knapp, cofundador de la startup Cocoon, cree que es mucho más fácil absorber CO2 directamente desde donde se emite. «En realidad, no hay mucho CO2 en la atmósfera», en comparación con los hornos de fabricación de metales, que expulsan concentraciones de CO2 del 10% al 30%.
La concentración de carbono en el aire es de sólo el 0,4%. Captarlo sería «como encontrar una aguja en un pajar», señaló Knapp.
«No existe una solución milagrosa para resolver el cambio climático», pero «no necesitamos milagros, sólo necesitamos soluciones» y el esfuerzo de Heirloom propone una, acotó.
Samala obliga a Heirloom a cumplir compromisos estrictos, como no revender el CO2 a compañías que, en última instancia, lo devolverían a la atmósfera.
Y la firma arremete contra el greewashing, en el que algunas industrias, y el lobby del petróleo y el gas en particular, utilizan una vaga promesa de eliminación de CO2 «como una forma de distraernos».
«Ir en contra del statu quo es increíblemente difícil, pero es lo que tenemos que hacer», remató.